El
creador de Wikileaks, Julian Assange, señaló que optar por uno de los
dos candidatos actuales para la presidencia de los Estados Unidos,
Donald Trump y Hillary Clinton, era como elegir entre el cólera y la
gonorrea. Lo comparto. Ellos demuestran la completa descomposición de
ese país. Al señor Bernie Sanders, quien en verdad era una opción, lo
sacaron del juego con los acostumbrados métodos.
Del mismo modo, estas elecciones evidencian la decadencia del capitalismo, o de su rostro más reciente, el neoliberalismo, porque el republicano Trump, empresario que se dio a conocer por su negocio en el mundo de la belleza, llega ahí, por su dinero.
Asimismo, la demócrata Clinton, por ser esposa del expresidente Bill y exsecretaria de Estado de Barack Obama, 2009-2013, asegura la continuidad del negocio de la guerra al estilo Libia y Siria, y ahora en Turquía, además de las operaciones encubiertas del Comando Sur, para después cínicamente hacer declaraciones como, por ejemplo, que Isis, el grupo terrorista a quien abastecieron de armas, se les fue de las manos.
Aunque los dos tienen en común su interés por el combate contra el terrorismo, etiqueta usada para justificar cualquier ataque y así saquear los recursos del país que los posee o como excusa para propiciar la guerra, la diferencia es que Clinton lo ha venido haciendo, mientras que Trump causa tanta incertidumbre que hiela.
Como Donald deja ver el modo más rancio de gerenciar un país, con racismo, misoginia y xenofobia, a la Sra. Hilary le aplica bastante bien aquella frase: “Más vale malo (a) conocido (a) que bueno por conocer”. En este contexto, sería loco por conocer.
En resumen, tener que votar por alguno demuestra que la crisis estadounidense no solo es económica, por el grave endeudamiento con China y los países árabes, sino política y moral: las dos alternativas son tan malas que ni se sabe cuál es la peor.
@isabelrivero70
Del mismo modo, estas elecciones evidencian la decadencia del capitalismo, o de su rostro más reciente, el neoliberalismo, porque el republicano Trump, empresario que se dio a conocer por su negocio en el mundo de la belleza, llega ahí, por su dinero.
Asimismo, la demócrata Clinton, por ser esposa del expresidente Bill y exsecretaria de Estado de Barack Obama, 2009-2013, asegura la continuidad del negocio de la guerra al estilo Libia y Siria, y ahora en Turquía, además de las operaciones encubiertas del Comando Sur, para después cínicamente hacer declaraciones como, por ejemplo, que Isis, el grupo terrorista a quien abastecieron de armas, se les fue de las manos.
Aunque los dos tienen en común su interés por el combate contra el terrorismo, etiqueta usada para justificar cualquier ataque y así saquear los recursos del país que los posee o como excusa para propiciar la guerra, la diferencia es que Clinton lo ha venido haciendo, mientras que Trump causa tanta incertidumbre que hiela.
Como Donald deja ver el modo más rancio de gerenciar un país, con racismo, misoginia y xenofobia, a la Sra. Hilary le aplica bastante bien aquella frase: “Más vale malo (a) conocido (a) que bueno por conocer”. En este contexto, sería loco por conocer.
En resumen, tener que votar por alguno demuestra que la crisis estadounidense no solo es económica, por el grave endeudamiento con China y los países árabes, sino política y moral: las dos alternativas son tan malas que ni se sabe cuál es la peor.
@isabelrivero70
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