Néstor Francia
Últimamente me conecto a menudo con un canal digital de TV denominado
"Factores de Poder Media". Allí hacen vida pública algunos comunicadores
y personalidades del extremo más extremo de la derecha extremista
(Patricia Poleo, Daniel Lara Farías, Napoleón Bravo, Nehomar Hernández,
Alberto Franchesqui, Nitu Pérez Osuna y otros), quienes están en
sintonía con el fragmento opositor que representan personajes como María
Corina Machado, Antonio Ledezma y Diego Arria.. Esta gente no se anda
con rodeos y se muestran partidarios abiertos y militantes de la
"solución" armada en Venezuela, incluida la posibilidad de una invasión
foránea. Son antichavistas furibundos, claro está, y odian más a Maduro
que al mismo Chávez. Me gusta verlos porque hacen algo interesante, que
es lo que Lara Farías llama "plomería informativa", oficio que vive de
inspeccionar las tuberías de aguas negras y destapar las cloacas de la
politiquería, según el comunicador ex adeco. Guardan lo suyo a los
gobernantes venezolanos, pero eso no me interesa, lo que me gusta es el
trabajo que hace tal fontanería con la oposición hipócrita que encabezan
tipejos como Juan Guaidó y dinosaurios como Henry Ramos Allup.
Todas las infamias, iniquidades y mentiras de la oposición venezolana encuentran allí su relato. Por supuesto, estos personajes son blanco de duros ataques, a través de las redes digitales, de lo que ellos llaman "Guaidolovers", que son los imbéciles que adoran al imbécil. Los ataques de los ultra extremistas de Factores de Poder se recrudecieron una vez que Guaidó convocara al fracaso del 16 de noviembre, y se hicieron más patentes sus sueños de intervención armada en Venezuela, interna o y/o externa: la torta del 16N les confirmó en su opinión de que no hay salida pacífica o electoral para deshacerse del chavismo. He ahí un drama: mientras Guaidó engaña a la gente con el cuento de la calle como escenario del cese de la usurpación, y a la vez negocia con el Gobierno una probable elección parlamentaria, los demonios de Factores de Poder manejan la ilusión, que hasta es posible que se la crean ellos mismos, de que lo que viene para Venezuela, inexorablemente, es la irrupción de un ejército de salvación. También se hacen presentes en el escenario otros factores de la oposición: los oportunistas de siempre, como los adecos, que se juegan todas las cartas: negociar y participar en elecciones como probado método para permanecer en áreas de poder, como alcaldías, gobernaciones y cuerpos legislativos, o cobrar si algún loquito como Guaidó la pega. Y también los que han decidido poner de lado a los fracasados de Voluntad Popular y negociar con el Gobierno, con la esperanza de cobrar al largo plazo ¿Qué va a salir de todo esto? ¡Qué voy a saber yo! Y, sin embargo, me atreveré a entrar en el incierto pantano de las conjeturas.
El evento que marcará el devenir político en el año 2020 serán las elecciones parlamentarias, que habrán de realizarse a menos que se nos caiga encima un pedazo de cielo, lo cual es improbable pero no imposible. No es tan raro que un meteorito (un pedazo de cielo) se desplome sobre la tierra, pero el suelo de las parlamentarias parece estar cada vez más lejos de eso. El resultado de tales elecciones estará condicionado por el desarrollo hacia el cual se enrumben diversos factores. Enumeremos los principales:
Escenario uno: se acuerda un nuevo CNE, hay elecciones parlamentarias, participa la derecha dialogante y se abstiene la derecha extremista. Resultado: mayoría simple del chavismo, presencia importante aunque minoritaria de la derecha dialogante (la que participa en la mesa de diálogo)
Escenario dos: participan divididos la derecha dialogante y factores importantes de lo que se ha llamado el "guaidoismo": tres minorías relativas, la más importante la del chavismo, que dominará la asamblea pero se verá obligada a acuerdos puntuales con otros factores para aprobar leyes y acuerdos.
Un factor decisivamente relevante es como actuará políticamente el chavismo de aquí en adelante. Para saber lo que pienso en torno a ese tema, invito a leer mi más reciente publicación en Aporrea.org (10/11/2019): "Mis propuestas para las elecciones parlamentarias".
