William E. Izarra
(i) Para el Bien Común hay que determinar las necesidades reales del colectivo nacional a fin de redireccionar la producción. Su concreción se alcanza al eliminar los productos inventados por el mercado y se neutralicen los efectos alienantes de la creación de necesidades ficticias que obligan a la sociedad a consumir de manera compulsiva, inducida y etérea;
(ii) reemplazar la categoría beneficio por la nueva condición de la producción socialista como lo sería la de remuneración compensable. Lo explico así, el beneficio como la más significativa de las leyes del mercado capitalista que justifica su verdadera racionalidad, estimula la neutralización de quienes traten de compartir espacios afines (competencia) puesto que su racionalidad la encontramos especificada en maximizarlo (el beneficio) de manera constante y exponencial. Por el contrario y en contraposición a la esencia del socialismo y atendiendo la etapa de traslación revolucionaria para transferir la toma de decisiones al colectivo, la remuneración compensable sería entendida como la retribución por los servicios prestados o productos elaborados, correspondiente al estipendio que resulta de la suma de los costos y la gratificación (estímulo material siempre y cuando se refleje lo más exactamente posible el pago por la calidad y cantidad de trabajo aportado) no especulativa ni usurera (contrario a la acumulación del capital sin límites) para satisfacer esfuerzos (energía y talento) y expectativas de objetivos individuales o grupales justos y razonables. La gratificación se fracciona en dos partes porcentuales. Una, la mayor, va al individuo o grupo correspondiente a sus esfuerzos (energía física, espiritual y necesidades biológicas propias de la condición humana) y la otra, menor, a la comunidad o entidad a la cual pertenece y que le ha facilitado incorporase al circuito productivo. La remuneración compensable debe incidir en la eliminación de la competencia despiadada del sistema capitalista vigente. El trabajo no está en relación directamente proporcional al lucro, sino al crecimiento acelerado de la productividad hasta lograr que sea superior a la del capitalismo y, como objeto fusionado a éste, el desarrollo del ser humano en todos sus aspectos materiales y muy especialmente el espiritual.
(iii) Finalmente, la tercera línea maestra de la producción para el Bien Común es la nueva forma de la distribución del producto que se haría con base en la creación de las redes alternativas socialistas. Como sabemos la distribución en el mercado capitalista se organiza en componentes unitarios, individuos o asociaciones, cuya parcela de acción constituye en sí una propiedad y en consecuencia permite la discrecionalidad de su juicio para determinar los precios. El beneficio es prácticamente una decisión individual basada en la dimensión de su ambición. Esto, por supuesto, que genera una espiral ascendente y constante en la medida que el producto pasa de parcela en parcela. Al llegar al comprador su precio se ha multiplicado tantas veces como parcelas beneficiadas existan (la esencia de la plusvalía). En contraposición, el mercado socialista debe estimular las redes alternativas de manera que el producto llegue directamente al genuino comprador. De allí la necesidad de entender que el socialismo es un sistema de fundamentación humanista y no pragmático materialista como el capitalismo y, por lo tanto, prevalece el Bien Común que es la solidaridad, confraternidad y amor hacia el prójimo.
La Revolución Bolivariana es un paradigma que guía a los movimientos emancipadores del mundo
Talento, Bien Común y Virtud vs Fascismo, Odio y Destrucción
La Carta Democrática Interamericana, instrumenrto de USA para mantener su hegemonía
El Partido Político tiene que transformarse en estructura para la emancipación
Hay momentos en los
escenarios políticos del mundo cuando
los múltiples factores que intervienen en su dinámica natural crean coyunturas
que inciden en la formación de puntos críticos. Éstos, se constituyen como
cruce de caminos que obligan a la escogencia de vías para desenredar el
desorden de la realidad originado en la coyuntura. Así interpreto el momento en
que se encuentra Venezuela dentro del escenario mundial y su punto crítico cuando
aparece la Cumbre de los Países del
Movimiento No Alineados (MNOAL).
La 17ma Cumbre del
MNOAL se efectuará en la Isla de Margarita, Venezuela entre el martes 13 y
domingo 18 de septiembre de 2016. El MNOAL es un foro de concertación de los países del Sur, subdesarrollados
y en desarrollo, con una amplitud universal y proyección global sobre temas
políticos, económicos y de seguridad internacional. Está constituido por 120
países miembros lo que representa las 2/3 partes de las Naciones Unidas (ONU).
Esta
cumbre que toca a Venezuela puede constituirse como encrucijada para nuestro
país pues los actos a ejecutar, derivados de sus conclusiones, permitiría
superar la coyuntura que enfrenta de (i) Guerra No Convencional (GNC), (ii) amenaza
a la seguridad de USA (Decreto Obama vigente) y (iii) estímulos
desestabilizadores de la derecha mundial para tumbar al gobierno bolivariano y
aniquilar a la Revolución.
Estimo
que las conclusiones de la Cumbre arrojará pronunciamientos generales, acuerdos
diplomáticos que incluyen lo económico y social, resoluciones que apunten hacia la
autodeterminación de los pueblos, la
lucha contra la discriminación humana, y, con mucha consistencia, el
antiimperialismo. Estas conclusiones provendrán de los gobiernos y serán los
encargados de hacerlas cumplir en un período de tres años hasta su próxima
cumbre en 2019.
