Mariadela Villanueva
No puedo adivinar qué va a pasar el 1° de septiembre, pero estoy segura
que la dupla cívico – militar, con mayor o menor dificultad, va a apagar
cualquier candelita que prenda la contrarrevolución. Y también estoy
segura que el pueblo, “el pueblo en la calle”, va a jugar un papel
decisivo en ello.
El pueblo chavista ha crecido, lo ha hecho en grupo y en muchos casos
por cuenta propia, tanto por convicción y empeño en convertirse en
protagonista de su propia historia, como por un elemental instinto de
supervivencia.
Las constantes agresiones de la contrarrevolución y la identificación
cada vez más clara de las intenciones del enemigo han familiarizado a
las bases chavistas con la dinámica perversa del sistema capitalista y
han fortalecido su espíritu de lucha por la continuidad del proyecto
revolucionario bolivariano del Comandante Chávez.
Más la madurez política del soberano resteado con Maduro y con este
proceso implica, además de la confrontación con los enemigos obvios, la
identificación de quienes disfrazados de rojos rojitos son cómplices de
la desmejora programada de las condiciones de vida conquistadas a partir
de la llegada del Comandante Chávez al gobierno.
Los chavistas tienen clarísimo que ya en la Agenda Alternativa
Bolivariana, el Comandante Chávez (mucho antes de declararse socialista)
optó por colocar lo social por encima de lo económico. De allí su
seguimiento sistemático del desempaño de los integrantes del equipo del
Presidente que fingiendo acompañarlo rumbo al socialismo marchan en
sentido contrario.
Después del 1° septiembre las autoridades deberán considerar una mayor
participación del poder popular en la toma de las decisiones. Los
ministros deberán caer en cuenta que no son ellos quienes “no van a
abandonar al pueblo” sino que es el pueblo quien los puede abandonar a
ellos si no se toman en serio la democracia participativa y protagónica.
Deberán entender que el pueblo reciclado como constructor, productor y
distribuidor para satisfacer sus necesidades y enfrentar el sabotaje de
las fuerzas reaccionarias mundiales está dispuesto a dar lo mejor de sí
da, pero también exige. Cada vez más consciente de su importancia como
garante del proyecto bolivariano considera necesario tener un papel
activo en la conducción del país, así como una participación directa en
los centros de formación, investigación y desarrollo indispensables para
dar viabilidad a la nueva Venezuela.
La previsible derrota de la contrarrevolución los primeros días de
septiembre ofrece una excelente oportunidad para erradicar el
burocratismo cuartorepublicano de nuestras instituciones y lograr la
cooperación franca, operativa y efectivo entre el poder popular
organizado y el poder constituido nacional, regional y municipal.
Viviremos y Venceremos
Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular
mariadelav@gmail.com @mariadvillanuev
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