domingo, 3 de mayo de 2009

Un show mediático mal montado.


Gabriela Gurvich


El 1 de mayo un grupo de opositores marcharon. Sería incorrecto decir que lo hicieron por ser el Día del Trabajador. Una fecha histórica, reivindicada siempre por los sectores populares y de izquierda. Que la oligarquía conmemore ese día sería una contrasentido absoluto. Lo que este viernes protagonizaron los escuálidos en las inmediaciones de Parque Carabobo es, desde sus orígenes una provocación al pueblo, y en los hechos se trató de un show (mal)montado al mejor estilo cine de clase B. Este tipo de cine, el cual ya es todo un género cinematográfico, es aquel que por contar con muy pocos recursos económicos, es de muy mala calidad, entre otras características. Monstruos que claramente son muñecos, platillos voladores a los cuales se les ve el hilo que los sostienen, errores de continuidad en la imagen. En fin, una serie de errores cinematográficos los cuales nos patentizan que estamos ante una ficción. Este viernes fue exactamente eso lo que sucedió entre algunos actores opositores, unas cámaras del terrorismo mediático y muy probablemente algunos agentes de la policía que lamentablemente siguen siendo reaccionaria.

Una fan de Rosales se pasea muy contenta por delante de los policíasGlobovisión repetía, imagen tras imagen, escenas de una película de ficción. Escenas escritas en algún guión de laboratorio televisivo y puesto en escena por un muy mal director. La "periodista" repetía que se trataba de imágenes sin editar, menos mal que ella lo aclaraba, porque esa falta de edición desemascaraba todos los errores de esa represión montada. Un trabajo interesante sería analizar cuadro por cuadro esas imágenes e ir desmontándolas uno a uno. Por el momento nos conformamos con analizar solo algunas de las situaciones creadas. Cualquier militante social que haya vivido una represión policial en una marcha lo sabe. Cualquier televidente consciente y despierto que haya visto por TV imágenes de represiones en manifestaciones también lo sabe. En las situaciones de represión existen ciertas "leyes", determinadas formas de proceder ante los hechos. Pero claro, no es de extrañar que los montadores de noticias en laboratorios y los actores que lo personificaron no estén muy al tanto de estas "leyes". Cuando una marcha es reprimida por agentes policiales la manifestación se divide en dos campos geográficos claros. El de los represores y el de los reprimidos. Solo se ven mezclados cuando la policía se mete entre los manifestantes y en esos casos éstos son golpeados y/o detenidos por aquellos. Las imágenes de Globovisión eran muy curiosas. El grueso de la manifestación se la veía comprimida un poco más a los lejos, pero donde se ubicaban las cámaras era entre los policías mientras se veía gritar histéricamente a unos pocos opositores. Éstos se encontraban distribuidos entre los mismos policías que los estaban "reprimiendo". Era una caos muy poco creíble, imágenes muy confusas para aquellos que vivimos situaciones similares pero reales. De repente un policía tiraba un gas hacia un grupito de manifestantes que corrían hacia un lugar...¡donde había otro grupito de policías! Éstos estaban medios desorientados, se movían por el lugar sin saber mucho que hacer ante esos opositores que corrían por ahí...¡pero corrían de los otros policías! No tiene mucho sentido. Si la policía estuviera reprimiendo esos otros policías los hubieran golpeado o detenido. Otra situación: un señor mayor en la acera, lanzan un bote de gas, con un pañuelo se tapa la boca, pero sigue caminando sin mostrar señales de gas lacrimógeno (ojos rojos y llorosos, entre otras cosas) y en vez de alejarse de los gases camina en dirección a ellos. Cuando un gas lacrimógeno alcanza nuestro rostro ¡corremos! Momentos después vemos al mismo señor, esta vez ¡parado detrás de la fila de unos policías! Cuando ve la cámara reacciona y sale del cuadro, desorientado. ¿Será que su papel llegaba hasta ahí y ya no tenia más apariciones en el guión?

Un policía les indica a los manifestantes para donde deben dirigirse, mientras los otros policías observan muy cerca de ellos.Un grupo de señoras subidas a unos bancos de cemento gritan a los policías histéricamente al ver las cámaras "disparen, disparen, aquí estamos". A ver valientes señoras...si la policía estuviera en ánimo represivo les hubieran disparado sin más...y eso lo saben los miles de luchadores sociales caídos bajos las armas asesinas de la represión. Señoras dejen las payasadas para los problemas domésticos, por favor. Una mujer, sentada al borde de la acera, toma un agüita mineral muy tranquila y al pasar un policía por su lado, que ni atención le prestaba, la mujer le dice "me voy a desmayar, me voy a desmayar" Capaz la mujer no sabía cuando leyó el libreto que además de decir el diálogo, debía acompañarlo de algún gesto o movimiento corporal que sostenga lo que dice. Otra mujer, esta un poco más mayor, sentada tranquilamente en la acera con una pancarta con el rostro de Manuel Rosales (sin comentarios). Unos policías se acercan, la toman de los brazos y se la llevan. Acción inmediata de ella con gritos, patadas y manotazos. ¿Por qué esa mujer estaba sentada tan tranquila al alcance de los policías? ¿Los estaba esperando? ¿Su pape en el show empezaba en el momento que la agarraran? Infinitos ejemplos se que se multiplicaban con cada aparición de la cámara. Una cámara generadora de hechos. Hombres caminando de rodillas hacia los policías con los brazos abiertos ¿Se estaba ofreciendo como víctima? ¿Pretendía que lo hirieran para luego poder salir ensagrentado en televisión? Y mejor ni nombrar a las imágenes que minuciosamente se encarga de mostrar Globovisión de los policías cargando armas, corriendo en escuadra, apuntando a la "multitud" al mejor estilo de las películas bélicas que Hollywood realiza en masa.

Unos policías ayudan a una señora...algo jamás visto durante una represión.
Tal vez ellos no estén acostumbrados, pero en una marcha cuando los manifestantes cruzan las vallas puestas por las fuerzas del orden, la policía debe actuar (para bien o para mal) y las consecuencias son esas. Son las reglas del juego, así que la victimización no sirve, si no quieren que los dispersen no jueguen. Es importante tener en cuenta que estos escasos disturbios vividos el día viernes, fueron necesarios para evitar un disturbio mucho peor. ¿Qué hubiera pasado si los opositores llegaban cerca de la concentración del pueblo en Av. Urdaneta? Agradezcan opositores, porque cuando el pueblo defiendo lo que les pertenece, no perdona. Y una última cosa: los medios de comunicación privados no se cansaron de repetir que allí había mujeres y personas mayores. Como si eso fuera un salvoconducto para pasar a través de las fuerzas de seguridad. Oposición: no se trata ni de edad ni de género, la lucha de clases tiene ver con la posición económico-social pero más que nada con la ideología. Son las ideas lo que se combate en la calle. Y eso fue lo que sucedió ayer, físicamente hubo dos marchas, pero fueron dos ideas, contrarias y excluyente una de otra, las que recorrieron la ciudad. Una salió a llorar y patalear cual niño encaprichado cuando le sacan un dulce. La otra salió a festejar el día que les pertenece, el día que la Historia les concedió, y que acá en Venezuela se está transformando en todos los días del año, el día del Trabajador.

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