Zonia Linares
Para nadie es un secreto que Henrique Capriles es un eterno perdedor, en
todas las tareas que políticamente ha emprendido los resultados han
sido nulos, pasó sin pena ni gloria por la Alcaldía de Baruta; lo que
más recordamos de su paso por la Alcaldía, fue su participación activa
en el golpe de estado del 2002, y el asalto perpetrado a la Embajada de
Cuba, liderado por él y por Leopoldo López. Este cargo sólo le servirá
como anexo para su curriculum, pero no para vanagloriarse como servidor
público. Luego se lanza a la gobernación y gana de forma pírrica, sin
embargo no es electo, ni reelecto por sectores de la clase humilde, sino
por los sectores de clase media, que hoy se sienten medio pendejos y
decepcionados de que su gobernador pasee por el mundo y no por su
estado. Se lanza como candidato presidencial y nuestro comandante no le
da respiro, y literalmente trapeo el piso con él.
Por razones que nadie hubiera querido, seis meses después vuelve a ser candidato presidencial quedando en la lona nuevamente, ahora con Nicolás Maduro. Ahí comienza su descalabro, adolorido y lleno de rencor, hace un llamado a sus seguidores, que deja como consecuencia un saldo de 11 muertos y decenas de heridos, de estos acontecimientos aún no ha rendido cuentas a la justicia. Ese mismo año se auto nombró, vocero de las elecciones municipales y habló de un plebiscito, visitó todos los estado del país, haciendo campaña y dejando tras su pasó violencia y destrucción.
Como ya había ocurrido en otras ocasiones, vuelve a salir derrotado, ya que no ganaron todos los municipios que aspiraban ganar, habló de fraude, de mostrar pruebas, hoy todavía las estamos esperando y recordemos que las pocas pruebas que mostró, fueron en una mesa que la oposición había ganado. Asiste a la mesa de diálogo y prometió un terremoto cuando abriera la boca, y lo único que movió fue la silla para sentarse. Comienzan los rechazos de su propia tolda y seguidores, y Capriles se interna en Guatirito, en donde hace todo un show al mejor estilo de un rebelde montañés, invitando un periodista español para que publicara sus hazañas y sacrificios por el pueblo y terminó cayendo desmayado en plena entrevista, los comentarios del periodista tal vez no fueron lo que esperaba Capriles, porque aunque puso como antesala todo un show mediático, terminó hablando del desvanecimiento de Capriles y que estaba completamente seco y pálido.
De ahí en adelante cada declaración que ha dado este señor, han sido lo que nosotros en criollo llamamos metidas de pata, no deja la política, porque todavía tiene el sueño de ser presidente de la República, pero se ha dedicado más a la matemática. Ha sumado errores, restado seguidores, multiplicado los descontentos y dividido a los de su tolda, sigue viajando y recibe más rechazos que bienvenidas y culpa al gobierno de según él mandar a los colectivos a esperarle. Pero también le ha sucedido fuera del país, y cada día el rechazo hacia él se hace más evidente ¿Será que piensa retirarse alguna vez, para salvar la poca dignidad que le queda?
Ahora algo si es seguro, que nadie diga que soy una chavista radical que no observo, ni tomo en cuenta las acciones de la acera de enfrente. Porque aquí en este análisis se describe la vida política de Capriles en estos últimos años, claro saltándome algunos detalles para no extenderme y colocando los hechos más resaltantes.
Por razones que nadie hubiera querido, seis meses después vuelve a ser candidato presidencial quedando en la lona nuevamente, ahora con Nicolás Maduro. Ahí comienza su descalabro, adolorido y lleno de rencor, hace un llamado a sus seguidores, que deja como consecuencia un saldo de 11 muertos y decenas de heridos, de estos acontecimientos aún no ha rendido cuentas a la justicia. Ese mismo año se auto nombró, vocero de las elecciones municipales y habló de un plebiscito, visitó todos los estado del país, haciendo campaña y dejando tras su pasó violencia y destrucción.
Como ya había ocurrido en otras ocasiones, vuelve a salir derrotado, ya que no ganaron todos los municipios que aspiraban ganar, habló de fraude, de mostrar pruebas, hoy todavía las estamos esperando y recordemos que las pocas pruebas que mostró, fueron en una mesa que la oposición había ganado. Asiste a la mesa de diálogo y prometió un terremoto cuando abriera la boca, y lo único que movió fue la silla para sentarse. Comienzan los rechazos de su propia tolda y seguidores, y Capriles se interna en Guatirito, en donde hace todo un show al mejor estilo de un rebelde montañés, invitando un periodista español para que publicara sus hazañas y sacrificios por el pueblo y terminó cayendo desmayado en plena entrevista, los comentarios del periodista tal vez no fueron lo que esperaba Capriles, porque aunque puso como antesala todo un show mediático, terminó hablando del desvanecimiento de Capriles y que estaba completamente seco y pálido.
De ahí en adelante cada declaración que ha dado este señor, han sido lo que nosotros en criollo llamamos metidas de pata, no deja la política, porque todavía tiene el sueño de ser presidente de la República, pero se ha dedicado más a la matemática. Ha sumado errores, restado seguidores, multiplicado los descontentos y dividido a los de su tolda, sigue viajando y recibe más rechazos que bienvenidas y culpa al gobierno de según él mandar a los colectivos a esperarle. Pero también le ha sucedido fuera del país, y cada día el rechazo hacia él se hace más evidente ¿Será que piensa retirarse alguna vez, para salvar la poca dignidad que le queda?
Ahora algo si es seguro, que nadie diga que soy una chavista radical que no observo, ni tomo en cuenta las acciones de la acera de enfrente. Porque aquí en este análisis se describe la vida política de Capriles en estos últimos años, claro saltándome algunos detalles para no extenderme y colocando los hechos más resaltantes.
Nací con corazón revolucionario. Chavista desde 1992. Creo en Dios, mi patria sigo y seguiré los sueños de mi comandante eterno.
sonfer723@gmail.com @sonfer723
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