domingo, 30 de mayo de 2010

Marx, ¿moda o vigencia?


Diana Stanzioni (*)

Desde que Chávez se declaró marxista un fenómeno poco común ganó lugar en Venezuela: el comunismo se hizo moda. Toda la izquierda y parte de la derecha del país pasó a evocar a Marx sin mucha certeza de lo que esto significaba. Por eso, más que nunca, cabe la pregunta: ¿Cuál es la importancia de la teoría marxista en los días actuales?

Nacido en 1818, Carlos Marx vivió 64 años y dejó una amplia obra que incluye a clásicos que en más de 160 años no perdieron la vigencia, como el Manifiesto Comunista y El Capital, siendo uno de los pocos teóricos que solo podrá ser sepultado junto con el entierro de todo un sistema social. Y eso porque su producción teórica fue hecha al servicio de una clase que tiene la tarea histórica de derrumbar la última sociedad fundada sobre la explotación.

El creador de la Primera Internacional nació en el territorio que hoy conocemos como Alemania y dedicó su vida a la lucha por la única forma posible de emancipación humana: la Revolución Socialista. Los conflictos de clase que presenció cuando joven le condujeron a más de 40 años de estudios e intensa práctica política, en búsqueda de la comprensión del funcionamiento de esta sociedad dónde la desigualdad es la regla. Como resultado de estos esfuerzos, pudo brindar a todos los que dedicamos nuestras vidas a la transformación de la sociedad, el arsenal teórico necesario para esta batalla.

La creencia generalizada de que este autor es el padre del comunismo, proviene del hecho que, principalmente en el último siglo, la izquierda ha producido una gran cantidad de marxistas que nunca leyeron a Marx. Pero, basta una mirada al título de su obra maestra para percibir que sus estudios fueron dedicados al Capitalismo, ya que para Marx es impensable una acción política dirigida a la destrucción de un sistema que no se conozca profundamente. Este dirigente obrero nunca dudó que la política se hace con convicciones, y que operar con convicciones falsas solo puede conducir a una categórica derrota. Por eso, algo que marcó toda su trayectoria intelectual fue la fidelidad a los hechos de la realidad que buscaba conocer, y no la subordinación de la realidad a los resultados que le fuesen convenientes.

Este compromiso teórico con la verdad nos remite a los tres pilares sin los cuales la obra marxiana es impensable, y que deben ser conocidos por todos aquellos que pretenden estudiarla, a saber: la teoría del valor, el método dialéctico y la perspectiva de revolución. Los dos primeros no fueron invención suya. La teoría del valor fue desarrollada por los economistas políticos clásicos, especialmente David Ricardo y Adam Smith, que identificaron al valor como producto del trabajo. También el método dialéctico no es creación de Marx, sino del filósofo alemán Hegel, que fue muy influyente en el pensamiento europeo del siglo XIX. Estos dos elementos fueron sometidos a crítica, subvertidos, y se hicieron piedras fundamentales en la arquitectura marxiana. En cuanto a la perspectiva de revolución, Marx es el primero que reúne el pensamiento socialista al movimiento obrero e identifica en el proletariado, que se constituye como clase a partir de la revolución de 1848, el sujeto revolucionario.

El profesor brasileño José Paulo Netto afirma que todo gran pensador tiene siempre un problema que lo atormenta por toda la vida y vocaliza a un determinado sujeto social, aún que no lo sepa o que lo niegue. Con Marx no fue diferente. Su teoría busca disecar el Capitalismo para su destrucción por el proletariado, que en este sistema es el responsable por la producción de toda la riqueza de la sociedad, pero es privado de ella.

Así, nada es más equivocado que la crítica postmoderna del “eurocentrismo”. En un periodo histórico dónde el Capitalismo alcanzó su fase imperialista, no hay rincón del planeta que no esté bajo el comando del Capital. No hay cultura, género, etnia o nacionalidad que no esté subordinada al proceso de valorización del valor. En este sistema no hay excluidos, todos somos fundamentales para su funcionamiento. El desempleado, el traficante, el Yukpa asesinado por sicarios, las mujeres con doble jornada, todos estamos incluidos “democráticamente” en esta máquina de moler gente, y destruirla es la única forma de acabar con la vigencia de la Obra de Marx. Esto compañeros, es lo que más queremos.


Sugerencia de lectura:
Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo – V. Lenin
Marx para principiantes – Rius
Discurso ante la tumba de Marx – F. Engels
El manifiesto comunista – K. Marx
El Capital – K. Marx

(*) Profesora UBV
Grupo AVALANCHE
formacionmarxista@yahoo.com.ve

No hay comentarios: