lunes, 8 de junio de 2009

Washington contra Cuba: Estados Unidos No Acepta Perder.


*Eva Golinger


La decisión unánime del pasado 3 de Junio que dejó sin lugar la Resolución de 1962 que había suspendido la participación de Cuba en la Organización de Estados Americanos (OEA) fue un acontecimiento histórico. Sin duda que fue una de las muestras más contundentes del profundo cambio que se ha generado en América Latina durante los últimos 10 años, desde la llegada al poder de la Revolución Bolivariana en Venezuela. Sólo dos días antes, el antiguo grupo guerrillero de El Salvador, el Frente Faribundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) asumió el poder en la figura del nuevo presidente Mauricio Funes, evidenciando aún más el gran giro hacia la izquierda que ha tomado la región. De haber logrado la disolución de la Resolución de 1962 en la OEA tan pronto después de la Cumbre de las Américas del pasado Abril, donde por primera vez se trató el tema de manera pública y oficial, es un verdadero logro de la integración latinoamericana y una indicacción de que la nefasta e imperialista Doctrina Monroe que emarcaba la dominación de Estados Unidos en el hemisferio durante siglos ha cesado de existir. Sin embargo, Washington no ha aceptado la derrota tan facilmente. De hecho, el gobierno de Barack Obama, que tanto ha insistido en un cambio de la política hacia Cuba, ha volteado la derrota y la ha convertido en una victoria para Washington. A pesar de que fueron los países del ALBA (Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela) que negociaron hasta el último momento la derogación incondicional de la Resolución de 1962, los voceros del Departamento de Estado han declarado que fue el documento original de la Secretaria de Estado Hillary Clinton que se logró imponer ante la Asamblea General de la OEA. En declaraciones a la prensa durante la tarde del 3 de Junio, el Asistente Especial del Presidente Obama y Director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, Dan Restrepo, dijo “Creo que es importante destacar que anoche hubo un documento en la mesa cuando terminaron las conversaciones, aparentamente en un impase, cuando los países del ALBA no aceptaban el texto, de lo cual había ya un consenso general. Esta mañana, sin cambiar ni siquiera una palabra, esos países se unieron al consenso que ya había sido formado bajo el liderazgo de Estados Unidos y otros importantes países en el hemisferio.” El Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, afirmó este punto de vista, agregando, “Y me gustaría enfatizar el hecho de que la resolución que fue aprobada hoy fue basada en una resolución presentada por la Secretaria Clinton ayer, luego de una conversación y negociación extensa con un amplio rango de socios. Y entonces es el producto de un diálogo con socios claves en el hemisferio. Y fue un documento tan poderoso y una coalición de países tan poderosa que aquellos países que se sentían incómodos con ciertos aspectos del documento, últimamente no podían cambiarlos…Y es importante entender que además del asunto de Cuba, lo que fuimos capaces de lograr aquí, número uno, fue de obligar a los países del ALBA comprometerse con instrumentos amplios que ellos han violado – como la Carta Demócrata Inter-Americana.” Entonces, según el gobierno de Estados Unidos, ellos lograron imponer su resolución sobre la derogación de la Resolución de 1962 y el posible retorno de Cuba a la OEA – que supuestamente tenían previsto anteriormente - y también lograron obligar a los países del ALBA comprometerse con la Carta Democrática, que según ellos éstos ya no estaban comprometidos con dicho texto. También, el Subsecretario Shannon, tanto como el Asistente Especial del Presidente Obama, Dan Restrepo, destacaron que la resolución que ellos supuestamente impusieron “hace muy claro que el proceso que Cuba debe seguir para volver a la OEA requiere primero que Cuba pida permiso. Segundo, que entre en un diálogo con los órganos relevantes de la OEA y que ese diálogo y la decisión tomada por la OEA debe estar en concordancia con las prácticas, los principios y los propósitos de la OEA. Y la resolución hace muy claro que los instrumentos y documentos fundamentales en la OEA, como la Carta Democrática Interamericana, serán los documentos