No obstante, en la
coyuntura mundial que se presenta, hay un actor global que no está directamente
en la cumbre pero sus actos son mucho más significativos que los convenios y
alianzas gubernamentales. Ese actor es el pueblo que constituye una masa
mundial organizada en movimientos, grupos, comunidades, ligas, asociaciones y
entes similares que genera opinión, acciones, teoría y práctica que van mucho
más allá de los compromisos de la Cumbre. Los pueblos de los países del MNOAL
soportan hechos comunes que lo sufren por igual en Asia, África o América
Latina: el sometimiento de los poderosos, la opresión existencial, la
manipulación cultural, la limitación o
negación de sus elaboraciones intelectuales y la represión a sus libertades.
Estos hechos comunes
del mundo de hoy son la síntesis de la esencia del espíritu de Bandung cuando
surgió la idea del MNOAL en 1955.
Hoy, Venezuela como
país, no solo será sede de la Cumbre del MNOAL, sino también le corresponderá a
su Presidente (Nicolás Maduro) encargarse de la presidencia Protempore del
Movimiento por tres años (2016-2019). De tal manera que estas dos condiciones
concretas que aporta el MNOAL a Venezuela y a la región latinoamericana en esta
precisa coyuntura de GNC y disposición del Imperio de acabar con la Revolución
Bolivariana contribuirán a hacer de este momento una conveniencia
bidireccional: (a) velar por el cumplimientos de los acuerdos de la Cumbre y (b)
estimular en sus pueblos la búsqueda del socialismo como una nueva forma de
vida que reemplace al capitalismo. He aquí la relación de Bandung de 1955 y
Venezuela 2016.
Considero que el
estímulo a los pueblos de los países del MNOAL, y en atención los principios
base del Movimiento, se define en la búsqueda de la emancipación de sus
pobladores, sin ataduras a ningún imperio que los subyugue imponiéndole modelos
políticos que los controle, espacios culturales para alienarlos y acentuando
las relaciones de dependencia que aceleren el crecimiento del mercado
favoreciendo a los Corporaciones Transnacionales.
Ese estímulo lo
constituye la promoción del socialismo (modo de vida antiimperalista y soberana
de los pueblos) aplicado a cada realidad particular y específica de los distintos
países del MNOAL. El tipo de socialismo a promover puede ser el Socialismo Bolivariano (búsqueda
inquebrantable en Venezuela) señalándolo como referencia incipiente en el mundo
globalizado para ir construyendo su teoría y su práctica en el trabajo
solidario en las comunidades organizadas de estos pueblos.
Las referencias
iniciales del Socialismo Bolivariano a convertirse en paradigmas por los logros
parciales (sociales, políticos, económicos, culturales y militares, recocidos
por ONU, FAO, UNESCO y otros entes mundiales) obtenidos en el tránsito de la
Venezuela capitalista a la Venezuela socialista (traslación de sistemas a una
rata lenta y muy combatida, pero constante y venciendo obstáculos, trabas y dificultades
extremas) podemos
sintetizarlas por oposición al capitalismo como modo de vida imperialista, en
tres rasgos fundamentales (i) modo de producción, (ii) modelo político; y,
(iii) sistema cultural.
(i) Primer
rasgo del Socialismo Bolivariano: El modo de producción se basa en el Bien Común
del colectivo nacional para alcanzar altos niveles en la satisfacción de las
necesidades materiales y espirituales del ser y así lograr una calidad de vida
superior;
(ii) el modelo político es la democracia directa (sinónimo de protagónica, participativa, autogestionaria), cuya racionalidad es la transferencia de la toma de decisiones a la comunidad organizada sin intermediación de ningún ente complementario a fin de materializar el poder popular por la vía de la traslación revolucionaria; y,
(iii) como consecuencia de las dos características anteriores, surge el sistema cultural sustentado en la emancipación del pueblo (ruptura de los paradigmas que inducen dependencia, sometimiento y alienación), cuya meta es la de construir una sociedad donde se practique de manera consciente y solidaria la libertad, la autonomía, la independencia y la autosuficiencia. La alienación induce a la pérdida de la conciencia crítica y hace del individuo un autómata. Provoca respuestas masivas sin racionalidad ni lógica. Es la alienación cultural una fortaleza del capitalismo para mantener su estructura intacta. No obstante, en la medida que el individuo forma su conciencia y más si lo hace basado en el pensamiento emancipador de carácter universal la crítica se convierte en el primer factor que adversa y rompe esos mecanismos alienantes que produce el mercado capitalista.
