lunes, 22 de junio de 2009

Tres para las 9: Entre tips de salud y rumores desestabilizadores


Caracas, 17 Jun. ABN.- A partir de las 9:00 de la mañana, en Globovisión, tres conductoras hablan de belleza, salud y hogar; tocan temas que van desde osteoporosis hasta técnicas antiestrés en un programa denominado Tres para las 9 y además se toman licencias para divulgar rumores y llamar dictador al Presidente de la República. Entre inocuos tips para la meditación y métodos de relajación, una presentadora hace un paréntesis para transmitir un rumor a todos los usuarios por la señal de Globovisión que se difunde a través del espectro radioléctrico estatal. Ana Karina Villalba toma la palabra para leerle a los venezolanos lo que denominó “un secreto a voces”, sobre “las nuevas normas de Cadivi (Comisión de Administración de Divisas)”, la información llegó a su Black Berry, y según ella, le dará a todos “una especie de ataque de pánico”. “Se habla de las medidas que van a tomar: la eliminación de los cupos de internet, el cupo viajero se mantendría sólo a aquellos que viajen por más de 15 días”, refiere la periodista y añade de su propia inspiración: “Si usted, porque el presupuesto no le alcanza, se va siete días, según las modificaciones de las normas de Cadivi, no podría disfrutar de su cupo viajero, y si se va por 10 días tampoco”, añade al rumor la conductora, quien, en otra de las emisiones del espacio televisivo, reconoció su papel como periodista: “Aquí estamos nosotros para informar, educar”. En el programa del miércoles 20 de mayo, la conductora María Elena Lavaud, dentro de un segmento denominado Punto de Vista, opina que la confianza que le dieron millones de venezolanos al presidente Hugo Chávez fue traicionada y hace una analogía de éste con los dictadores criollos Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. Lavaud sataniza el 4 de febrero -una intentona golpista que reproducía el descontento popular frente a una serie de medidas económicas que afectaba el bolsillo de los más pobres- como una acto antidemocrático. Sin mencionar el 11 y 12 de abril cuando no sólo se sacó a un presidente legítimamente constituido sino que se rompió el hilo constitucional disolviendo los poderes públicos. El periodista español Pascual Serrano manifiesta que puede parecer que el mensaje generalizado en los medios de comunicación es el rechazo a la guerra, al odio o a cualquier manifestación de agresividad, sin embargo, explica que esto muchas veces no deja de ser una máscara. “Bajo el mensaje o la impresión generalizada de que los medios suelen adoptar un papel pacifista y condenatorio de la violencia, eso no sólo no es siempre así, sino que pueden llevar a ser grandes aliados de la guerra y la agresión”, expresa en su libro Medios violentos. En el mismo tono pacifista al que hacía referencia Serrano, Ana Karina Villalba relata la historia de David y Goliat, para luego dar referencias sobre la “monstruosa capacidad del Gobierno”, y de la única “ventanita de libertad que le queda a los venezolanos: Globovisión'. “La lucha entre David y Goliat ha servido a lo largo de la historia para representar a los que se enfrentan a la arbitrariedad, al autoritarismo, al abuso de poder, al totalitarismo, a toda una estructura estatal, por ejemplo, que funciona como un ejército al servicio de un solo hombre, un gigante hipertrofiado y superpoderoso que en actitud canallesca y cobarde arremete con toda su humanidad y sus armas en contra de quien le ponga resistencia a sus abusos”, explica esta periodista que pretende “informar y educar”. Mientras exhortan a las mujeres que pasan por la menopausia a fortalecer los músculos para controlar las ganas de ir al baño, María Elena Lavaud habla de la violencia verbal y psicológica que existe en el país como aspectos que ella, su programa y el canal repudian. Sin embargo, descalifica al Gobierno que a su juicio “ideologiza a los maestros”. Destaca además “el resentimiento y la politiquería revolucionaria que destruye vidas”, para finalmente concluir diciendo: “La violencia es el arma de los que no tienen razón”. En este sentido, Pascual Serrano, explica de manera puntual el objetivo de los medios de comunicación social que incitan el odio: “Los medios deben colaborar en que los ciudadanos se sientan inseguros y en peligro. Hay que despertar en el individuo la necesidad de sentirse protegido mediante métodos y cuerpos que operan con la violencia”.

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