Luigino Bracci Roa, Alba Ciudad
Si para los partidarios de la invasión a Libia fue sencillo recrear una plaza de ese país usando Qatar como escenario, a los productores del drama televisivo y de espionaje estadounidense “Homeland” (en español: “Patria”) también les resultó fácil usar un edificio abandonado en Puerto Rico para recrear un rascacielos muy conocido en Caracas: “La Torre de David”, como se conoce hoy al otrora Centro Financiero Confinanzas, el tercer mayor rascacielos de la capital venezolana, parcialmente construido por un banco que desapareció en la crisis financiera de los años noventa, y que desde 2001 fue tomado por personas sin hogar. Homeland revive el trillado argumento de los agentes estadounidenses que deben defender a su país de “terroristas islámicos”, que quieren acabar con la “libertad”.
Esta breve explicación le dará una idea de qué trata la serie: Al final de la segunda temporada Nicholas Brody, un marine estadounidense, debe huir luego de que una bomba explotase en su vehículo durante el funeral del Vicepresidente de los Estados Unidos, previamente asesinado por órdenes de un terrorista islámico de Al Qaeda, llamado Abu Nazir. La explosión mató a más de 200 personas, razón por la que se piden 10 millones de dólares por la cabeza de Brody. Este personaje es ayudado por la otra protagonista, la agente de la CIA Carrie Mathison. Brody decide huir de Estados Unidos tras los incidentes arriba mencionados.
En el tercer capítulo de la tercera temporada, Brody aparece nada más y nada menos que en las costas de Venezuela, concretamente en Catia La Mar, de donde es llevado a la Torre de David o Centro Financiero Confinanzas, uno de los pocos lugares de Caracas que es presentado en dicha serie.
¿Por qué repentinamente los productores de una serie de ficción como esta se acuerdan de Venezuela y deciden presentar a nuestro país en dicha serie? Esto sobresalto a muchos usuarios de las redes sociales.
Una de las cosas que nos llamó la atención fue la forma como se presentó a Venezuela en este capítulo. Cuando el protagonista de una serie llega a un nuevo lugar, siempre se muestran sus lugares más emblemáticos a modo de presentación: El Corcovado en Río de Janeiro, la Torre Eiffel en París, la Plaza de la República en Buenos Aires, el Times Square en Nueva York. En Caracas, ninguno de sus íconos arquitectónicos o naturales es presentado; sus directores van directamente a la Torre, que intentan colocar como el nuevo símbolo de la capital venezolana.
Este edificio de 45 pisos, calificado por la prensa como el barrio vertical más alto del mundo y como una vergüenza para nuestra nación, no es otra cosa sino un producto de nuestra realidad acumulada por generaciones. La misma desigualdad que causó que miles de personas vinieran del interior del país e invadieran los cerros caraqueños en los últimos 50 años, también causó que unas dos mil personas, paulatinamente, tomaran la torre a partir del año 2001, luego de pasar varios años abandonada tras la quiebra del banco que la construía, y que la dejó como un gigantesco esqueleto de concreto, expuesto en el corazón de la capital.
Más allá de los reportes periodísticos que la tachan de guarida de delincuentes, diferentes trabajos serios han demostrado que en ella existe una impresionante organización popular, que han logrado dotar a la torre de servicios básicos como agua, electricidad y transporte, y que sus habitantes son personas comunes y corrientes que intentan salir adelante, como en cualquier otro barrio del mundo. Que, a pesar de los problemas y las carencias, agradecen tener una vivienda en el centro de la capital venezolana. Y que sueñan con la posibilidad de estar algún día en un lugar mejor, que cuente con todos los servicios básicos y fundamentales. Los problemas no son ajenos a este espacio, pero ¿existe algún sector de la ciudad que pueda presumir de no tenerlos?
