*JUAN MARTORANO
Como es un hecho público, notorio
y comunicacional, este proximo domingo 24 de noviembre se realizará la segunda
vuelta donde se elegirá al sucesor de Tabaré Vásquez, en la República Oriental
del Uruguay por el período 2020-2025.
Importante es recordar que la
primera vuelta de estos comicios se realizó el 27 de octubre del presente año. Como
ninguno de los candidatos obtuvo la mayoría de votos emitidos, es por eso que
se realizará el balotaje que ya hemos señalado.
El 27 de octubre se eligieron 99
miembros de la Cámara de Representantes del Parlamento uruguayo y 30 miembros
del Senado. La conformación de ese parlamento quedó así: 13 senadores y 42
diputados para el Frente Amplio, 10 senadores y 30 diputados para el Partido
Nacional, 4 senadores y 13 diputados para el Partido Colorado y 3 senadores y
11 diputados para Cabildo Abierto.
Esto deja a la derecha con 17
senadores versus 13 del Frente Amplio, y 54 diputados o representantes versus
los 42 del Frente Amplio, es decir, una correlación de fuerzas en el parlamento
favorable a las fuerzas de la reacción.
En la primera vuelta, Daniel Martínez,
candidato del Frente Amplio, obtuvo 949.376 votos (39,02%) seguido de Luis Lacalle
Pou con 696.452 votos (28,62%). Pero este último logró alinear un nuclear a
toda la derecha en torno a su candidatura de cara a la segunda vuelta.
Después de que las pasadas
elecciones nacionales de 2014 significaran un revolcón para las encuestadoras,
todas se cuidaron a la hora de pronunciar pronósticos, que se fueron haciendo
cada vez más inciertos y con final abierto. En palabras textuales del
politólogo Óscar Bottinelli, a
un mes de las elecciones todavía existió "la incertidumbre de una moneda
tirada al aire".
Es marcada la diversidad del
electorado que, según especialistas, tiende a dividirse en cuatro grandes
grupos etarios: los de mayor edad, comúnmente ligados a los partidos tradicionales;
los que les siguen, que experimentaron la deriva autoritaria y el nacimiento
del Frente Amplio; una tercera generación más indefinida, con una tendencia
global hacia la centroizquierda; y los más jóvenes, que se han criado viviendo
en administraciones frenteamplistas, ahí comienza una especie de repunte del
voto nacionalista y de las opciones tradicionales, más que nada como un
fenómeno desafiante. Por otra parte, está claro que la separación en el tiempo
de las elecciones nacionales, departamentales y municipales está dando mayor
empoderamiento local y, también, acostumbrando al electorado a cambiar de
partido según conveniencia.
Especialistas como Óscar Bottinelli afirmaron
que a esta elección la puede definir la clase media en función de la percepción
que tuviera de la gestión de gobierno del oficialismo. Por su parte, Equipos
consideró que un 36% del electorado es "flotante", y puede variar
mucho su decisión dentro de un clima hiperestimulado comunicacionalmente.
En general, las elecciones
uruguayas tienen un comportamiento autónomo respecto de lo que sucede en la
región, si se piensa en términos estrictamente políticos. No obstante, tras el
triunfo del conservador de derecha Jair Bolsonaro en Brasil, un sacudón recorre también las expectativas del
sistema político uruguayo. Al contrario de lo que sucede en Europa, en donde el
impacto de la inmigración es un tema candente en la actualidad electoral,
Uruguay no parece tenerlo entre sus prioridades.
Algunas de las polémicas que se
pudieron observar en la campaña electoral uruguaya, tenemos: el episodio de
"El Gucci" que dividió al Frente Amplio. El Partido Nacional
utilizara un spot publicitario para remarcar únicamente los principales errores
del gobierno del Frente Amplio, con el dinero que le generó en gastos al
Estado. Esta política contrasta con el lema "La Positiva", utilizado
por el precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou durante la campaña de 2014.
Continuando con el Partido Nacional, desde el oficialismo se cuestionó el
denominado "proyecto de ley de urgencia".
Importante es de destacar que El
intendente (alcalde) de Canelones Yamandú Orsi asumió la jefatura de campaña de Martínez
con vistas al balotaje. Además, se dieron instrucciones a toda la dirigencia
frenteamplista de moderar el discurso para procurar la captación del voto
extrafrenteamplista. Algunos grupos colorados apoyaron a la candidatura de
Martínez, uno encabezado por Aníbal Gloodtdofsky,
otro por un sobrino nieto del presidente Baltasar Brum.
De acuerdo a los últimos números
obtenidos, 51% sufragaría por Lacalle Pou versus el 43% que lo haría por Daniel
Martínez. Otras mediciones dan una ventaja a Lacalle Pou entre cinco y siete
puntos.
Esto, evidentemente contribuirá,
junto a la instalación de un gobierno de facto en Bolivia, al albrestamiento de
la derecha en el continente, y en especial en Venezuela. Por lo que hay que
tomar debida nota de esto.
Hay otras valoraciones que dan
resultados más cerrados entre Martínez y Lacalle Pou, por lo que harían los
resultados de los comicios del domingo como impredecibles.
Pero aún ocurriendo el milagro de
que Martínez remonte la cuesta y sea electo presidente, tendrá que negociar en
el parlamento y tendría comprometida su gobernabilidad, dada la mayoría de la
derecha en la conformación del parlamento en ambas cámaras.
Así estarían las cosas planteadas
en la hermana República Oriental del Uruguay.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante
Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. Www.juanmartorano.blogspot.com , www.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta
facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Rincón de Martorano.
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