martes, 23 de agosto de 2016

Aumento de salario mínimo: Decisión política antes que económica.

*JUAN MARTORANO.

Había señalado en mi artículo anterior que decisiones políticas de alto impacto y de carácter estratégico como el aumento del salario mínimo, cesta ticket socialista y del arco minero del orinoco, serían objeto de análisis con mayores detalles en próximos artículos. Pues bien, con este, comienzo a honrar ese compromiso adquirido con mis lectores y lectoras.

Con respecto al aumento del salario mínimo y del cesta ticket socialista, debemos hacer nuestros análisis más allá de las meras consideraciones económicas o monetaristas. Puesto que no es cierto que necesariamente el aumento del salario mínimo sea combustible para la espiral inflacionaria que hoy nos aqueja.

Y esto es tan así, que me sumo a la afirmación dada por el colega abogado y experto en Derecho Tributario y Financiero, Juan Carlos Váldez, cuando señaló en el programa “En 3 y 2” conducido por el periodista y presidente de Venezolana de Televisión, Jordán Rodríguez, al señalar: “En el país no hay presos políticos, sino que hay precios políticos”. (Resaltado y subrayado del articulista).

Habría que preguntarse si antes de la decisión adoptada por el Jefe del Estado, no había ni hay ya en la calle una inflación incontrolable. No podemos olvidar, que en el caso venezolano, la inflación tiene un altísimo componente especulativo y político. Los capitalistas venezolanos han roto todas las reglas económicas del propio capitalismo, y eso nadie puede negarlo.

Por otro lado, en el supuesto de que si el Presidente Maduro decidiese bajar los salarios y reducir la “liquidez” de circulante en la calle, habría que hacerse la siguiente pregunta: ¿Los comerciantes y empresarios bajarían sus precios? La respuesta sería más que obvia: Por supuesto que no, pues a ellos les interesa producir menos, pero si incrementar su tasa de ganancia, su plusvalía, puesto que los elementos de la economía venezolana, actualmente se encuentran totalmente distorsionados.

Sin duda, que esta decisión del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, contribuye de manera importante a atizar las contradicciones entre los que manejan los medios de producción y los que debemos vender nuestra fuerza de trabajo para poder subsistir. Esta es una de las expresiones más palpables de que actualmente en nuestro país vivimos una lucha de clases.

Tan es así, que era obvio que actores económicos de la catadura de Francisco Martínez, actual Presidente de Fedecámaras, Cipriana Ramos, Presidenta de Consecomercio, o de Juan Pablo Olalquiaga de Conindustria, son una muestra palpable de ello.

Estos tres actores coinciden en que con esta medida adoptada por el Presidente Nicolás Maduro, habrá empresas que “se quedarán en el camino”, ya hablan de “recortes de salario”, incluso de despidos de trabajadores y trabajadoras, en abierto desafío al Estado Venezolano, al violentar el decreto de inamovilidad laboral y las leyes de estabilidad laboral promulgadas por el Primer Mandatario Nacional mediante Ley Habilitante, y cuya vigencia mínima será de tres años.

Pero, visto desde mi óptica, estas declaraciones de estos actores son parte de las jugadas de la derecha venezolana, y es natural, puesto que el propósito, sobre todo en programas como el de Carlos Croes y su “Diálogo Con” es ganar audiencia entre los sectores que se definen de oposición.

Pero estas aseveraciones de Fedecamaras, Consecomercio y Conindustria no son para temer, todo lo contrario. Lo que están haciendo estos voceros es desnudando sus intenciones reales ante el país. Y en esto si tiene razón el Presidente Nicolás Maduro al señalar que él no necesita pedirles permiso a esta burguesía para hacer estos aumentos. Sus respuestas están dentro de las jugadas esperadas por parte de los enemigos de este proceso revolucionario, y nuestro pueblo, independientemente de su signo ideológico, debe ver que con estos señores y señora, por aquello de la equidad de género, no hay aumentos sino explotación y aprovecharse de la plusvalía generada por los trabajadores y trabajadoras.

Es decir, que ellos solos se están descalificando ante nuestro pueblo. Maduro aplicó aquella máxima chavista de “dejarlos que se cocinen en su propia salsa”.

Y es por ello, que esta medida de aumento de salario mínimo, debemos verla más como una medida política antes que económica y monetaria. Además, y como lo señalé en el artículo anterior, le quita banderas a la derecha venezolana, de cara a su movilización violenta del 1 de septiembre de 2016.

¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!

*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de  Tuiter@s Socialistas ( http://juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano.wordpress.com). jmartoranoster@gmail.com . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter)

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