Nidia Díaz
EL año 2008 resultó marcado en América Latina y el Caribe, en lo fundamental, por la consolidación y ampliación de los diferentes procesos de transformación social, política y económica que tienen lugar en la región, caracterizándose, además, por las posiciones independientes y de defensa de la soberanía nacional que se han hecho patentes en diferentes momentos a lo largo del período.Los presidentes Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, tres naciones que han continuado consolidando sus procesos de transformación social, política y económica.El régimen de George W. Bush fracasó estruendosamente en sus intentos por frustrar estos procesos mediante presiones, amenazas, chantajes, utilización de la violencia y subterfugios de todo tipo, poniendo en práctica conspiraciones y conjuras en complicidad con sus servidores de las oligarquías locales.Al cabo de 12 meses se ha hecho evidente la impotencia del Imperio y, en consecuencia, el imperialismo norteamericano recoge los más rotundos fracasos que la agonizante Administración tiene que asumir aunque no quiera, y ver a disgusto el avance de la democratización y los intentos de búsqueda de una mayor justicia social y equidad, poniendo fin al saqueo de los recursos naturales y a la secular política depredadora del capitalismo por parte del nuevo liderazgo que ha asumido las riendas en varios de nuestros países por la voluntad expresada en las urnas de la inmensa mayoría del electorado.De una forma o de otra, a mayor o menor ritmo y siempre de acuerdo con las tradiciones, las condiciones y situaciones concretas de cada país latinoamericano y caribeño, los nuevos procesos de emancipación luchan por abrirse paso, no sin enfrentar la más denodada resistencia de los explotadores, que no dudarán seguramente en llegar hasta la extrema violencia y hacer pagar a los pueblos el más elevado precio. Lo sucedido en el departamento boliviano de Pando en septiembre último cuando el prefecto opositor mandó a masacrar a una manifestación pacífica, es una prueba de ello.Los avances tienen lugar en medio de la profunda crisis económica y financiera mundial, provocada por Estados Unidos, acompañada simultáneamente por la crisis energética, la crisis alimentaria, los bruscos altibajos en los precios de la energía, las materias primas y los alimentos y la extendida crisis medioambiental como consecuencia de los cambios climáticos y sus consiguientes desastres naturales.Aún así, el balance del año en esta región exhibe saldos positivos en lo concreto y no menos esperanzadores hacia el futuro, por lo que queda evidenciado que la confrontación con el imperio y los esfuerzos por liberarse de la dependencia son posibles y arrojan frutos cuando avanza en ese sentido de manera consecuente, firme e inteligente.El prestigio y la autoridad moral de las naciones de América Latina y el Caribe crecen ante el mundo, y prueba de ello es la actuación del ex canciller nicaragüense Miguel D´Escoto, como presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas donde una vez más y de manera contundente se rechazó el criminal bloqueo que mantiene Washington contra Cuba. Mientras tanto, las medidas agresivas del imperio, como la reactivación de la IV Flota de la Marina de Guerra estadounidense, son universalmente repudiadas.Un recuento sumario de algunos de los más importantes acontecimientos ocurridos en la región durante el año que termina, ejemplifica los avances que, de modo paulatino pero seguro, fueron produciéndose y marcando la ampliación y consolidación antes mencionada. Tal recuento, al que no dudamos pudieran añadirse otros elementos, abarcan todas las sub-regiones (Sudamérica, Centroamérica, Caribe) junto a situaciones puntuales que tienen lugar en algunos países en particular y que se hace necesario mencionar para lograr un panorama más completo:• Creación de la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) como mecanismo de consulta e integración de todos los países sudamericanos sin injerencia extranjera.• Avances de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) con el ingreso de Honduras y Dominica y con la aprobación de una zona monetaria común como paso previo a una moneda común con vistas a lograr la independencia respecto al dólar.• Conflicto Colombia-Ecuador y actuación independiente del Grupo de Río que logró evitar un enfrentamiento armado entre los dos países como consecuencia de la violación del territorio ecuatoriano por parte de tropas castrenses colombianas. Momento en que se puso a prueba la necesidad de un mecanismo sin los condicionamientos y la dependencia de la OEA respecto a Estados Unidos.• Ingreso de Cuba al Grupo de Río constatando el respeto, la autoridad política y la confianza en la Revolución Cubana y la independencia de ese grupo de naciones en temas de política exterior.• Elección del ex obispo Fernando Lugo como presidente de Paraguay, lo que pone fin a 70 años de dominio del Partido Colorado en los que se incluye la dictadura de Alfredo Stroessner y su participación en la criminal Operación Cóndor.• Elecciones regionales en Venezuela, que confirmaron al Partido Socialista Unido (PSUV) como primera fuerza política en ese país al obtener cinco millones y medio de votos, cuando la oposición a pesar del patrocinio del Imperio perdió 300 000. El PSUV ganó 17 de las 22 gobernaciones puestas a elección y arrasó con la inmensa mayoría de las alcaldías.• Comicios municipales en Nicaragua donde el Frente Sandinista se alzó con 105 de las 146 alcaldías en disputas, arrebatando a la derecha neoliberal importantes espacios en el mapa político de ese país centroamericano.• Referendo Revocatorio en Bolivia, que ratificó el apoyo mayoritario al presidente Evo Morales, desbarató la conspiración de los prefectos opositores en contubernio con la Casa Blanca y dejó expedito el camino para el referendo constitucional que dirá Sí o No a la nueva Carta Magna.—Aprueban en referendo nueva Constitución en Ecuador• Violencia generalizada en México; récord de víctimas atribuidas al narcotráfico y el crimen organizado y la puesta en el escenario nacional de un gigantesco movimiento de masas contra la privatización del petróleo.• Primera Cumbre de los países de Latinoamérica y el Caribe sin participación foránea sobre integración y desarrollo en Salvador de Bahía, Brasil, convocada por el presidente Lula como una prueba inequívoca de la madurez de la región en la búsqueda de soluciones propias a los problemas que los afectan.• 3ª Cumbre de Cuba-Caricom en Santiago de Cuba como expresión del reforzamiento de los lazos de nuestro país con sus pares insulares.• Visita de los presidentes de China, Rusia y Brasil (éste en dos ocasiones) a Cuba con importantes resultados económicos y políticos.• Estrechamiento de las relaciones mutamente ventajosas de los mandatarios chino, ruso e iraní con importantes homólogos latinoamericanos.• Ampliación de los servicios de salud y educación como parte de los acuerdos del ALBA a varios países de la región aún cuando no forman parte de ese nuevo mecanismo de integración.El año 2009 comenzará con no pocas interrogantes acerca del nuevo presidente de Estados Unidos, Barak Obama, y sus implicaciones hacia América Latina y el Caribe. El nuevo año pondrá a prueba si el recién electo Mandatario es capaz de conducir una política respetuosa y realista hacia la región o si repetirá los añejos rumbos de prepotencia, intimidación y saqueo que han predominado en las conflictivas relaciones del gran vecino del Norte con las naciones de Nuestra América, hasta hace muy poco vilipendiadas y despreciadas, reducidas al papel de "patio trasero" del Imperio.Ojalá que el nuevo inquilino de la Casa Blanca asuma como política propia el principio martiano que recomienda "vivir con los tiempos, y no contra ellos", ya que sólo reconociendo que en América Latina y el Caribe se viven nuevos tiempos podrá articular lo que tanta falta hace y lo que todos aspiran: una relación de vecindad basada en el respeto y la confianza mutuas.Será un nuevo escenario para la región, que deberá observarse muy de cerca.
jueves, 1 de enero de 2009
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