ANTONIA MUÑOZ
El sábado 11 de agosto de 2012, seguí por TV el discurso del Presidente Chávez desde San Cristóbal. Nos reconfortó que nos recordara a toda la militancia lo indispensable y útil que resulta la AUTOCRÍTICA para corregir errores. El pedagogo político que es Hugo Chávez, lo dijo en el marco de una reflexión sobre las causas por la cual hemos perdido el poder político en algunas Gobernaciones y Alcaldías. Aunque su reflexión es válida para todas las entidades regionales y locales que hemos perdido, su análisis se centró en el caso del Táchira, porque la militancia de ese estado era el objetivo de su análisis. Ese llamado de atención, inspiró las reflexiones de esta semana, que no están referidas ni son extraídas de un caso en particular, sino que están basadas en experiencias propias y en algunas ajenas, pero que conocemos de cerca. Lo que hoy decimos también proviene de lo que nuestra gente nos viene expresando desde hace varios años.
Este es sólo un humilde esfuerzo por arrojar algunas luces o presentar algunas hipótesis sobre las posibles causas por las cuales el amor político puede enfriarse y posteriormente mudarse. Obviamente, el objetivo principal de esta Reflexión es hacer unas sugerencias para que el amor por la revolución no se enfríe y mucho menos se mude. Y no hablo de muerte del amor, porque hace algún tiempo aprendí de una poetisa amiga que: el amor nunca se muere; sólo se muda. Probablemente, mi amiga se inspiró en Pablo el Apóstol, quien en la Primera Carta a los Corintios 13 (LA PREEMINENCIA DEL AMOR): 8 y 13, nos enseña que: “el amor nunca deja de ser… que el amor siempre permanece”. En este sentido, jamás olvidaré lo que en diferentes formas me expresaron las y los portugueseños cuando hicimos la campaña a la gobernación en el año 2000: “Con tal que si Ud. llega no se olvide de este barrio o caserío, con tal que si Ud. llega no se olvide de quienes la pusimos ahí… Con tal que si Ud. llega no haya que tocar 16 puertas para poder hablarle. Con tal que si Ud. llega no cambie y se vuelva sorda a lo que dice el pueblo. Con tal que si Ud. llega no se “engorile” cuando se le haga una crítica”. Siete de cada diez me hicieron advertencias como éstas. Este es el sentir del pueblo y lo expresa a su manera.
Esa es la manera sencilla del pueblo decirnos: confiaremos en ti, delegándote nuestro poder, pero ¡Cuidado y se te olvida de quién es y para qué es el poder que te estamos prestando! Lo que expresa el pueblo debería ser “santa palabra” para quien gobierna un país, un estado o un municipio. Esto es así, porque todo lo que expresa la gente tiene que ver con su sentir, con sus necesidades del alma y del espíritu, con sus querencias, con la forma como quisiera relacionarse con sus gobernantes, con su deseo de ser reconocido o visibilizado, con su deseo de Participación y Protagonismo. Pudiera ser útil recordar que: “no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios (Deuteronomio 8:3; San Mateo 4:4; Lucas 4:4). Me atrevo a añadir: El ser humano no es sólo carne, también es espíritu, es alma; por eso hay que tener presente las necesidades que no se satisfacen con lo material. Por eso podemos encontrar casos de gobernantes que aún ejecutando un buen número de obras materiales, el pueblo lo percibe como un mal gobernante.
En San Cristóbal una vez más el Presidente Chávez recurrió a Alfredo Maneiro para tratar de hacernos entender que la EFICACIA POLÍTICA Y la CALIDAD REVOLUCIONARIA son dos características o atributos que debe tener toda o todo revolucionario. Nos recordó que con eficacia política se conquista el poder y se conserva; advirtiendo que casi siempre resulta más fácil obtenerlo que conservarlo; entre otras razones, porque son muchas las necesidades materiales y espirituales acumuladas e insatisfechas durante casi un siglo de saqueo, exclusión, injusticia, desidia… por lo cual, en el tiempo considerado, no se logran satisfacer todas las expectativas generadas. Por ejemplo, mucha gente cree que 13 años de gobierno revolucionario es suficiente para resolver estructuralmente todos los problemas materiales y espirituales que conseguimos en 1999. Se les olvida que hay que luchar con muchos vicios heredados que no son fáciles de erradicar, como. el clientelismo, burocratismo, nepotismo, corrupción, impunidad, ineficiencia, rechazo a la supervisión y al control. Se les olvida que lo más difícil es cambiar las costumbres y las mañas.
A veces centramos la gestión de gobierno sólo en la satisfacción de necesidades materiales Se nos olvida que los seres humanos también tenemos necesidades espirituales. A veces pareciera olvidarse que los ciudadanos tienen necesidad de expresar sus ideas y de ser oídos. Las y los ciudadanos tienen necesidad y el derecho constitucional a recibir respuesta positiva o negativa en un tiempo perentorio. Las y los ciudadanos tienen la necesidad y el derecho a ser respetado como personas y reconocidos como sujeto político. Las y los ciudadanos resienten que los funcionarios públicos no se comporten como servidores. El resentimiento aumenta cuando el que exhibe tal comportamiento tiene el poder que le ha delegado el pueblo para que le sirva. Todos estos pequeños detalles contribuyen a que el amor del pueblo se enfríe. Por eso el máximo líder de la revolución, en las 5 Líneas Estratégicas plantea la Revisión de estos y otros comportamientos responsables de que hayamos perdido el poder político en algunas entidades, poder que necesitamos para SERVIR y MANDAR OBEDECIENDO. Viviremos y venceremos
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