Eileen Padrón
Antes me infartaba al escuchar cualquier mamarrachada en contra del Presidente Chávez, discutía hasta lograr que el ignorante se retirara molesto por la falta de argumentos para rebatirme cualquier tema o terminaba convencido que estaba en un error y “aquí no ha pasado nada”, ahora me lo tomo con soda, no discuto con torpes cuando veo que son irrecuperables pero me afinco cuando hay posibilidades de rescatarlos, porque aunque piensen que escuálido que razona y analiza no existe, ¡pues sí!, y les cuento como se transforman. En los años de la “locura mediático-política”, 2002-2005 una “amiga” no terminaba de entender como yo podía ser chavista y defender a una persona que nos llevaría a la ruina como en Cuba. Mediatizada como buen escuálido, repetía todo lo que veía o escuchaba en los medios y es por eso que tratábamos de no tocar el tema político cuando nos reuníamos, pero desde hace un buen tiempo, vengo notando su cambio, me pregunta antes de opinar algo que escuchó, ¿será verdad tal cosa?, o pide le explique sobre algo como por ejemplo la LOE, ahora busca la otra versión de la información y eso camaradas es producto del trabajo de orientación y la paciencia que cada uno de nosotros como revolucionarios aportemos. Hay momentos en que perdemos la voluntad y preferimos dejar que crean lo que quieran y ahí está el error. Mi amiga lamentablemente tiene a su mamá con cáncer y le estaba constando un realero el tratamiento de quimioterapia, le hablé sobre la distribución gratuita del mismo por el seguro social y ahora consecuentemente acude al “Domingo Luciani” a buscarlo. En la cola, se entera que hay un mercal en el estacionamiento y aprovecha comprar algunos artículos, nunca había comprado en mercal por la propaganda negativa hacia los productos, ahora, me pregunta dónde hay operativos porque reconoce el ahorro que representa y que la calidad de los alimentos es buena. Mi amiga a quien no nombro por su nombre y apellido porque no le he pedido autorización aún, no puedo decir que sea revolucionaria, pero por lo menos agradece y predica las bondades del proceso y algo significativo para mí, critica a Globovisión. Otro caso, una vecina docente jubilada, adeca de tradición familiar, desde que empezaron las discusiones de
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