Maryclen Stelling
El manejo de la confrontación entre los dos bloques políticos es reflejo de la forma como se concibe en el país la política. Un escenario de poder, fuerza, coacción que trasciende la lucha política y deviene en un contexto de guerra que se define entre la victoria o la derrota. La política concebida y ejercida como una suerte de guerra.La lógica bélica se ha impuesto a la lucha política entendida como escenario de antagonismos y alianzas, de tácticas y estrategias, de negociaciones, mediaciones, compromisos y acuerdos. La lógica bélica no propicia la creación de reglas para la solución pacífica de los conflictos, dificulta la convivencia y, por el contrario, puede transformarla en un conflicto generalizado. Tal lógica ha propiciado entonces que cualquier proyecto de convivencia social haya quedado subordinado a la derrota y dominación del adversario, a la conservación o conquista del poder. En tal escenario, el gran derrotado es el diálogo.
De allí las interrogantes que levanta un estudioso del tema: ¿es la política una especie de guerra o una suerte de paz? ¿Es conflicto o la solución del mismo? ¿Es la política el fin de la guerra o una forma de continuación de la guerra?Destaca, en la concepción bélica de la política imperante en el país, la retórica del miedo en tanto mecanismo de coacción, de amenaza y control social. La apelación al miedo no persigue una discusión en la procura de la verdad, por cuanto se parte de la creencia que ya se posee, que se es dueño de la verdad. En la lógica del miedo, la premisa es el peligro, aun cuando las amenazas pueden ser reales o ficticias. La retórica del miedo se fundamenta en la coacción, acude al discurso de “autojustificación” y trabaja arduamente en la imagen negativa del oponente.
El recurso del miedo niega cualquier posibilidad de comunicación y convivencia. Hay quien afirma que no es más que un monólogo discursivo y, en ese sentido, la propia negación del diálogo o simplemente un diálogo ficticio.
La retórica del miedo imperante en el discurso político ha logrado convertir el 1-S en un escenario que trasciende la lucha política y deviene en un contexto de guerra que se define entre la victoria o la derrota. La política entendida, limitada y ejercida como escenario de guerra.
@maryclens
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