domingo, 13 de octubre de 2013

DISCUTIR CON LA REALIDAD.


Por Toby Valderrama y Antonio Aponte


La realidad siempre tiene la última palabra, las veces que esto se olvida el hombre choca con los muros que ignoró. Las discusiones sobre el sexo de los ángeles, las que se confinan a los argumentos sin relación con la realidad, son un excelente ejercicio del intelecto, pero nada más.

En la Revolución es vital discutir con la realidad en la mano, ella habla, la discusión tiene sentido si es para modificarla, dominarla, conducirla. A Dios gracias, siempre la realidad habla, y hoy lo hace con profusión, siempre es así cuando se llega al final de un periodo.

Ayer no más se discutía si debíamos conversar con los empresarios y, léase bien, hacer planes con ellos para adelantar el Socialismo, si era bueno o malo. Todavía hay algunos que atacan a los que dijimos que era un error, esos discuten el sexo de los ángeles, cuando la realidad ya habló: los empresarios, la clase capitalista, los que tienen y los que buscan tener, ya mordió la mano que el gobierno le extendió, se birlaron los dólares, y no han producido nada. Se comprobó, una vez más, tal como lo dijo Domingo Alberto Rangel, que aquí lo que tenemos es una "lumpenburguesía" que ni siquiera explota, se roba la renta petrolera, es parásita de ella.

Se insiste en no discutir con la realidad, se conforman en callar los argumentos y sepultarlos con la fuerza de los medios. Ese es el camino al desastre, nos parecemos a la leyenda del Titanic. Veamos: "Un oficial se acerca a su superior y le dice que la nave va muy rápido en esa zona de inmensos témpanos, que es necesario corregir el rumbo… El superior, incómodo, lo increpa: "este es el mayor barco del mundo, tiene cuatro motores, doble casco, todo moderno, váyase a su puesto, siga las órdenes". Al cabo de un rato el oficial regresa con la misma alarma, y el oficial superior lo manda preso a los botes salvavidas, allá a la intemperie, para que se lo comiera el frio… Ahora el marino cuenta la anécdota y el oficial superior se lamenta en el fondo del mar por no haber prestado atención a la realidad.

Debemos estudiar las señales de la realidad, éstas deben ser el centro de las discusiones, esencia de los argumentos.

¿Qué significan los microsaqueos, el cierre de vías, los alzados de SIDOR, los pedidos de aumento, las reacciones frente a las mínimas carencias, las estampidas tras el dólar, los problemas de la economía, el asedio del imperio que cada día se desenmascara y niega el diálogo, cómo están las encuestas serías, cómo la movilización (el que tenga oídos que oiga, el que tenga ojos que vea), cómo pinta la abstención… etc. ???

Estos datos y muchos otros, esta realidad, debe ser incorporada a la discusión, explicada, no se puede ignorar, ocultar bajo la tinta y la verborrea.

http://picasion.com

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