jueves, 30 de agosto de 2012

Diario alemán sugiere que explosión en “Venezuela: Fue Sabotaje”.


refineria-normal-365xXx80JUNGE WELD, Berlín – A tres días de la tragedia de Amuay, el ministro del Poder Popular de Petróleo y Minería y presidente de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), Rafael Ramírez, informó acerca de la creación de un comité encargado de determinar el origen de la fuga de gas que produjo la explosión y el incendio en al área de almacenamiento de la refinería.
El presidente Hugo Chávez hizo un llamado a no caer en especulaciones. A la media noche de este 28 de agosto, anunció a través de su cuenta @chavezcandanga la extinción parcial del incendio.
Mientras el Gobierno Bolivariano se enfoca en la atención de las víctimas y el control de los daños, la guerra mediática es brutal. La gran prensa burguesa ha desatado una campaña en extremo agresiva para responsabilizar a priori la gestión de PDVSA. La oposición revive el fantasma del paro petrolero de 2002, para decir que las fallas son producto del despido de los tecnócratas golpistas que casi arruinan con su sabotaje el centro operativo de la estatal petrolera.
También se desató una guerra psicológica hacia la población con cadenas de mensajería de texto a través de dispositivos celulares que dispararon rumores sobre mayor número de muertes, falta de transparencia en la información, desabastecimiento de combustible y alimentos. Sin duda, alguien tiene la intención de generar un caos. Pero al igual que en la tragedia de Vargas en 1999, solo el liderazgo de Chávez y la rápida respuesta del Gobierno Bolivariano para atender la emergencia y proteger a las víctimas puede mantener la cohesión social y evitar un estallido.
Esto sin contar que días antes de la explosión, desde Miami, el diario Nuevo Herald se refería a una inminente escasez de gasolina en Venezuela por problemas en la producción. Otras publicaciones de la prensa comercial se dedicaron en las últimas semanas a cuestionar a PDVSA. El 15 de agosto, el ministro Ramírez debió desmentir un informe del Departamento de Energía de EEUU según el cual Venezuela importó más de un millón de barriles de gasolina de ese país para el consumo interno. Ramírez aseguró: “mantenemos el mercado interno con nuestra propia producción. Lo que importamos son aditivos, porque aquí no se producen suficientes. Nuestras refinerías gozan de buena salud”.
Y nueve días después se produce la tragedia de Amuay. Este escenario a menos de 40 días de las elecciones del 7 de Octubre llama a la reflexión.
¿A quién conviene en este momento el desprestigio del gobierno revolucionario de Hugo Chávez? El sociólogo estadounidense James Petras dijo al diario alemán Junge Welt de manera contundente “pienso que fue sabotaje y creo que el gobierno debe hacer una declaración de emergencia (como el 9/11/01). La respuesta actual es muy débil y frente a eso los actos de sabotaje se van a repetir”.
Petras añade “¿quién provocó el “escape de gas”? ¿Cómo sabe la oposición que era culpa de mal manejo sin el mínimo de investigación? Todas las campañas de desestabilización empiezan así. Recordemos Cuba en 1960, Chile en 1971, Jamaica, en 1977 y más”.
El gobernador del estado Barinas y hermano del Comandante Chávez, Adán Chávez Frías, tituló su acostumbrada columna de los lunes “Alertas Revolucionarias” y expresó: “Responsablemente debemos esperar las investigaciones y experticias de rigor de los organismos competentes, quienes tienen la vocería oficial y determinarán las causas que generaron la tragedia, pero debemos dejar abierto el compás de la ALERTA REVOLUCIONARIA, ante todos los hechos que de aquí hasta el 07 de octubre, y más allá, pudieran acontecer en nuestro país”.
Seguidamente, el mandatario regional hizo referencia a las recientes revelaciones de un ex integrante de la MUD, ex gobernador del estado Anzoátegui, David De Lima, quien dijo no apoyar a Capriles por su programa fascista. De Lima acusó a Capriles de pertenecer a la ultraderecha y sostuvo que en su plan de gestión un objetivo principal es “iniciar el proceso de la disminución de la participación del Estado en el negocio petrolero”, es decir, privatizar la industria petrolera.
“Esto traería consigo la eliminación de las misiones sociales … bajo la premisa de que “el Estado no puede sostener tanto gasto público”. Y, oh!, qué casualidad: ante el lamentable accidente de Amuay los “expertos” petroleros de esa MUD dicen que no hubiese sucedido el accidente, si triunfa el golpe fascista de 2002 y se hubiese perpetuado la tecnocracia de la vieja PDVSA”, explicó el gobernador barinés.
En espera del resultado de las indagaciones, no podemos ser ingenuos. Amuay representa un zarpazo al corazón económico y político del proceso revolucionario. Una vez más, como en 2002, el pueblo venezolano demuestra que está a la altura del momento histórico y quiere continuar labrando su destino en paz.

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