(ii) el modelo político es la democracia directa (sinónimo de protagónica, participativa, autogestionaria), cuya racionalidad es la transferencia de la toma de decisiones a la comunidad organizada sin intermediación de ningún ente complementario a fin de materializar el poder popular por la vía de la traslación revolucionaria; y,
(iii) como consecuencia de las dos características anteriores, surge el sistema cultural sustentado en la emancipación del pueblo (ruptura de los paradigmas que inducen dependencia, sometimiento y alienación), cuya meta es la de construir una sociedad donde se practique de manera consciente y solidaria la libertad, la autonomía, la independencia y la autosuficiencia. La alienación induce a la pérdida de la conciencia crítica y hace del individuo un autómata. Provoca respuestas masivas sin racionalidad ni lógica. Es la alienación cultural una fortaleza del capitalismo para mantener su estructura intacta. No obstante, en la medida que el individuo forma su conciencia y más si lo hace basado en el pensamiento emancipador de carácter universal la crítica se convierte en el primer factor que adversa y rompe esos mecanismos alienantes que produce el mercado capitalista.
Considero
que el Socialismo Bolivariano generador en este nuevo modo de vida, como
consecuencia del cambio de estructura, conduce al establecimiento de relaciones
de producción diferentes a las capitalistas y crea la producción socialista fundamentada
en el Bien Común. Esto me lleva a desarrollar tres líneas maestras para
explicarlo:
(i) Para el Bien Común hay que determinar las necesidades reales del colectivo nacional a fin de redireccionar la producción. Su concreción se alcanza al eliminar los productos inventados por el mercado y se neutralicen los efectos alienantes de la creación de necesidades ficticias que obligan a la sociedad a consumir de manera compulsiva, inducida y etérea;
(ii) reemplazar la categoría beneficio por la nueva condición de la producción socialista como lo sería la de remuneración compensable. Lo explico así, el beneficio como la más significativa de las leyes del mercado capitalista que justifica su verdadera racionalidad, estimula la neutralización de quienes traten de compartir espacios afines (competencia) puesto que su racionalidad la encontramos especificada en maximizarlo (el beneficio) de manera constante y exponencial. Por el contrario y en contraposición a la esencia del socialismo y atendiendo la etapa de traslación revolucionaria para transferir la toma de decisiones al colectivo, la remuneración compensable sería entendida como la retribución por los servicios prestados o productos elaborados, correspondiente al estipendio que resulta de la suma de los costos y la gratificación (estímulo material siempre y cuando se refleje lo más exactamente posible el pago por la calidad y cantidad de trabajo aportado) no especulativa ni usurera (contrario a la acumulación del capital sin límites) para satisfacer esfuerzos (energía y talento) y expectativas de objetivos individuales o grupales justos y razonables. La gratificación se fracciona en dos partes porcentuales. Una, la mayor, va al individuo o grupo correspondiente a sus esfuerzos (energía física, espiritual y necesidades biológicas propias de la condición humana) y la otra, menor, a la comunidad o entidad a la cual pertenece y que le ha facilitado incorporase al circuito productivo. La remuneración compensable debe incidir en la eliminación de la competencia despiadada del sistema capitalista vigente. El trabajo no está en relación directamente proporcional al lucro, sino al crecimiento acelerado de la productividad hasta lograr que sea superior a la del capitalismo y, como objeto fusionado a éste, el desarrollo del ser humano en todos sus aspectos materiales y muy especialmente el espiritual.
(iii) Finalmente, la tercera línea maestra de la producción para el Bien Común es la nueva forma de la distribución del producto que se haría con base en la creación de las redes alternativas socialistas. Como sabemos la distribución en el mercado capitalista se organiza en componentes unitarios, individuos o asociaciones, cuya parcela de acción constituye en sí una propiedad y en consecuencia permite la discrecionalidad de su juicio para determinar los precios. El beneficio es prácticamente una decisión individual basada en la dimensión de su ambición. Esto, por supuesto, que genera una espiral ascendente y constante en la medida que el producto pasa de parcela en parcela. Al llegar al comprador su precio se ha multiplicado tantas veces como parcelas beneficiadas existan (la esencia de la plusvalía). En contraposición, el mercado socialista debe estimular las redes alternativas de manera que el producto llegue directamente al genuino comprador. De allí la necesidad de entender que el socialismo es un sistema de fundamentación humanista y no pragmático materialista como el capitalismo y, por lo tanto, prevalece el Bien Común que es la solidaridad, confraternidad y amor hacia el prójimo.
La
coyuntura en que se encuentra Venezuela al realizarse la Cumbre de los Países
del MNOAL es una oportunidad, para el país que sigue de manera inexpugnable
alcanzar la viabilidad de construir el Socialismo Bolivariano, de: (i) alertar
al mundo sobre los factores que emplea el mundo capitalista, liderizado por el
Imperio hegemónico de USA, para aniquilar el Proceso de emancipación que se
libra en Venezuela; (ii) convocar a los pueblos del MNOAL a aliarse a Venezuela
para sumar esfuerzos mundiales por crear la condiciones favorables para hacer
posible otro mundo que se base en el socialismo; (iii) expresar la solidaridad
al MNOAL de los iguales que no pertenecen a la hegemonía del Imperio, a fin de
estimular el espíritu de cuerpo del ser humano como condición necesaria para
que aparezcan los lazos fraternos de hermandad que una a los que luchan
inquebrantablemente por la emancipación de sus vidas, territorios, pensamientos
e ideas.
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