La brújula ideológica ambigua falla en la interpretación de la realidad. Veamos.
Los analistas y voceros oligarcas nacionales cometen contradicciones evidentes entre sus principios y sus posiciones. Son antigolpistas, pero ayudan a Micheleti. Son “demócratas”, dicen respetar los resultados electorales, y simultáneamente acusan de “tirano” a Chávez, el gobierno que más elecciones ha ganado en el continente.
La posición de estos voceros es hipócrita, intentan imponer a las elecciones burguesas como única fuente de legitimidad, pero no las respetan, consideran la reelección como pecado cuando es la de Chávez, y santa cuando es la de Uribe. Para ellos Chávez irrespeta la Constitución , pero Micheleti no.
Entonces, o el instrumento de análisis político, la brújula, no les está funcionando bien, o tienen una brújula oculta.
La contradicción de los gringos es más evidente, apoyan el golpe a Zelaya, pero se dicen respetuosos de la democracia. Acusan a Venezuela de armamentista, pero tienen bases militares en el vecino país. Son gendarmes de los derechos humanos, pero tienen a Guantánamo y a las cárceles clandestinas.
Es evidente, los oligarcas y los imperialistas se guían con una brújula oculta, se rigen por principios diferentes a los que pregonan.
Su imperativo ético es la defensa del capitalismo, la protección de la ganancia. Así, si es contra el capitalismo es malo, entonces se justifica atacarlo, cualquiera sea la forma que adquiera ese ataque, desde la bomba atómica hasta genocidio, magnicidio, derribar las torres gemelas, todo es ético si de proteger al capitalismo se trata.
Esta es su brújula oculta, la historia nos da indicios claros de su existencia. Sólo a partir de ella podemos interpretar con certeza la conducta de los capitalistas.
En consecuencia nosotros debemos afinar nuestra brújula, nuestro principio ético fundamental debe ser: la construcción de un mundo Socialista, única manera de salvar la vida en el planeta.
De allí que nuestras acciones deben estar guiadas, como lo pregonaba el Che, por profundos sentimientos de amor. Para nosotros todo lo que sea en defensa del rumbo socialista es ético, y toda acción debe prefigurar a la nueva sociedad. La lucha contra el sistema capitalista sólo tiene sentido si está contenida en la batalla por el Socialismo.
De esta manera, con estos instrumentos teóricos, se pone en claro la esencia de la contienda: se trata de una batalla entre el capitalismo y el Socialismo, de allí proviene la única legitimidad de las acciones.
Sólo así, con esta definición ideológica se pueden explicar las diferentes posiciones frente a los sucesos políticos del mundo.
Ellos con su brújula que conduce al abismo, a la extinción, y funciona con muerte, crueldad, devastación, aprueban cualquier infamia.
Y nosotros, con nuestra brújula de amor, de vida, construyendo la nueva relación entre humanos y con la naturaleza, rompemos con las “legalidades” que nos quieren imponer, no aceptamos más legalidad que la marcha hacia el Socialismo salvador.
No hay otra manera de valorar las acciones.
¡Chávez es Socialismo!
Los analistas y voceros oligarcas nacionales cometen contradicciones evidentes entre sus principios y sus posiciones. Son antigolpistas, pero ayudan a Micheleti. Son “demócratas”, dicen respetar los resultados electorales, y simultáneamente acusan de “tirano” a Chávez, el gobierno que más elecciones ha ganado en el continente.
La posición de estos voceros es hipócrita, intentan imponer a las elecciones burguesas como única fuente de legitimidad, pero no las respetan, consideran la reelección como pecado cuando es la de Chávez, y santa cuando es la de Uribe. Para ellos Chávez irrespeta la Constitución , pero Micheleti no.
Entonces, o el instrumento de análisis político, la brújula, no les está funcionando bien, o tienen una brújula oculta.
La contradicción de los gringos es más evidente, apoyan el golpe a Zelaya, pero se dicen respetuosos de la democracia. Acusan a Venezuela de armamentista, pero tienen bases militares en el vecino país. Son gendarmes de los derechos humanos, pero tienen a Guantánamo y a las cárceles clandestinas.
Es evidente, los oligarcas y los imperialistas se guían con una brújula oculta, se rigen por principios diferentes a los que pregonan.
Su imperativo ético es la defensa del capitalismo, la protección de la ganancia. Así, si es contra el capitalismo es malo, entonces se justifica atacarlo, cualquiera sea la forma que adquiera ese ataque, desde la bomba atómica hasta genocidio, magnicidio, derribar las torres gemelas, todo es ético si de proteger al capitalismo se trata.
Esta es su brújula oculta, la historia nos da indicios claros de su existencia. Sólo a partir de ella podemos interpretar con certeza la conducta de los capitalistas.
En consecuencia nosotros debemos afinar nuestra brújula, nuestro principio ético fundamental debe ser: la construcción de un mundo Socialista, única manera de salvar la vida en el planeta.
De allí que nuestras acciones deben estar guiadas, como lo pregonaba el Che, por profundos sentimientos de amor. Para nosotros todo lo que sea en defensa del rumbo socialista es ético, y toda acción debe prefigurar a la nueva sociedad. La lucha contra el sistema capitalista sólo tiene sentido si está contenida en la batalla por el Socialismo.
De esta manera, con estos instrumentos teóricos, se pone en claro la esencia de la contienda: se trata de una batalla entre el capitalismo y el Socialismo, de allí proviene la única legitimidad de las acciones.
Sólo así, con esta definición ideológica se pueden explicar las diferentes posiciones frente a los sucesos políticos del mundo.
Ellos con su brújula que conduce al abismo, a la extinción, y funciona con muerte, crueldad, devastación, aprueban cualquier infamia.
Y nosotros, con nuestra brújula de amor, de vida, construyendo la nueva relación entre humanos y con la naturaleza, rompemos con las “legalidades” que nos quieren imponer, no aceptamos más legalidad que la marcha hacia el Socialismo salvador.
No hay otra manera de valorar las acciones.
¡Chávez es Socialismo!
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