María Alejandra Díaz Marín
Sobre las riquezas del Potosí y Zakateka se hizo la acumulación
originaria del capital (Marx) saqueo, apropiación y genocidio de
riquezas, territorio y poblaciones; modernidad y capitalismo que
arrancan con la violencia contra nuestros pueblos originarios.
Ayer la plata, hoy el litio y demás tierras raras. Bolivia posee 70% de las reservas de este mineral imprescindible para baterías de vehículos eléctricos y celulares, medios que el nuevo orden mundial anglosionista pretende imponernos: energías renovables satanizando las fósiles, no por razones éticas como pretenden hacernos creer referidas al cuidado del planeta, sino para controlarlas, saquearlas y diseñar espacios territoriales con poblaciones dóciles que garanticen paz para los capitales.
En Bolivia hubo un golpe de Estado: un presidente reelecto y en funciones, producto de la expresión de la soberanía popular, fue derrocado por los capitales. Su renuncia bajo coacción y amenaza no tiene validez jurídica ni política, menos ética. Se ha interrumpido la línea de sucesión constitucional pretendiendo imponer por la fuerza una legalidad inexistente, violentando la Constitución.
Los pecados de Evo: saldar la deuda histórica, corrigiendo las desigualdades, logrando el sueño de Bolívar: la igualdad social de condiciones y oportunidades, reduciendo la pobreza extrema de 38% al 15%, el desempleo de 8, 1% a 4,2%, el salario mínimo de 60$ subió a 360$, obtuvo 74.000 MM$ con la nacionalizaciones de recursos vitales, ocasionando la furia de los capitales y apátridas internos: Camacho, Meza y militares y policías traidores.
La quema de la Whipala, símbolo de la resistencia ancestral Aymara, y su sustitución por la Biblia es una ofensa a los pueblos originarios, a sus acervos y cultura que los liga a la tierra. Ellos son una sustracción a la pulsión homogeneizante de la globalización para convertirlos en consumidores de sus productos tóxicos.
Es una guerra, acumulación por desposesión, desoberanizando y desgeopolitizando a Bolivia. La hija predilecta del Libertador está siendo tomada a la fuerza violándole todos los derechos a sus hijos.
Advertimos a los capitales y a sus serviles: ¡el pueblo de Bolivia tiene perfecto derecho a la rebelión para la defensa de su vida e integridad territorial. No tendrán paz en nuestras tierras, no nos esclavizarán! Sino dejan en paz a Suramérica encenderemos las praderas y se desatará la guerra de los mil años. No se equivoquen.
Ayer la plata, hoy el litio y demás tierras raras. Bolivia posee 70% de las reservas de este mineral imprescindible para baterías de vehículos eléctricos y celulares, medios que el nuevo orden mundial anglosionista pretende imponernos: energías renovables satanizando las fósiles, no por razones éticas como pretenden hacernos creer referidas al cuidado del planeta, sino para controlarlas, saquearlas y diseñar espacios territoriales con poblaciones dóciles que garanticen paz para los capitales.
En Bolivia hubo un golpe de Estado: un presidente reelecto y en funciones, producto de la expresión de la soberanía popular, fue derrocado por los capitales. Su renuncia bajo coacción y amenaza no tiene validez jurídica ni política, menos ética. Se ha interrumpido la línea de sucesión constitucional pretendiendo imponer por la fuerza una legalidad inexistente, violentando la Constitución.
Los pecados de Evo: saldar la deuda histórica, corrigiendo las desigualdades, logrando el sueño de Bolívar: la igualdad social de condiciones y oportunidades, reduciendo la pobreza extrema de 38% al 15%, el desempleo de 8, 1% a 4,2%, el salario mínimo de 60$ subió a 360$, obtuvo 74.000 MM$ con la nacionalizaciones de recursos vitales, ocasionando la furia de los capitales y apátridas internos: Camacho, Meza y militares y policías traidores.
La quema de la Whipala, símbolo de la resistencia ancestral Aymara, y su sustitución por la Biblia es una ofensa a los pueblos originarios, a sus acervos y cultura que los liga a la tierra. Ellos son una sustracción a la pulsión homogeneizante de la globalización para convertirlos en consumidores de sus productos tóxicos.
Es una guerra, acumulación por desposesión, desoberanizando y desgeopolitizando a Bolivia. La hija predilecta del Libertador está siendo tomada a la fuerza violándole todos los derechos a sus hijos.
Advertimos a los capitales y a sus serviles: ¡el pueblo de Bolivia tiene perfecto derecho a la rebelión para la defensa de su vida e integridad territorial. No tendrán paz en nuestras tierras, no nos esclavizarán! Sino dejan en paz a Suramérica encenderemos las praderas y se desatará la guerra de los mil años. No se equivoquen.
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