Diego Olivera.
Al sentarnos a escribir este artículo decidimos recordar nuestra reciente visita a Uruguay y Paraguay, a finales de Diciembre del 2012 y enero 2013, por motivos personales, pero con muchos encuentros con amigos, y en cada mañana vimos los noticieros de varios canales de TV, como algunos medios impresos, pudimos comprobar una vez más, aquella nefasta frase del ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, que afirmaba que “una mentira repetida mil veces se vuelve verdad”, se ha intentado multiplicar para anunciar de variadas formas y citando distintas fuentes, la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Indudablemente esto es un hecho macabro, que ha sido ratificado y difundido por algunos periodistas mercenarios, que no tienen ningún escrúpulo en multiplicar esa mentira, de la misma manera llevan varios años anunciando la muerte del Comandante Fidel Castro, esta insana manera que aplican los medios privados, de crear sus matrices de opinión, solo buscan perpetuar un sistema de dominación, porque existe una interrelación entre los centros de poder en el mundo, encabezados por EEUU y la OTAN, con estos monopolios de la información.
Pero en contraposición a esta campaña de desinformación, los sectores del pueblo venezolano de manera mayoritaria, creen en los mensajes del gobierno bolivariano, sobre los avances de la salud del presidente Chávez, un ejemplo de fortaleza y compromiso fue la contundente victoria en las elecciones del 16 de noviembre de Gobernadores, cuando el mandatario venezolano era operado en Cuba, logrando 20 gobernaciones de 23 estados, dejando en minoría a la oposición de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que ha quedado desarticulada, pudiendo sufrir otro gran revés en la elecciones a Alcaldes en abril de 2013, que dejaría una vez más al desnudo una falsa unidad, de una derecha que no encuentra el rumbo democrático.
La ultra derecha nacional e internacional conspira contra Venezuela
Pero los sectores de la ultraderecha de la oposición y sectores internacionales, no quiere aceptar de ninguna manera el modelo democrático venezolano, porque la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de conceder al presidente Chávez el derecho otorgado por la Asamblea Nacional (AN), de realizar su operación y recuperación en La Habana, Cuba, descartando las tesis de abogados de la oposición de que hablaban de una falta absoluta, del mandatario venezolano, además argumento el TSJ, que como Chávez fue reelegido, sentenció que la "Juramentación de Chávez se hará cuando cese el motivo sobrevenido".
En el marco de esa campaña desestabilizadora se generaron en el mes de enero, varias acciones de violencia de estudiantes y dirigentes de partidos de la oposición en el estado Táchira, al sur de Venezuela en la frontera con Colombia, el cual fue ganado recientemente por el gobierno bolivariano, que dejo varios heridos y destrozos, también en Caracas han quemado “cauchos” (gomas) en avenidas y en la autopista este- oeste de la ciudad.
Ante estos hechos el nuevo canciller de Venezuela Elías Jagua afirmó que “en este momento hay una fortaleza institucional y de los poderes públicos del Estado” sin contradicciones a pesar de los intentos de grupos de derecha que quieren generar hechos de violencia en la calle”. Por otra desestimó la forma como algunos grupos extremistas intentan aprovecharse de la “situación delicada y sensible de salud del presidente Chávez para “generar dudas en el pueblo sobre su legitimidad y legalidad como Jefe de Estado y llevar a la nación a la desestabilización”.
Nosotros, afirmó Jagua “hemos aprendido a gobernar en los máximos niveles de inestabilidad, la mayoría de los venezolanos lo que queremos es tranquilidad, ir a nuestros trabajos, que nuestros hijos estudien y que la vida del país siga en su camino de transformación para que todos podamos vivir con dignidad y justicia”.
La derecha internacional jugó su papel antidemocrático
La propuesta de Canadá ante la Organización de Estados Americanos a través de su embajador Allan Culham, sugirió el pasado 16 de enero que una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), examine la situación política en Venezuela; por su parte, el embajador de Panamá criticó al titular del organismo, José Miguel Insulza, por aceptar la posición venezolana. Generó una respuesta inmediata del vicepresidente de la República, Nicolás Maduro. Donde Maduro indicó que “la propuesta presentada por la nación norteamericana no tiene nada que ver con la vida democrática e independiente de nuestro país, y que es el reflejo de la ultraderecha que le gobierna, con posiciones que han ido aislando a Canadá de la comunidad internacional”. A lo que agrego que “en pronunciamiento que realizó el embajador de Panamá ante la OEA y que fuera desautorizado por el Gobierno panameño, Nicolás Maduro agradeció la posición tomada y expuesta de forma privada y pública ante el Gobierno de Venezuela”.
Estos denigrantes hechos internacionales han ido configurando una reacción de la derecha internacional, que no acepta un triunfo, el triunfo del presidente Chávez, que ha usado el tema de su salud, como punto de partida para los planes desestabilizadores, ahora no fue EEUU, sino sus socio Canadá, que ha venido votando en contra de Palestina, América Latina en el tema Malvinas. Es indudable que Latinoamérica ya no es el patio trasero de EEUU, que hay nuevas estructuras y formas organizativas, como países que ha optado por su soberanía, que han creado mecanismos de integración y cooperación, ante esa realidad no cabe la prepotencia y las viejas intervenciones de la OEA:
diegojolivera@gmail.com
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