jueves, 1 de octubre de 2009

Venezuela retoma el camino de su desarrollo nuclear


Aurelio Gil Beroes

Con los recientes acuerdos suscritos con Rusia para el desarrollo de la energía nuclear, Venezuela retoma el camino que hace casi medio siglo la condujo a la vanguardia del desarrollo científico en Latinoamérica.

Y es que, efectivamente, en 1960 fue inaugurado el Reactor Nuclear Experimental RV1 del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

Esta usina, cuya construcción comenzó en 1956, por iniciativa del científico venezolano, Humberto Fernández Morán, cuando el actual IVIC se denominaba Instituto Venezolano de Investigaciones Neurológicas y Cerebrales (IVNIC) fue la primera de su tipo en Latinoamérica y marcó un hito en el desarrollo científico regional.

Tuvo un papel pionero en el desarrollo científico y tecnológico de la microscopia electrónica, y en estudios estructurales fisiológicos del cerebro.

A comienzos de la presente década, el reactor nuclear el RV-1 fue transformado –reversiblemente- en una planta de irradiación de rayos Gamma (PEGAMMA), a través de la cual el IVIC, presta con acierto servicios de esterilización microbiológica de alimentos, materiales quirúrgicos y otros.

Así se inició la experiencia venezolana en el manejo de este tipo de energía que, en un futuro próximo, será potenciada por los acuerdos establecidos por el Gobierno venezolano, con Rusia y otros países como Bielorusia e Irán.

Aplicaciones

El uso que se le dará a la energía nuclear en Venezuela, según lo han declarado el presidente Chávez y el Ministro del Poder Popular Ciencia y Tecnología, Jesse Chacón, será con fines pacíficos, especialmente en la medicina.

El 2 de marzo del presente año, con motivo de la visita al país del presidente de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mohammed El Baradei, el presidente Chávez dijo: 'Estamos muy interesados en que se conozca los que estamos haciendo, no vayan a decir mañana que estamos construyendo una bomba atómica en Latinoamérica”.

El empleo de esta energía es muy amplio. En la la agricultura, por ejemplo, entre centenares de otras aplicaciones, facilita la investigación de la fertilidad de los suelos o el mejoramiento genético de plantas y animales.

En medicina es empleada en las área del diagnóstico y la terapia, y se aprovecha por su altísimo rendimiento.

También es utilizada en la alimentación, porque permite la conservación por mucho más tiempo de los productos orgánicos, inhibiendo la proliferación de hongos y bacterias, mientras que en la protección del medio ambiente facilita la detección y análisis de nuevos contaminantes.

Además, ofrece una ventaja adicional y es que está libre de carbono, lo que significa que no contribuye con la emisión de gases de efecto invernadero, que dañan la capa de ozono.

Otro de las posibilidades que ofrece este tipo de energía es que puede ser utilizada para la generación de electricidad, porque un kilogramo de uranio produce tanta electricidad como 17 toneladas de carbón.

La energía nuclear en Latinoamérica

Actualmente, sólo tres países en Latinoamérica tienen importantes avances en el uso de la energía atómica, y son: México, Brasil y Argentina.

México tiene dos reactores en funcionamiento, y ambos pertenecen a la central de Laguna Verde. El primero de ellos está operando desde 1990 y el segundo desde 1995.

Brasil posee tres usinas con sendos reactores: Angra I, Angra II y Angra III y está integrado con Argentina en la Agencia Argentino-Brasileña de Aplicaciones de la Energía Nuclear (AABAEN).

Argentina, por su parte, también tiene tres centrales: Embalse, Atucha I, Atucha II, construidas en los últimos cuarenta años y una cuarta en proyecto.

La energía nuclear en el mundo

De acuerdo con el sitio “Nuclear Power in the world Today”, en la actualidad en el mundo funcionan 442 centrales nucleares o reactores nucleares, diseminados en 31 países.

Son tres las razones que más pesan en las decisiones que conducen al uso de energía atómica.
Primero, el crecimiento demográfico en el mundo, que demanda combustibles más baratos para producir la energía eléctrica para millones de habitantes.

Segundo, la esperanza de una mejor calidad de vida para todos estos seres humanos, a través de los beneficios de la electricidad.

Y, en tercer lugar, la protección del ambiente, en momentos cuando de todos los rincones del mundo se demanda el cese de la producción de dióxido de carbono, resultante de la quema de combustibles fósiles, como lo son el petróleo y sus derivados.

La producción de electricidad en el mundo

Nuclear Power in the world Today informa que en el año 2006, los elementos utilizados para producir electricidad en el mundo, eran los siguientes y en esas proporciones:

Carbón, 39%; petróleo 10%; agua 19%; gas 15%, energía nuclear 16% y otros 1%.


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