En la serie, Brody despierta mientras es cuidado por Esme, personaje representado por la actriz colombiana Martina García, conocida por sus papeles en las películas La Cara Oculta y la producción venezolana Día Naranja. Brody se asoma ante los ladrillos de un apartamento casi sin paredes y, desde un piso altísimo, observa la capital venezolana mientras la toma se aleja y lo muestra en un piso alto de la Torre de David. “Esto es Caracas… tu nuevo hogar”, le dice uno de quienes lo retienen en el lugar.
Luego, otro personaje (un “doctor” con un extraño acento) se encarga de aclararle a Brody y a los espectadores estadounidenses que el nombre de la torre “nada tiene que ver con el Rey David, Dios no lo quiera, sino con el banquero egomaníaco David Brillembourg”, el otrora dueño del Grupo Confinanzas. El personaje explica que “el banquero murió, luego toda la economía murió y entonces los invasores tomaron el edificio”. La fugaz explicación podría confundir a los muchos estadounidenses que desconocen la historia venezolana en los años noventa, cuando ocurrió la crisis bancaria, mucho antes de la llegada de Hugo Chávez al poder.
Mural llamativo
De cualquier forma, la explicación es brindada en una habitación adornada con un mural de una persona que, para muchos, es un “Chávez con barba” y recuerda la foto que el reportero gráfico Jorge Silva, de la agencia Reuters, tomó del Comandante Chávez bajo la lluvia en un plano contrapicado el pasado 4 de octubre, foto que se ha convertido en un ícono del líder socialista.
Observe el mural en la pared…
Compare el mural de arriba con esta foto de Jorge Silva (Reuters)
En la Torre, Brody es vigilado por hombres con fusiles y armas largas quienes le impiden salir. Estos mercenarios, aparentemente al servicio de la agente de la CIA Carrie Mathison, caminan por los pasillos del edificio, en medio de paredes pintadas con lemas y grafitis (uno de ellos: “Chávez esta mue…”, otro “Comandante, Miraflores no te olvida” y otro “Chávez vive en el corazón del pueblo”).
Brody logra escapar para caminar por calles “caraqueñas” y llegar hasta una mezquita donde pide refugio, pero controversiales policías caraqueños, con banderas venezolanas en sus uniformes, le caen a golpes por órdenes de un personaje musulmán. Rápidamente son abatidos a tiros por los mercenarios, que acuden a su “rescate”.
En la controversial escena final del capítulo, Brody es encerrado en una habitación dentro de la Torre de David para que no vuelva a escaparse.
Echado en el piso luego de la monumental golpiza dada por los policías venezolanos, Brody recibe del “doctor” una droga, que anteriormente había rechazado, la cual esta vez acepta y se inyecta en sus venas. La imagen de la Venezuela pobre y drogadicta, en las pantallas estadounidenses.
Filmada en Puerto Rico
Pero nada de esto fue filmado en Venezuela. Damian Lewis, el actor que hace de Brody, contó lo ocurrido durante una entrevista al sitio web Vulture:
-La torre donde Brody está siendo retenido no tiene paredes. ¿Cómo fue la experiencia de filmar en ese edificio?-Eso fue en un edificio abandonado en Puerto Rico, que fue tratado por el departamento de Arte de forma exquisita para que pareciera un barrio pobre. Filmar allí tuvo sus asuntos de seguridad porque, como dijiste, no habían paredes. Uno estaba a diez pisos de altura en el edificio y, si no te concentrabas, terminarías diez pisos abajo en la calzada. El viento soplaba fuerte allí. Era como un túnel de viento, por lo que podrías estar caminando y ser soplado fuera de allí. No se nos permitía estar a menos de dos metros de los bordes, lo que no era problema para mí porque sufro de vértigo y soy malo para las alturas (risas).
El sitio web Buzzfeed también informa que un edificio de apartamentos abandonado en San Juan se usó para recrear los interiores de la Torre de David. “Sus detalles parecen casi perfectos, como aquí, donde la enfermera de Brody, Esme (Martina García) compra agua en una bodega dentro del edificio”.