básicos para evaluar el regreso de Cuba a la OEA.” Sin embargo, en declaraciones a la prensa luego de la conclusión de la Asamblea General de la OEA en Honduras del 1 al 3 de Junio, el Presidente Chávez de Venezuela reveló que Washington hizo lo posible para impedir que el tema de la derogación de la Resolución de 1962 fuera tratado en la reunión. Fueron los países del ALBA, junto con la mayoría de los países en la región, incluyendo al Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, que insistieron colocar el tema de aquella resolución obsoleta como asunto principal de ésa reunión. Anteriormente, voceros del Departamento de Estado habían confirmado que “Estados Unidos se opone a considerar el regreso de Cuba a la OEA hasta que haya un gobierno ‘democrático” en Cuba”. ¿Qué pasó entonces? Washington fue forzado aceptar que tanto como vieron en la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago durante Abril pasado, la región ha cambiado y ya no pueden dominar y mandar como antes. Pero tampoco aceptaron la posibilidad de una derrota contundente que mostraría la debilidad del nuevo gobierno estadounidense ante el hemisferio y asi, hicieron lo posible para lograr imponer su posición sobre el tema de Cuba. Luego vieron que de cierta manera, si aceptaban derogar la Resolución de 1962 pero con una seria de condiciones para que Cuba regrese a la OEA, Washington pudiera salir con una imagen victoriosa. Mostraría el “cambio” de la política hacia Cuba del gobierno de Obama y realmente pondría en manos del gobierno cubano el próximo paso para reincorporarse en el sistema interamericano y normalizar la relación con Estados Unidos. Y sería una manera de evitar el debate sobre el levantamiento del bloqueo contra Cuba porque podrían decir desde Washington que han abierto puertas a Cuba y ahora está en manos de la isla responder. No es casualidad que sólo un día después del histórico acontecimiento en la OEA que evidenció la gran solidaridad en la región hacia Cuba, Washington anuncia la captura de dos espías en Estados Unidos trabajando a favor del gobierno cubano. El arresto de los ciudadanos estadounidenses Walter Kendell Myers de 72 años y su esposa, Gwendolyn Myers de 71 años, el 4 de Junio pasado, bajo los cargos de espionaje, de ser agentes ilegales de Cuba durante 30 años y de conspirar para entregar información clasificada al gobierno cubano, viene justamente en un momento de apertura hacia la isla dentro de la opinión pública estadounidense. Por primera vez en décadas, la idea de poder viajar a Cuba o tener negocios legales o simplemente tratarlo como un país normal en lugar de un país “enemigo estaba siendo aceptada por una mayoría de estadounidenses. Por fin se pensaba que el bloqueo impuesto hace 50 años contra la isla caribeña sería levantado en algún momento próximo. Y con la decisión de la OEA de derogar la resolución que suspendió la participación de Cuba de ese organismo regional hace casi 50 años, pues, el levantamiento del bloqueo parecía ser inminente. Pero con el descubrimiento de “espías cubanas” aún activas en Estados Unidos todo eso cambia. Volvemos a la Guerra Fría. Myers trabajaba durante casi tres décadas en la oficina de inteligencia del Departamento de Estado y supuestamente tuvo acceso a documentación clasificada sobre Cuba, que según la FBI, logró enviar al gobierno cubana. Su esposa lo acompañaba en sus esfuerzos. Según el Departamento de Justicia de EEUU, la pareja seguía espiando para Cuba hasta tiempos recientes, y suministraron información en Abril pasado sobre la Cumbre de las Americas en Trinidad y Tobago. Ya un grupo de senadores y congresistas en Washington han llamado para parar inmediatemente cualquier intento de normalizar relaciones con la isla hasta que el Congreso pueda evaluar los daños causados por “estos espías” a la seguridad nacional de Estados Unidos. La Secretaria de Estado Hillary Clinton ordenó una evaluación comprensiva sobre la información que pudiera haber sido divulgado a Cuba. Mientras tanto, ante la opinión pública estadounidense, Cuba vuelve a tomar su lugar como un país “enemigo” que busca maneras de socavar la seguridad de Estados Unidos y obtener sus “secretos”. La investigación de la FBI que supuestamente se realizaba hace tres años no pudo haber concluido en un momento