Diego Olivera
Venezuela sigue viviendo intensamente su campaña electoral, ni la temporada de lluvia ha podido detener los actos políticos, en esta nueva contienda se ha generado un intenso debate ideológico en la sociedad venezolana, el Plan de Gobierno del candidato Chávez para el 2013–2019, plantea la construcción de una vía socialista, sustentada en los logros sociales derivados de las decenas de misiones, como la Misión Salud que va desde la atención medica a nivel primario a través de los barrio adentro, hasta centros de atención de alta tecnología, donde se realizan exámenes computarizados, operaciones de alto riesgo, también operaciones de cataratas y otras síntomas en el área de la visión. Esta misión a beneficiado a millones de ciudadanos de escasos recursos, ya que todas estas atenciones son de carácter gratuito.
Sería imposible en un artículo de prensa poder mostrar el trabajo de otras misiones, que contemplan varias aéreas sociales, que abarcan los centros de alimentación con precios solidarios, la elevación de la educación hasta vencer el analfabetismo, las miles de viviendas entregadas a damnificados y sectores populares, el apoyo a la agricultura a través de asesoramiento y créditos, o la Misión Amor Mayor que le ha otorgado a miles de ciudadanos una pensión ajustada al salario mínimo y que aumenta anualmente. Es bueno significar que ninguna de estas garantías existen en ningún país de América Latina y el Mundo.
La oposición sustenta su campaña electoral en falsas promesas
Ante un programa coherente de gobierno, la oposición a través del candidato de la denominada Mesa de Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, se ha dedicado a ocultar su verdadero plan de gobierno. Sus discursos ha sido orientados a buscar los errores del gobierno bolivariano en áreas de seguridad, vialidad, alimentación, producción agrícola y otras áreas, pero no ha mostrado como resolverán estas dificultades, ya que en el estado de Miranda donde Capriles es Gobernador, en el Zulia estado emblemático de la oposición, en el Táchira y Carabobo también con gobernadores de la oposición, las estadísticas reflejan los niveles más altos de violencia, los mayores problemas de infraestructura y aseo urbano del país. Además en Zulia y Táchira se han instalado decenas de bandas de paramilitares colombianos, que cobran a los comerciantes un seguro, al mejor estilo de las mafias italianas.
Esta realidad tangible no la quiere ver la oposición, solo disparan ideas organizadas en laboratorios mediáticos, como un “camino”, “progreso”, “centro izquierda”, “candidato joven contra viejo”, o las promesas de una sociedad de consumo. Todas esta promesas no son nuevas, las propusieron los candidatos del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD), en la décadas del 60 a 80 en la denominada Venezuela Saudita, donde el 60 por ciento de los venezolanos vivía en la pobreza y más del 20 por ciento de manera crítica. Tampoco recuerdan el Caracazo, el levantamiento social en el 1998, como tampoco hablan del golpe del 2002 y el paro petrolero, como si ellos no hubieran sido sus protagonistas, y la agresión a la embajada de Cuba del candidato Capriles, fuera meramente una aventura juvenil de un antiguo miembro de la derecha del Opus Dei.
También es importante señalar que en una carta enviada por Capriles vía mail, que fue dirigida a todos los funcionarios estatales, el afirmar que “Yo reconozco y valoro el trabajo que los empleados públicos hacen en todos los rincones del país. Y como próximo presidente de todos los venezolanos, hay algo que tengo muy claro: el empleado público debe estar y estará al servicio de la gente, no al servicio de un gobierno”. En esa misiva agrego que “Cuando me eligieron Gobernador de Miranda asumí tres compromisos con nuestros funcionarios: respetar su forma de pensar, valorizar su función y trabajar unidos con un solo objetivo: mejorar los servicios para nuestros ciudadanos”.
Pero esta oferta de campaña se contradice con el despido injustificado de mil funcionarios en la Gobernación de Miranda por ser partidarios del gobierno bolivariano, lo que demuestra la falsedad de su promesa, de la misma manera ocurrió con los funcionarios que apoyan a Chávez en el Táchira, como la Alcaldía de Maracaibo estado Zulia. Ante esta “mentira” es necesario precisar que en ninguna de las instituciones venezolanas en manos del Gobierno Bolivariano, se ha despedido trabajadores de la oposición, como tampoco se agredieron a golpistas, porque el candidato de la MUD se olvidó de las golpizas y detenciones arbitrarias en el 2002 contra los funcionarios del gobierno.
Lo grave de la campaña de la oposición es la falta de un verdadero plan político económico, la persistencia en defender el modelo capitalista sin decirlo, es el miedo a mostrar la crisis en Europa y EEUU, porque ellos apoyan al modelo neoliberal, sus socios internacionales son la derecha, pero además apoyan un plan desestabilizador porque no aceptarán los resultados de las elecciones. Atacan al Consejo Nacional Electoral (CNE), organizan un sala situacional con resultados a boca de urna (prohibidos por el CNE), para gritar horas antes del resultado su triunfo, desconociendo el parte oficial y denunciar fraude (igual al 2004), porque no tienen lo votos para ganar este 7 de octubre.
diegojolivera@gmail.com
Publicación Barómetro 27-08-12
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