MARISELA GUEVARA
Mariselaguevara2008@yahoo.com.ar
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Sabiamente, los mayas decían que el tiempo transcurre de forma simultánea en una unidad conformada por pasado, presente y futuro. Ese tiempo era para ellos unidad indisoluble que transcurría en un todo. Este concepto se opone a la idea del tiempo lineal, donde el pasado ya pasó, el presente nos traga en su vertiginosidad y el futuro está lejos. El tiempo lineal nos hace sujetos pasivos en la historia y el tiempo de los mayas nos enseña a valorar el sentido de participar en el presente, construir futuro y aprender de lo que nos dejó el pasado, todo a la vez. Nociones tan importantes como esta han sido estudiadas en el ámbito de los especialistas, pero quizá no suficientemente divulgadas como para que todas las personas las integremos a nuestras vivencias de cada día. Esa es una tarea que forma parte de la descolonización y sobre la que conviene meditar con racionalidad en estos días circundantes al aniversario del natalicio de nuestro Libertador Simón Bolívar, más allá de la natural emoción que nos produce la celebración de la fecha en estos tiempos de consolidación de la presente independencia.
Conviene recordar entonces que en décadas pasadas de la Cuarta, se quiso eliminar el estudio de la historia de Venezuela de nuestra educación básica y que no fue casualidad que esto sucediera en los años de profundización del neoliberalismo. Borrar el pasado y las huellas profundas de las luchas por ser naciones independizadas de la esclavitud y del saqueo extranjero es parte de la aspiración neoliberal que continúa al acecho de las naciones de nuestra región. Solamente el territorio de la Amazonía, que abarca alrededor de 7 millones de kilómetros cuadrados de espesa vegetación en la grandiosa selva que se despliega en los territorios de Venezuela, Colombia, Perú, Brasil y una pequeña zona de Ecuador, constituye una reserva natural de descomunales proporciones y biodiversidad, suficientemente apetecible como para que el capital transnacional no desmaye en sus intenciones. Por eso es clave para ellos el control estratégico de nuestra región por todos los medios imaginables y cada acontecimiento o suceso de nuestro presente debemos leerlo con ese marco de trasfondo, pues para los centros financieros nuestros países son esto: un negocio muy lucrativo.
Es por ello que hablamos de consolidar la tarea libertadora y liberadora. Ello es posible desde una visión del tiempo cohesionado que hemos visto como rebrota aquí y allá en las diferentes formas de organización de nuestros pueblos y en la unidad de los gobiernos alineados a la idea de la independencia regional. A pesar de haber vivido momentos oscuros en nuestra historia, hemos recuperado nuestra capacidad de lucha por la descolonización. El hoy de hoy nos anuncia un futuro de construcción del sueño de unidad e independencia por el cual dieron sus vidas nuestros pueblos originarios, nuestros libertadores y nuestros hombres y mujeres de bien. Somos de nuevo protagonistas. El tiempo de los mayas que cohesiona nuestro pasado, presente y futuro pervive en lo profundo de nuestro ser colectivo.
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