M.A. GUZMÁN GÓMEZ
El incuestionable e indeleble vuelco político revolucionario hacia lo bueno y popular que ha venido ocurriendo positivamente en Venezuela desde 1998 –¿o 1992?– , ratificado por 18 eventos comiciales aprobatorios, no tiene parangón en nuestra historia ni en el mundo democrático.
Nunca, como en estos últimos años, el venezolano ha sentido como suyo el extraordinario poder del voto para elegir su propio destino. Lo ha disfrutado a plenitud hasta en escenarios electorales inéditos como fueron, por ejemplo, la aprobación de nuestra única Constitución Bolivariana y la ratificación del presidente Chávez a través de un referéndum, articulado por la misma Carta Magna. En ambas “fiestas electorales” se puso a prueba la inequívoca vocación democrática del pueblo venezolano, saliendo airoso y con mayor fortaleza cívica para enfrentar pretensiones golpistas desestabilizadoras y a todo aquel o aquello que se empeñe en torcer el rumbo institucional de este proceso cívico-militar blindado, orientado hacia el más amplio bienestar colectivo, siempre en democracia y libertad plenas, con permanente inclusión y solidaridad total. ¡Viva el voto del Poder Popular venezolano!
Se nos presenta dentro de 60 días un nuevo momento histórico de una importancia innegable, cuando el próximo 8 de diciembre (8D) concurramos masivamente, como nunca antes, a depositar con euforia todo el poder de nuestro derecho al voto, participando y protagonizando con mucha alegría y voluntad revolucionaria que hoy ya tienen de sobra los venezolanos, aportando lo que sea necesario y entregando “alma, vida y corazón”, sin importar el tamaño del esfuerzo porque “grano a grano se llena el silo” y voto a voto se enrojecerán las urnas electorales para luego presenciar el gran parto bolivariano extraordinario.
Se avecina, entonces, una victoria descomunal el 8D impulsada, ahora con más fuerza, por el binomio histórico Bolívar-Chávez, cuyo triunfo retumbará en el mundo entero….Sin duda.
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