En los momentos en los que Brady y Esme recorren supuestas calles caraqueñas para intentar pedir refugio, en realidad lo hacen por calles boricuas, como lo delata esta captura que muestra un local comercial con un código de área telefónico que no existe en Venezuela: el 787, que sí existe en la isla caribeña.
Series que denigran de los musulmanes
Homeland es una serie de ficción, pero está basada en la serie israelí Hatufim (“Prisioneros de guerra”) y es producida por Fox 21, uno de los canales del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch.
Personas en todo el mundo, como Peter Beaumont, editor de asuntos extranjeros en el diario inglés The Guardian, han criticado a Homeland por la forma como presentan a los árabes y musulmanes. Tras haber visto varios capítulos de la primera temporada, Beaumont confesó: “Admito que no tengo idea de cómo la historia en Homeland se desarrolle y qué sorpresas nos depare para el futuro. Lo que sé es que, hasta ahora, tanto árabes como islamitas han sido retratados como unos fanáticos violentos, y algunos de ellos son infiltrados poderosos e influyentes”. Ejemplificó que la serie presenta a una familia de palestinos adinerados que viven en Estados Unidos, quienes disfrutan de la vida y los placeres de occidente pero en secreto apoyan y financian a Al-Qaida. Para Beaumont, la serie da a entender que, sin importar cuán feliz pueda parecer un musulmán en occidente, “todos son sospechosos” de apoyar a los terroristas.
Añadió: “Soy una persona que ha pasado mucho tiempo en Oriente Medio, y como tal, encuentro las caracterizaciones no sólo como crudas e infantiles, sino ofensivas. Y más allá de la forma como se retrata a las personas, Homeland presenta una imagen extraña y poco creíble de relaciones entre países e identidades en la región, donde los palestinos, iraquíes y sauditas comparten una misma agenda a pesar de su pasado, cultura e historia”.
Estas y otras razones han dado pie para que muchos vinculen esta serie con la ideología sionista, un movimiento político que propugna que las tierras de Israel (e incluso buena parte de Oriente Medio) son la patria del pueblo judío, lo que justificaría, para los creyentes de este movimiento, la expulsión de los musulmanes de dichos territorios. Es necesario destacar que muchos judíos están en contra del sionismo, por la elevada conflictividad, guerras, decesos y resentimiento que ha causado en Oriente Medio.
Sus actores… ¿reunidos con la CIA?
Tal parece que Homeland no tiene muchos fanáticos en Venezuela, no así en Estados Unidos, donde su propio presidente, Barack Obama, admitió en una entrevista con la revista People que Homeland es una de las dos series “que hay que ver obligatoriamente”.
El diario español El País reveló el pasado 20 de septiembre que “los actores, guionistas y el director de (Homeland), una de las series de más éxito que adoran desde Barack Obama hasta Bill y Hillary Clinton, han estado visitando la sede de la CIA en Virginia. Sí que se ha sabido que hubo una reunión de alto nivel a la que asistió el director de la CIA John Brennan. ‘Hubo muchas preguntas, pero no lo voy a contar’, ha dicho Claire Danes, la protagonista. Los productores de la serie sí desvelaron que en la sala de proyecciones de la agencia mostraron el primer capítulo de la tercera temporada que está a punto de estrenarse. Y es que cuando en un país como Estados Unidos se produce una serie cuya trama principal es la CIA y su lucha contra el terrorismo islámico es muy probable que, sin darse cuenta, la realidad supere a la ficción e influya en el rodaje”.
¿Qué razones hay para que Venezuela aparezca en una serie que el Presidente Obama abiertamente apoya y anima a ver, y que cuenta con el respaldo y el apoyo de la CIA? ¿Es una especie de preparación para que el pueblo estadounidense justifique cualquier agresión a nuestro país, o cualquier apoyo a la derecha venezolana? El tiempo lo dirá.
(Agradecimientos a los diferentes camaradas de redes sociales que proveyeron de material, fotos y datos para la realización de este artículo)
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