*JUAN
MARTORANO.
Había señalado en mi artículo anterior que decisiones políticas
de alto impacto y de carácter estratégico como el aumento del
salario mínimo, cesta ticket socialista y del arco minero del
orinoco, serían objeto de análisis con mayores detalles en próximos
artículos. Pues bien, con este, comienzo a honrar ese compromiso
adquirido con mis lectores y lectoras.
Con respecto al aumento del salario mínimo y del cesta ticket
socialista, debemos hacer nuestros análisis más allá de las meras
consideraciones económicas o monetaristas. Puesto que no es cierto
que necesariamente el aumento del salario mínimo sea combustible
para la espiral inflacionaria que hoy nos aqueja.
Y esto es tan así, que me sumo a la afirmación dada por el colega
abogado y experto en Derecho Tributario y Financiero, Juan Carlos
Váldez, cuando señaló en el programa “En 3 y 2” conducido por
el periodista y presidente de Venezolana de Televisión, Jordán
Rodríguez, al señalar: “En el país no hay presos
políticos, sino que hay precios políticos”.
(Resaltado y subrayado del
articulista).
Habría que preguntarse si antes de la decisión adoptada por el Jefe
del Estado, no había ni hay ya en la calle una inflación
incontrolable. No podemos olvidar, que en el caso venezolano, la
inflación tiene un altísimo componente especulativo y político.
Los capitalistas venezolanos han roto todas las reglas económicas
del propio capitalismo, y eso nadie puede negarlo.
Por otro lado, en el supuesto de que si el Presidente Maduro
decidiese bajar los salarios y reducir la “liquidez” de
circulante en la calle, habría que hacerse la siguiente pregunta:
¿Los comerciantes y empresarios bajarían sus precios? La respuesta
sería más que obvia: Por supuesto que no, pues a ellos les interesa
producir menos, pero si incrementar su tasa de ganancia, su
plusvalía, puesto que los elementos de la economía venezolana,
actualmente se encuentran totalmente distorsionados.
Sin duda, que esta decisión del Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, contribuye de manera
importante a atizar las contradicciones entre los que manejan los
medios de producción y los que debemos vender nuestra fuerza de
trabajo para poder subsistir. Esta es una de las expresiones más
palpables de que actualmente en nuestro país vivimos una lucha de
clases.
Tan es así, que era obvio que actores económicos de la catadura de
Francisco Martínez, actual Presidente de Fedecámaras, Cipriana
Ramos, Presidenta de Consecomercio, o de Juan Pablo Olalquiaga de
Conindustria, son una muestra palpable de ello.
Estos tres actores coinciden en que con esta medida adoptada por el
Presidente Nicolás Maduro, habrá empresas que “se quedarán en el
camino”, ya hablan de “recortes de salario”, incluso de
despidos de trabajadores y trabajadoras, en abierto desafío al
Estado Venezolano, al violentar el decreto de inamovilidad laboral y
las leyes de estabilidad laboral promulgadas por el Primer Mandatario
Nacional mediante Ley Habilitante, y cuya vigencia mínima será de
tres años.
Pero, visto desde mi óptica, estas declaraciones de estos actores
son parte de las jugadas de la derecha venezolana, y es natural,
puesto que el propósito, sobre todo en programas como el de Carlos
Croes y su “Diálogo Con” es ganar audiencia entre los sectores
que se definen de oposición.
Pero estas aseveraciones de Fedecamaras, Consecomercio y Conindustria
no son para temer, todo lo contrario. Lo que están haciendo estos
voceros es desnudando sus intenciones reales ante el país. Y en esto
si tiene razón el Presidente Nicolás Maduro al señalar que él no
necesita pedirles permiso a esta burguesía para hacer estos
aumentos. Sus respuestas están dentro de las jugadas esperadas por
parte de los enemigos de este proceso revolucionario, y nuestro
pueblo, independientemente de su signo ideológico, debe ver que con
estos señores y señora, por aquello de la equidad de género, no
hay aumentos sino explotación y aprovecharse de la plusvalía
generada por los trabajadores y trabajadoras.
Es decir, que ellos solos se están descalificando ante nuestro
pueblo. Maduro aplicó aquella máxima chavista de “dejarlos que se
cocinen en su propia salsa”.
Y es por ello, que esta medida de aumento de salario mínimo, debemos
verla más como una medida política antes que económica y
monetaria. Además, y como lo señalé en el artículo anterior, le
quita banderas a la derecha venezolana, de cara a su movilización
violenta del 1 de septiembre de 2016.
¡Bolívar
y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria
Siempre!
¡Independencia y
Patria Socialista!
¡Viviremos y
Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos
Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de
Tuiter@s Socialistas
( http://juanmartorano. blogspot. com /http:// juanmartorano.wordpress.com).
jmartoranoster@gmail.com . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter)
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