miércoles, 23 de octubre de 2013

¿CUÁL PODER SE DISPUTA?


Por Toby Valderrama y Antonio Aponte



Durante muchos años la clase dominante se encargó de apartar a los dominados de la disputa del poder, les hizo creer que el poder estaba en lo local, que allí residía todo, que el poder político, el gobierno, era malo, que lo universal no existía. De esta manera, con la masa ocupada de lo pequeño, ellos se repartían el poder inmunizados por la estulticia popular y el cretinismo de una pseudodirigencia.
El 4 de febrero se reivindicó la lucha por el poder político. La tanqueta dando trompadas en la puerta de Miraflores fue signo de que la lucha por el poder regresaba al bando de los humildes. Atrás quedaban las consejas del foro social, ahora se pelea por el verdadero poder, allí donde éste reside, en lo nacional, en lo universal, la política grande regresaba a los excluidos.
Pero la intoxicación de localismo era grande, muchas fueron las recaídas, en momentos el poder nacional avergonzaba. Un día Fidel, siempre sabio, alertó: "el gobernante, el Presidente, no puede ser el alcalde de toda Venezuela, esa no es su función."
El Comandante Chávez entendió su papel de líder nacional, de Presidente, y luchó contra las desviaciones anarquistas que niegan el poder político, el poder central, las que se refugian en lo local para hacer de lo nacional una suma de fragmentos inconexos. Pocas veces la jefatura nacional fue ejercida con tanta propiedad. Aprendió, inventó maneras nacionales de unirse a lo local, y maneras locales de unirse a lo nacional. El “Aló”, por ejemplo, era nacional sin dejar de ser local. Interesaba a todos, hasta llegaba a ser internacional con sus frecuentes invitados y temas.
Lo nacional ilumina a lo local, no significa que el dirigente nacional se haga local, eso es imposible, local se hace la organización, la estructura. Ahora la necesidad de integración funcional de lo local y lo nacional, más allá de lo publicitario, golpea nuestras narices en la crisis política. Veamos.
El oligarca convirtió una elección local, municipal, en un hecho nacional, es inevitable considerarlas así. Cuando vemos a un candidato a alcalde declarando, siempre está presente el factor nacional. La realidad obliga a los dirigentes regionales a ser dirigentes nacionales, a ocuparse de los asuntos políticos, esto es, de la disputa del poder, ya no hay espacio para lo exclusivamente local. El gobernador de Miranda anda por el mundo y el país ejerciendo como dirigente nacional. El gobernador de Lara surge como un vocero golpista, disputa el gobierno nacional, y al ser precisado corre asustado buscando el refugio de lo local, allí se apaga, se extingue, flor de un día, canto de cisne.
Es así, son tiempos de Política, de disputa del poder político, toda la actividad social se subordina a este objetivo, desde la farándula hasta la economía, desde los cómicos hasta los empresarios, los políticos, todo está en función de este objetivo como nunca había estado. Es así, esa es la característica de las crisis políticas.
Nosotros tenemos la ventaja de tener un líder nacional, el Presidente, que cada vez debe ser más nacional, más estadista, menos alcalde. Ellos no han podido cuajar un líder nacional, están cojos en política.

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