Marbelys Mavárez Laguna
¡Quién fuera carne de la carne de Chávez¡, fue una expresión estridente, pero asombrosa. La escuché de una señora, quien tiene no más de 40 años… Con tres hijos en su haber: dos varones y una hembra. El mayor de ellos sonrío. Me veía como diciendo: ¡son vainas de mi mamá¡ Lo cierto es que la frase me invitó a observar a Chávez con detenimiento el día de ayer en el Teresa Carreño. A decir verdad, fue apenas escasos minutos después cuando empecé a pensar en la expresión de cara a lo que ocurría en el Teatro, en el marco de la entrega de viviendas destinadas a sectores de la clase media.
De traje negro oscuro, robusto, rozagante, con micrófono en manos, desplazándose en el Teatro vigorosamente, manejando siempre la situación, ¡y sin dar tregua¡… Me ruboricé. Lo cierto es que lo dicho por la señora me obligó a pensar en otra faceta del candidato, a la vez Presidente. Imaginé: ¡¿cuántas mujeres querrán ser carne de su carne¡?, pues a Chávez se le ha asumido como un padre, protector, como símbolo del jefe de familia, de quien cuida a la prole, que también la regaña, que la guía, la orienta… No obstante, esta vez me detuve en Chávez y su sensualidad.
La conclusión inmediata: realmente luce sensual. Y no es que Chávez se lo haya propuesto. Creo que en parte está asociado a su naturaleza… Es así. Empero, me vi obligada a devolver el control para escuchar -no oír- lo que le dijo una mujer que estaba en el TTC y lo que él le respondió:
-¡Chávez, te aaaamo¡
-¡Yo también te amo, mi negra¡
Escuché ese breve diálogo varias veces. Y si bien no es mi deseo ser carne de su carne (pues tengo mi consorte), sí me gustaría estar en el lugar de la señora que recibió esa respuesta del Primer Mandatario… También pensé que en el marco de la Campaña es altamente probable que esté experimentando una relación, pues ha cobrado tal vitalidad, entendible cuando el ser humano se abre a nuevas experiencias: ¡Es como nacer de nuevo, del carajo estar así¡ Esto además es una confirmación de que su estado de buenaventura le es natural.
Asimismo, empecé a pensar en las cosas que le han ocurrido desde el pasado año. Enseguida concluí que tiene sobradas razones para realizar los reacomodos necesarios en su vida sentimental. No sé si la gente, o mejor aún, las mujeres, piensan en ello, pero lo que sí es cierto es que curiosos, periodistas, animadores, no se lo han preguntado, a pesar de la existencia de algunos indicadores que podrían ser asumidos como evidencias: ¡es que hasta parece otro¡
Lo cierto –ya dejamos atrás el plano de las conjeturas- es que Chávez incluso ha sacrificado esta fase normal y natural de la vida de cualquier persona para dedicarse a la campaña y a la gestión de Gobierno. Ha venido asumiendo la relación con el pueblo. Así como cuando se quiere a alguien de verdad… Con esa mirada fulgurante. Racional, pero que no pierde la jocosidad del niño. Intenso y a la vez humilde. Que exacerba la efusividad del pueblo. Así es él.
La Campaña, como las otras, ha exigido la presencia activa del candidato de La Patria. De su versatilidad, creatividad, inventiva, espontaneidad, intelectualidad... Para cerrar con broche de oro y no hacer interminable la lista de cualidades del Presidente-candidato creo que esa sensualidad, inducida por una motivación o no, lo va a ayudar considerablemente, pues a las venezolanas nos gustan los hombres de verdad… El resto queda sobrentendido… Mientras tanto, yo me voy con quien me invita con inapelable autoridad en las lides del afecto.
(*) Periodista. Trabajadora Social. Profesora universitaria
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