martes, 29 de diciembre de 2009

Sol


Hindu Anderi

Incrédula
corro hasta tu alborada
entrelazada con el sonar de tu conciencia

El calor de tu alma quema
me encandila la pureza de tu corazón
y tu voz me ciega

Los ojos fijos en los tuyos,
pequeños
escondidos entre el amor y el miedo

Y me detengo en tus manos,
diminutas,
abundantes en deseos incompletos

Contengo la rabia con mis ojos cerrados
y lucho contra la impotencia que me paraliza
¡En mala hora se liberaron los demonios¡

Y me lleno de la culpa de la inhumana humanidad
me frustro y luego lloro contigo
y procuro abrazarte como si estuvieras aquí

Y te veo frágil
pequeña como la certeza de la vida
e inmensa como las ganas de gritar tu regreso
pa´ que nos inundes con el agua de tu conciencia

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