*Yasmin Chauran
*Militante de la lucha de los pueblos
En mayo de este año, en el marco del
Encuentro Nacional por el Control Obrero y los Consejos Socialistas de
Trabajadoras y Trabajadores realizado en SIDOR, fui entrevistada por la camarada
periodista Osly Hernández, para el programa Dando y Dando. En esa oportunidad,
denuncié públicamente que la agenda desestabilizadora de la derecha en el
Estado Bolívar estaba encaminada a una explosión social-laboral que perseguía
un “Guayanazo”, con la clara intensión de minar el camino hacia la reelección
del camarada Chávez en el 2012.
A cuatro meses de aquellas afirmaciones, ha
quedado demostrada la veracidad de las mismas, pero responsablemente debo
reconocer que hay un error de forma en el análisis político desarrollado.
Inicialmente se planteaba que era la derecha exógena quien liderizaba esta
agenda, apoyada directa o indirectamente por la derecha endógena; esa que se
encuentra enquistada en altos niveles de poder político y económico dentro de
nuestro partido (PSUV) y/o dentro del Gobierno.
Pero ahora está meridianamente claro que la
situación es más grave de lo denunciado, pues la agenda desestabilizadora desarrollada
por los operadores políticos y peones de estos grupos en ALCASA, VENALUM,
Ferrominera Orinoco, SIDOR y MINERVEN no dejan lugar a dudas que se trata de
una agenda siniestra y criminal planificada, dirigida, ejecutada y supervisada
por estos sectores infiltrados en nuestras filas revolucionarias; y
lamentablemente en ellos se encuentran desde ministros y funcionarios
regionales, pasando por la complicidad de algunas alcaldías, hasta
“sindicalistas” de carrera, que se prestan para confundir y manipular a una parte
de la clase trabajadora.
Esto explica los paros injustificados en
ALCASA, con pérdidas millonarias para la región y el país, con el apoyo directo
y público de las autoridades regionales “cooptadas” del PSUV. El saboteo y
secuestro de la propuesta del Control Obrero en VENALUM causando una
desmoralización sin precedentes a la clase obrera y creando condiciones para
paros criminales y costosos. La violencia en los portones de FMO hasta lograr
el lamentable asesinato de un trabajador. Los ataques a la gestión
revolucionaria y al avance del Control Obrero en SIDOR, pasando por la defensa
velada de la mafia de las cabillas. Los más de 180 días de paro en MINERVEN, en
los últimos 2 años, perpetrados por sindicalistas inescrupulosos, algunos de
los cuales no han ocultado su vinculación directa con sectores de oposición (particularmente
con Andrés Velásquez). Y todo esto ocurre en el estado con el principal
potencial para la economía no petrolera del país, y con un ministro que
intentaba estar bien con los sectores revolucionarios y también con los
reaccionarios, hasta que finalmente se decidió por los últimos; al menos ya la
situación está más clara.
Aunque cada uno de estos casos, y otros de
menor impacto político, permitirían escribir un libro, el caso MINERVEN activa
todas las alarmas revolucionarias. No sólo lograron disminuir la producción a
niveles impensables a fuerza de paralizaciones nada “cívicas”, pues los
tiroteos, quema de vehículos de la empresa y violencia física a trabajadoras,
trabajadores y consejos comunales fueron parte permanente de su agenda, sino
que también utilizaron al PSUV, valiéndose de sus cargos “cooptados”, para
convocar a parte de nuestra militancia de base en su objetivo de destituir a un
presidente de empresa, sólo para ubicar otro que les resultara menos incómodo.
Pero lo peor, estaba por venir con la Comisión Interventora, pues el ministro
mago (aparece y desaparece sin dar tiempo de reacción alguna), se prestó para
entregarles en bandeja de plata o más bien “de oro”, la dirección de esta
empresa tan estratégica a un grupo de tomistas desestabilizadores, que tienen
como misión desarrollar la agenda contra la reelección del camarada Chávez,
aunque digan otra cosa.
Si alguien tiene alguna duda, debe trasladarse
a MINERVEN y ubicar en la Gerencia de Personal una lista de 500 trabajadoras y
trabajadores que están siendo objeto de amenazas de despido, sólo por haber
defendido la empresa durante los paros criminales. Se ha desatado en Minerven
una auténtica persecución sobre quienes no apoyan la actual administración por
considerar que muchos de quienes hoy dirigen la empresa son los responsables
del caos en que se encuentra, y lo más grave, es que todo esto lo hicieron y lo
siguen haciendo en nombre de la revolución, valiéndose de sus espacios de
poder.
Debemos aclarar que nuestra Revolución, la
que estamos impulsando desde el pueblo con el camarada Hugo Chávez a la cabeza,
no tiene nada que ver con esta agenda de desestabilización, improductividad,
saqueo, repartición de cuotas de poder y oportunismo de la derecha endógena. A
ese sector minoritario en las filas del PSUV, que ha venido acumulando mucho
poder político, económico y policíaco-militar, le preocupa el avance
revolucionario, por ello no pueden permitir la reelección del presidente Chávez
y desde las sombras conspiran contra él. Sin embargo, se visten de rojo rojito
para mimetizarse entre nuestra militancia y poder desarrollar su agenda de
traición. Total, quien traiciona una vez, tiende a hacerlo nuevamente.
Como pueblo no olvidamos las caretas que se
cayeron por las traiciones de algunos altos funcionarios en abril de 2002,
lamentablemente dos de ellos lo hicieron desde Bolívar, y uno aún se mantiene
en el poder. No traicionaron al pueblo, pues nunca han estado de nuestro lado,
pero traicionaron al presidente, quien le dio su confianza a estos traidores.
Hoy, nuevamente arremeten contra el pueblo, contra la clase trabajadora y
traicionan al camarada Chávez. Patean al pueblo y sólo nos buscan en procesos
electorales, tal como hacían AD y Copei. Están en el poder sólo porque Chávez
les ha apoyado, sino estarían muy lejos de Bolívar, estado que sólo les interesa
para negocios y privilegios.
Ahora más que nunca debemos luchar por la
profundización de la Revolución Bolivariana hasta alcanzar el Socialismo. Tenemos
como reto superar la lógica del capital y la política imperial que la sostiene,
pero al mismo tiempo debemos vencer el obstáculo interno de la quinta columna
que dirige el Guayanazo, quienes pretenden seguir saqueando nuestras empresas.
Conciencia, organización y movilización son nuestras armas emancipadoras contra
la derecha endógena y exógena. Tenemos la responsabilidad de impulsar el
Control Obrero, desde las bases, con la clase trabajadora y la comunidad
organizada; esa es nuestra agenda revolucionaria y el único camino a seguir.
La derecha vestida de rojo no pasará, pues
nuestra conciencia será nuestra fuerza para seguir avanzando hasta la victoria
revolucionaria definitiva. Prohibido olvidar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario