lunes, 22 de junio de 2009

Aquella vida nuestra en la cuarta republica venezolana, tan llena de huecos y de caquexia social.

Lucero Chávez

Aquella vida de nunca acabar, así es, porque parecía que nacíamos con un sello en la frente, tu, vos, tu y vos, pa alla, pal callejón, usted, todos ustedes, pal cerro, tu y todos aquellos, más la ñapa, pa la cañada mal oliente sin alcantarillados, llena de aguas negras, la famosa cipa, cuidado te embarráis de cipa, decía mi mamá.Y crecimos con ese sello bien ponío como decía mi hermanito, que Dios lo tenga en su gloria, el sello de ser pobre sobre la frente, de vivir con lo que hay y sobre lo que hay, si la casa era de tablas roídas por los años con techo de zinc huequeado, por donde pasaban los litros de agua cuando llovía, ahí teníamos que quedarnos, si la ropa estaba rota, se quedaba así, porque ni una aguja podíamos tener como bien nuestro, nana, nai, de propiedad privada.Vivíamos entre huecos, los huecos, nuestro más preciado tesoro de la cuarta republica, pero había un hueco que se apoderaba de todos, ese era el rey o la reina dependiendo del género, Su majestad hueco estomacal, pues si señor, el hueco que se nos hacía por tener esa barriga sin naitaaaaaaaaaa de alimento, ni los mangos rellenaban el hueco ah, caray.La mayoría éramos flacos, parecíamos los muñequitos esos que llaman títeres, el viento dirigía nuestras vidas, vos pa allá, no pa aca, nooo, pa allá, y para llegar a la casa hacíamos interminables travesías, a veces no les escapábamos al viento, en fin nuestra gran lucha contra el viento era cotidiana, el viento nos quería pa él y nosotros armados de fortaleza volvíamos al rancho, adiós ropa sola, nos decían al vernos pasar los burguesitos de la avenida, y nosotros les decíamos con rostro de guerrilleros, ay y ustedes los tres cochinitos.En verdad éramos bien flacos, y que decir los perros y los gatos, ellos estaban en las mismas condiciones que nosotros. Todos éramos tan flacos que ni los perros nos querían morder, eran solidarios con nosotros, ahí aprendimos a conocer al perro, más que al gato, en su mundo telepático, jau, jau, jau, eyyyy, perro que ladra no muerde, nos esta invitando a buscar comida en los basureros de los ricos y así entre camaradería nos repartíamos las migajas que botaban los que comían bien, bien rico, eh.La caquexia en nuestro barrio era habitual, en los barrios venezolanos, a nosotros no nos daba vergüenza ser flacos, tener anemia y ser llevados por el viento, éramos seres con corazones llenos de amor y valientes con la dignidad bien adentrada en nuestra piel, mente y anhelos, pero ahora que vuelvo al pasado me digo y digo a quien pueda decirle, lo grito a todo pulmón, que vergonzoso pasado nos hicieron vivir, verdad. Una Venezuela rica en recursos disfrutada por unos pocos, y los demás, la gran mayoría de la población, viviendo las penurias, aunque para nosotros era normal vivir en esas condiciones, hoy renuncio a esa resignación que teníamos, nunca debió ser normal tener caquexia, anemia, no comer y ser llevado por el viento.Y los veo como locos, a estos mismos políticos y ricachones ingratos, querer volver a gobernar, tratando de desestabilizar el país, queriendo matar a Chávez, como si el pueblo no tiene memoria.Nosotros los que crecimos en ese mundo que nos construyeron ellos, deberíamos de quitarles todo a esos miserables y ponerlos a vivir en las mismas condiciones que nos hicieron vivir, para que aprendan lo que es el hambre cuando no hay dinero, para que aprendan a vivir en un rancho con huecos, y a padecer el síndrome de tener tantos huecos en la vida. A nosotros nos pasó todo esto, por vivir en una sociedad dirigida y controlada por miserables, individualistas, no solidaria embestida de barbarie.Chávezzzzzzz, cierra ese canal del demonio, y manda a todos los ricos, y a los políticos que nos quitaron nuestra alegría de vivir en libertad y de disfrutar de los recursos de la patria, a vivir en los cerros, con excusado de hueco, pa' que sepan lo duro que es, ir a encuclillarse a arrojar sus porquerías, con reumatismo es un calvario decía mi abuelo.Prohibido olvidar.
luceronovolveran@gmail.com

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