miércoles, 16 de octubre de 2013

CÓMO OPERA LA GUERRA ECONÓMICA, CÓMO DERROTARLA.


Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
(Texto)

La "guerra económica" es en realidad una expresión, una parte, una continuidad, de una gran guerra contra la Revolución y el gobierno del Presidente Maduro. Considerarla una guerra en sí misma, aislada, es un error inmenso que lleva a la derrota. Veamos.

Los capitalistas en un país rentista funcionan de manera sui generis, buscan apropiarse de la renta en vez de construir medios de producción, que son, en situación normal, su forma de explotación. El capitalista explota, roba su riqueza produciendo mercancías que portan el trabajo robado y en el mercado se cambia por dinero que es la mercancía universal. Pero en un país rentista todo se reduce a apropiarse de la renta, por eso tenemos una burguesía que no ha producido y que no lo va a hacer mientras existe renta a la mano.

De allí que no se le puede pedir, sería cándido, a la burguesía o al que aspire a ser burgués, que deje de apropiarse de la renta y se ponga a crear esas trampas de capturar plusvalía, que son los medios de producción en el capitalismo… Éstos responderían ¿Para qué dar tantas vueltas si tengo la renta en cadivi o en el sicad, y la puedo aumentar con la especulación cambiaría?. Recordemos que la burguesía siempre se irá por la línea de menor esfuerzo.

Ahora bien si definimos a la guerra económica como: “el uso que hace el capitalismo de su fuerza (económica) para inducir malestar en el pueblo y crear las condiciones para pasar a la fase de fuerza”. Debemos concluir que en este país rentista, la burguesía hará la guerra económica con los medios de que dispone: apretará en la importación, saboteará la distribución, y sobre todo creará sensaciones con sus medios de creación de norealidades.

La guerra económica que hoy padecemos es la misma de los gringos expulsados, de los ataques de los paramilitares… pero desarrollada por otros medios, los económicos, que tiene la burguesía rentista a su disposición.

¿Cómo enfrentarla?
Lo primero es en la conciencia del pueblo, elevar su sentido de pertenencia a la sociedad, explicarle el momento que vivimos: estelar, en oportunidades de avanzar, de acabar con la relación capitalista. Aquí es bueno recalcar que si decimos que vamos a cambiar una “burguesía parasita por una productiva” que ahora no existe, eso no emociona a nadie, no se entiende la esencia de la guerra, no se define al enemigo, que es el capitalismo todo, la relación capitalista sea cual sea la forma que adquiera.

De esta manera, asombrosamente, actuamos como si estuviéramos luchando contra la aviación de un ejército invasor, pero no con su marina, y simultáneamente estuviéramos negociando con la infantería, pidiéndole que no disparen con proyectiles de alto calibre.

El pueblo humilde, el preterido, debe saber que se le convoca para construir un mundo nuevo, de hermanos, “de todos por el bien de todos.” Y debe saber cuál es el enemigo.

Entender que un gobierno revolucionario debe desechar las ilusiones de avanzar de la mano de la burguesía, ni siquiera con una fracción de ella, un gobierno revolucionario tarde o temprano tiene que enfrentarse a la oligarquía. Y este gobierno hijo de Chávez está saldando las cuentas del Comandante, heredó el amor del pueblo humilde y también el odio de la burguesía. No hay pacto con la burguesía, porque ellos no quieren, el odio de clases, racial, les impide acercarse a los hijos de Chávez. Y si insistimos en no enfrentarla, en inventar atajos para preservarla, en pedirle que nos quiera, iremos a la batalla final debilitados, nos engullirá a la vuelta de la esquina.

Entonces, no es una guerra económica, es una guerra contra el capitalismo en cualquiera de sus formas, donde no hay medias tintas ni vuelta atrás. Hemos llegado a la fase del desenlace, es suficiente ver las declaraciones de los oligarcas para darse cuenta de la situación límite….

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