Antonia Muñoz
Ciertamente algo tenemos que hacer para
frenar el incremento grosero e injustificado de los precios de muchos
bienes de consumo masivo, cuyos costos de producción no guardan relación
con los precios finales a los cuales dichos bienes les llegan al
consumidor. Entendemos perfectamente que hay que producir más y en
forma más eficiente. También aceptamos que algo hay que hacer con
respecto a la paridad cambiaria dólar-Bolívar, sobre todo porque
dependemos en buena parte de la importación de algunas materias primas y
de bienes terminados. También aceptamos que la economía es una ciencia
muy volátil; sin embargo, estamos convencidos que quienes saben y
dicen entender de economía, deberían analizar de forma integral todos
los factores que inciden en el problema para buscar soluciones más
estructurales. En este sentido debemos terminar de entender y aceptar
que buena parte de lo que nos pasa no es más que una manifestación de
la corrupción que ha recrudecido a todos los niveles de la sociedad.
Nadie dice que la misión sugerida sea
fácil, pero pueden contar con muchas y muchos ciudadanos que aunque no
sabemos de economía, nos duele Venezuela y la Revolución Bolivariana.
Adicionalmente, tenemos sentido común, estamos medianamente informados,
estudiamos todos los días, tenemos la mala costumbre de escuchar a
quienes saben más que nosotros y a quienes están llevando la peor parte
en esta guerra donde pareciera que nos propusimos destruirnos entre
nosotros mismos y dejarle el país al imperio para que actúe a sus
anchas. Sabemos que la situación económica del país es bastante
compleja, sobre todo porque está profundamente contaminada por intereses
grupales. Sin embargo, consideramos que el gobierno está obligado a
intervenir en algunos circuitos alimenticios y de la construcción de
gran influencia en la economía del país.
En el primer caso nos referimos
específicamente al exagerado encarecimiento de huevos, carne de pollos,
carne de porcinos y carne de peces en lagunas artificiales, debido
principalmente a la especulación voraz con los Alimentos Balanceados
para Animales (ABA). En varias oportunidades hemos planteado la misma
preocupación y nos preguntamos una y otra vez por qué el Estado no
enfrenta este problema. Es necesario escuchar las voces que claman por
corrección. Desde la revolución no podemos hacer nada para que la
oposición coopere en la recuperación de la economía, pero de nosotros
depende escuchar, corregir y aplicar sanción caiga quien caiga. El
Ejecutivo a través de sus órganos competentes puede y debe revisar los
precios de los Alimentos Balanceados para Animales (ABA), los cuales
representan entre 70 y 80 % de los costos de producción de aves
(carne y huevo), porcinos y peces en confinamiento. Si lo hiciera,
podría sincerar el precio de estas proteínas tan consumidas por la
población venezolana.
El problema radica en que el precio
final al consumidor del producto terminado (ABA) no se corresponde con
los costo de producción. Nos referiremos específicamente al costo de la
materia prima. Cualquiera que conozca algo de estructura de costo puede
revisar los otros componentes como mano de obra, impuestos, costo por
concepto de maquinaria y equipos. El ABA se fabrica con maiz amarillo
(65%), harina de soya (30%) y núcleo (5 %), este último formado por
macro y micro minerales, vitaminas y aminoácidos). Los ABA también
contienen pequeña cantidad de grasa. El maíz amarillo cosechado a
partir de septiembre del 2015 se pagó a los productores a Bs. 22 el
kilogramo. Los cálculos indican que a ese precio del maíz y soya
importada a menos de Bs. 4 el kg ; en marzo de 2016 el saco de 40 Kg de
ABA no llegaba a Bs. 2000 (Dos mil). Esto con 10% de ganancia de la
agroindustria por tratarse de un bien que se produce en grandes
cantidades. En agosto de 2016 estos costos subieron a Bs. 3500, ya que
partir de mayo 2016 el costo del maíz amarillo se colocó en Bs.88 el
kilogramo, según Providencia Administrativa Nº 43 de SUNDDE del
23/05/2016.
. Algunas pistas para que los órganos
competente investiguen: 1. A quién le compraron el maíz amarillo quienes
durante el primer semestre del 2016 lo vendieron a Bs 400 el Kg. La
pregunta es porque el maíz producido en el 2015 se lo pagaron a los
productores a Bs.22/kg. El maíz amarillo del año 2016 todavía no se
cosecha, así que en todo caso quienes tenían maíz almacenado lo pudieron
vender a Bs.88 de acuerdo a la Providencia Administrativa Nº 43 de
SUNDDE de fecha 23/05/2016. 2. ¿A qué precio el importador (Estado o
privado) le vende el maíz amarillo a la agroindustria? La investigación
debe hacerse porque la corrupción, usura o especulación puede comenzar a
nivel de importador .3. ¿Le hace el Estado Seguimiento y Control a la
Agroindustria que recibe la materia prima nacional o importada para
asegurarse que no está inflando los precios con ganancias usureras o no
está comercializando la materia prima aguas abajo de manera fraudulenta?
4. Los grandes grupos agroindustriales colocan su mercancía (ABA) a
nivel de los estados a través de casas distribuidoras ¿Se le hace
Seguimiento y Control a estos intermediarios?
En próximas entregas analizaremos los
precios del pan y la pasta en relación al precio del trigo a nivel
internacional. También analizaremos el grosero precio de la carota negra
cuando 80 % es importada a 1 dólar el kg. Igualmente nos llama
poderosamente la atención el caso del precio del subproducto de maíz
blanco. ¡CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!
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