Todas las infamias, iniquidades y mentiras de la oposición venezolana encuentran allí su relato. Por supuesto, estos personajes son blanco de duros ataques, a través de las redes digitales, de lo que ellos llaman "Guaidolovers", que son los imbéciles que adoran al imbécil. Los ataques de los ultra extremistas de Factores de Poder se recrudecieron una vez que Guaidó convocara al fracaso del 16 de noviembre, y se hicieron más patentes sus sueños de intervención armada en Venezuela, interna o y/o externa: la torta del 16N les confirmó en su opinión de que no hay salida pacífica o electoral para deshacerse del chavismo. He ahí un drama: mientras Guaidó engaña a la gente con el cuento de la calle como escenario del cese de la usurpación, y a la vez negocia con el Gobierno una probable elección parlamentaria, los demonios de Factores de Poder manejan la ilusión, que hasta es posible que se la crean ellos mismos, de que lo que viene para Venezuela, inexorablemente, es la irrupción de un ejército de salvación. También se hacen presentes en el escenario otros factores de la oposición: los oportunistas de siempre, como los adecos, que se juegan todas las cartas: negociar y participar en elecciones como probado método para permanecer en áreas de poder, como alcaldías, gobernaciones y cuerpos legislativos, o cobrar si algún loquito como Guaidó la pega. Y también los que han decidido poner de lado a los fracasados de Voluntad Popular y negociar con el Gobierno, con la esperanza de cobrar al largo plazo ¿Qué va a salir de todo esto? ¡Qué voy a saber yo! Y, sin embargo, me atreveré a entrar en el incierto pantano de las conjeturas.
El evento que marcará el devenir político en el año 2020 serán las elecciones parlamentarias, que habrán de realizarse a menos que se nos caiga encima un pedazo de cielo, lo cual es improbable pero no imposible. No es tan raro que un meteorito (un pedazo de cielo) se desplome sobre la tierra, pero el suelo de las parlamentarias parece estar cada vez más lejos de eso. El resultado de tales elecciones estará condicionado por el desarrollo hacia el cual se enrumben diversos factores. Enumeremos los principales:
-
Violencia o paz en las calles: la previsible derrota de la derecha
extremista en 2019, minimizará las opciones de violencia para 2020, pero
no las eliminará del todo. Recordemos que hay factores que no cejarán
en su intento de acabar con la paz por la vía que sea, incluido el
terrorismo selectivo o relativamente abierto. Si hay paz, será ganancia
para todos los que apuestan a ella, y señaladamente para el chavismo,
que tendrá la fuerza subjetiva de haber dado al traste con los planes
que se planteó el imperialismo con la batalla de los puentes como punto
de inflexión
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¿La derecha extremista se abstiene o vota? El hecho de que este factor
esté negociando el nombramiento de un nuevo CNE abre una clara
posibilidad de que participe en las elecciones parlamentarias. Que lo
haga o no cambiaría notablemente el escenario. Si lo hace, la oposición
en general será más fuerte y podría inclusive comprometer la victoria
absoluta del chavismo, aunque la situación es diferente al 2015,
abriéndose la posibilidad de una Asamblea sin mayoría definida. Si se
abstiene, arrastrará en dicha decisión a buena parte del electorado y la
mayoría chavista estaría asegurada.
-
¿Se unirá la derecha, en sus distintas facciones, para las elecciones?
Es poco probable, dada la dimensión de las fisuras que existen. Pero el
juego de la política es impredecible. Si ello ocurre, la victoria
mayoritaria del chavismo no sería fácil.
-
¿La situación económica y general del país mejorará, empeorará o se
mantendrá más o menos igual? Otra situación que no puede predecirse y
que influirá en el resultado electoral.
-
Hacia donde avanza la situación internacional. Los conflictos políticos
continentales aportarán alguna carga subjetiva al escenario electoral.
Qué va a pasar en Chile. Bolivia, Uruguay, Perú, Colombia, Panamá,
Haití, Brasil, por ejemplo, condicionará relativamente la situación
nacional.
Escenario uno: se acuerda un nuevo CNE, hay elecciones parlamentarias, participa la derecha dialogante y se abstiene la derecha extremista. Resultado: mayoría simple del chavismo, presencia importante aunque minoritaria de la derecha dialogante (la que participa en la mesa de diálogo)
Escenario dos: participan divididos la derecha dialogante y factores importantes de lo que se ha llamado el "guaidoismo": tres minorías relativas, la más importante la del chavismo, que dominará la asamblea pero se verá obligada a acuerdos puntuales con otros factores para aprobar leyes y acuerdos.
Un factor decisivamente relevante es como actuará políticamente el chavismo de aquí en adelante. Para saber lo que pienso en torno a ese tema, invito a leer mi más reciente publicación en Aporrea.org (10/11/2019): "Mis propuestas para las elecciones parlamentarias".
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