más oportuno para Washington. LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS Esta situación y la constante insinceridad de Washington, enfatiza aún más la necesidad de crear un organismo latinoamericano que no este sujeto a la influencia y/o dominación de Estados Unidos. El Presidente Chávez afirmó ésta necesidad en sus declaraciones sobre la derogación de la Resolución de 1962: “…esta victoria de hoy no es suficiente, es sólo el punto de inicio de una nueva era, porque la OEA está ahí con sus mecanismos intactos, el imperialismo está ahí intacto…por eso nosotros seguimos planteándolo; es necesario conformar una organización, y cada día esa voz suena con mayor fuerza en estas latitudes.” LA OEA ES UNA ORGANIZACIÓN AL SERVICIO DE ESTADOS UNIDOS Desde su fundación en 1948, la Organización de Estados Americanos se ha dedicado a “promover y consolidar la democracia representativa” en la región, según el modelo estadounidense. De hecho, la OEA sólo reconoce un modelo socio-político-económico, que es el estadounidense. Esto implica que la OEA trabaja activamente para promover y asegurar la implementación del modelo de democracia representativa impuesto por Washington y no permite que los países miembros desarrollen modelos alternativos, como la democracia participativa o el socialismo. De hecho, la Carta Democrática de la OEA afirma en su preámbulo que “la solidaridad y la cooperación de los Estados americanos…sólo puede ejercerse sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa”, lo cual excluye cualquier país de la cooperación regional que tenga un modelo alternativo. Adicionalmente, Estado que no implemente el modelo de democracia representativa promovido por Estados Unidos es acusado de violar la Carta Democrática o de ser violador de los derechos civiles, políticos o humanos. Sin embargo, la OEA, auto-pronunciado defensor de los derechos, nunca ha condenado los múltiples golpes de estado en la región ejecutados o promovidos por Estados Unidos, incluyendos los golpes manejados por la CIA contra Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, J.M. Velasco Ibarra en Ecuador en 1961, Juan Bosch en República Dominicana en 1963, Joao Goulart en Brasil en 1964, Allende en Chile en 1973, el Presidente Chávez en Venezuela en Abril 2002 y el Presidente Aristide en Haití en 2004. Y tampoco la OEA condenó a Estados Unidos por sus agresiones contra Nicaragua, Honduras y El Salvador en los años ochenta, a pesar de que la Corte de Justicia Internacional de La Haya reconoció que Estados Unidos violó la soberanía de Nicaragua durante ésa época. De hecho, Nicaragua tuvo que acceder a un sistema de derecho internacional fuera de la OEA para obtener justicia, porque la OEA se negaba a recibir su demanda contra Washington. La OEA nunca condenó de manera contundente la invasión de Estados Unidos contra Grenada en 1983 y tampoco contra Panamá en 1989. ¿Entonces para que sirve la OEA y su Carta Democrática si sólo existen para defender los intereses de Estados Unidos y sus aliados en la región? Más ahora, cuando los países latinoamericanos se están liberando de la dominación de Estados Unidos impuesta durante siglos, y que cada día hay menos indicacciones que el nuevo gobierno de Washington levantaría el bloqueo contra Cuba y cesaría sus agresiones contra países como Bolivia y Venezuela, es necesario la creación de una Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños, libre de la mano imperial. Obama acaba de solicitar unos 320 millónes de dólares adicionales para el año 2010 para financiar “la democracia” en América Latina. Este sumo extraordinario supera el monto total dado durante los ocho años del gobierno de George W. Bush para sus esfuerzos de “promover la democracia” en la región; dinero que ha alimentado movimientos opositores a gobiernos regionales ya no subordinados a los intereses de Washington. Esta solicitud confirma la intensificación de la invasión silenciosa en la región como manera de subvertir los procesos de cambio que se esta realizando en países como Bolivia, Ecuador, Venezuela y muchos más. Tanto como demuestra el caso de Cuba, el imperio no pierde facilmente, seguirá luchando para recuperar su “liderazgo” y dominación regional hasta el último momento.

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