miércoles, 21 de enero de 2009

Gaurimbas con toga y birrete.

Earle Herrera

Las universidades privadas se hicieron notar durante mucho tiempo por su escandaloso rasgo de no preocuparse por nada ni ante nada. Todavía hoy, Sus profesores no protestan ni siquiera por sus bajos sueldos o condiciones laborales, en muchos casos, con más de cien alumnos por aula. En esto de la apatía, sus estudiantes no les van a la zaga..De pronto, sin embargo, las corporaciones de la educación privada salieron de su modorra estructural y se pusieron a la “vanguardia” de la oposición antichavista y, muérete, de las universidades autónomas. Esto ocurre mayormente a partir de 2007, cuando saltaron a defender el canal comercial de televisión de los Phepls, los Bottome y Granier. Antes, en 2002, en el golpe de Estado y el criminal sabotaje petrolero contra el país, el rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Luis Ugalde, tuvo una participación iracunda y beligerante.La invasión de Irak por parte de Estados Unidos, con saldo de más de un millón de muertos, ni las alteró. El genocidio contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza no ha merecido de ellas ni la molestia de un minuto de silencio. Ninguna injusticia en el mundo las conmueve. Ni siquiera aquí, en Venezuela, la matanza del 27 de febrero de 1989 perturbó su rutina de embeleso frente a su ombligo.De pronto, sin embargo, en 2007, se lanzaron a las calles, con las manos pintadas de blanco, como los movimientos de la derecha internacional. Universidades patrocinadas por el Opus Dei descubrieron la piedra y el fuego. El vitalicio rector Ugalde devino en rabioso agitador estudiantil. Grupos de jóvenes de la Metropolitana, una universidad elitesca si las hay, hicieron insufrible para conductores, usuarios, ambulancias y enfermos la autopista Caracas-Guarenas.A diferencia de las luchas estudiantiles históricas, desde la generación del 28 hasta la de los años 80, los jóvenes bien de las casas privadas cuentan con un despliegue mediático que convierte la pega de un afiche en una epopeya digna de la poesía homérica. Organizaciones internacionales les pagan viajes al exterior, los entrenan en las protestas de la Europa del Este y les otorgan premios con una abultada recompensa en dólares.Además de estos privilegios, llama la atención en sus luchas el ensañamiento contra la naturaleza y el medio ambiente. En 2007, conocieron de su furia ecocida los chaguaramos de la avenida Bolívar de Caracas. Empezando este 2009, la emprenden contra el Guaraira Repano.El rector de la Universidad Metropolitana, Moreno León, en comunicado de esa corporación de estudios, insinúa que fueron personas ajenas a su institución y reivindica el derecho a la protesta estudiantil que nadie está conculcando. Este rector viene de COPEI y sabe del asesinato de estudiantes durante los gobiernos de Caldera y Luis Herrera, del allanamiento militar contra la UCV y la brutal destitución del rector magnifico, Jesús María Bianco.El comunicado de la Unimet aclara, como si eso fuera un atenuante, que el incendio no fue en el Guaraira Repano, sino en la parte de esa universidad que colinda con la autopista, como si no supieran que todo ese entorno forma parte del mismo ecosistema. “No quemamos el Ávila –parecen excusarse- sino más allaíta”.Así son las protestas estudiantiles privadas de ahora, motivadas por impulsos piromaniacos y ecocidas que Venezuela mira con perplejidad, mientras los rectores de esas corporaciones se hacen los Pilatos, aunque no son nada inocentes de estas guarimbas con toga, birrete y un caché ahumado y gerencial.
earlejh@hotmail.com

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