*JUAN MARTORANO
Hace una semana, escribíamos la primera entrega de esta
especie dossier, donde ya comenzamos a advertir sobre una nueva oleada
conspirativa en contra de la Revolución Bolivariana. El receso que me impuse
para evaluar la reacción no fue en vano, y el aserto confirmó la veracidad de
mi afirmación.
En estos últimos días, pudimos observar una serie de eventos
muy bien concatenados, y que dan claras señales del nuevo zarpazo que se cocina
en contra de la Revolución Bolivariana: La reunión sostenida por el
representante del autoprclamado en EEUU, Carlos Vecchio y del prófugo de la
justicia venezolana, Iván Simonovis, ahora devenido en especie de secretario de
inteligencia y seguridad del pretendido “presidente interino”, con
representantes de la DEA; Las propuestas de nuevas agresiones comerciales,
económicas y financieras de 87 senadores franceses contra Venezuela; la
presencia del jefe del Comando Sur, Almirante Craig Faller en Río de Janeiro
(Brasil) en el marco del ejercicio militar UNITAS (donde participan las armadas
de EEUU, Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador, México, Chile, Panamá, Paraguay
y Perú) con el despliegue de 3.880 militares y paralelamente la llegada del
USNS Comfort a Santa Marta (Colombia); la reunión cuasi clandestina de
representantes de Juan Guaidó con el gobierno estadounidense y el aumento del
pasaje urbano en el área metropolitana de Caracas, son algunas de las señales
de los vientos de tormenta que soplan y se avecinan.
Es en ese sentido, que el camarada, compatriota y compañero
Diosdado Cabello Rondón, en su programa “Con El Mazo Dando” del miércoles 21 de
agosto, advirtió sobre los preparativos y las planificaciones, con todo lujo de
detalles, de los planes de Guaidó tiene contra la Revolución Bolivariana.
Debo agregar, en el marco de los análisis, dos eventos a
ocurrir en el próximo mes de septiembre, que al igual que el panfleto de la
Bachelet y la firma de la orden ejecutiva de Trump, pueden marcar nuevos hechos
desencadenantes, para tratar de definir la actual coyuntura venezolana. El primero,
tiene que ver con la próxima llegada del tanquero petrolero Liza Destiny en
aguas ni siquiera del Esequibo (territorio en disputa entre la República
Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana) sino de la
propia plataforma deltana, que es territorio venezolano. La referida
embarcación, que salió el 19 de julio pasado, estima posarse en esas aguas
territoriales, que son jurisdicción venezolana, el proximo mes, para así
reactivar el frente de ataque al gobierno venezolano a través del tema de
nuestra histórica reclamación del territorio Esequibo.
La segunda tiene que ver con el inicio de la 74 período de
sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Ya el
sub presidente de Colombia, Iván Duque, cumpliendo a pie de juntillas la
cartilla imperial y el guión que le impusieron, señaló que en su discurso ante
esa instancia, acusará al gobierno de Nicolás Maduro de patrocinar el
terrorismo, por el supuesto apoyo y refugio que éste le estaría dando a
guerrilleros como Jesús Santrich, alias “Pabilito” e Iván Márquez, y por
supuestamente ocultarlos en territorio venezolano.
Todo ello, en el marco de toda una estrategia de amplio
espectro con el fin de lograr el derrocamiento del actual Gobierno Bolivariano,
y lograr la sumisión y el tutelaje de nuestro país. No podemos obviar esta
consideración.
A todas estas, el pretendido presidente autoproclamado ha
convocado a sus huestes a unas jornadas de calle los días sábado 24 y domingo
25 de agosto del año en curso. Todo ello, con el fin de generar las condiciones
más propicias para el calentamiento de calle, y todas las condiciones propicias
y proclives para la ocurrencia del zarpazo que la derecha fascista y criminal
pretende.
Pues bien, de ahí que prácticamente ratifico en todo y en
cada una de sus partes lo señalado en la entrega anterior de este artículo. En las
calles se respira una tensa calma, como presagiando el devenir de los
acontecimientos por ocurrir. Y uno de los principales detonantes de ello es el
aspecto económico, debido a la salvaje confiscación que estamos sufriendo, los
que vivimos de nuetro trabajo, de nuestro poder adquisitivo.
Esto viene siendo observado al detalle por efectivos de la
fuerza pública y militares, que ansían dar un paso al frente (importante es de
señalar que aún no se precisa el signo ideológico de los conspiradores), y que
evidentemente algunos actores políticos y emporios mediáticos pretenderán
aprovechar. No olvidemos que en “río revuelto, ganancia de pescasdores”.
La situación de la calle en la actualidad es altamente
inflamable, y con riesgos de tornarse explosiva. Y es en ese sentido que
algunos se están planteando salir de su pasividad, asumir un papel más activo
para definir la actual coyuntura, y terminar de definir la actual coyuntura en
el país. Sea de manera pacífica, o lamentablemente de manera violenta.
Y tal es lo delicado y complejo de la situación, que en caso
de ocurrencia de una nueva asonada (la más reciente fue la del 30 de abril del
año en curso). Ni el propio General en Jefe, Ministro del Poder Popular para la
Defensa y Vicepresidente Sectorial de Soberanía, Política, Seguridad y Paz,
Vladimir Padrino López, podrá detener la avalancha de pronunciamientos y
situaciones que se pueden producir en lo sucesivo. También el descontento y
malestar por la actual situación se refleja a lo interno de los componentes
castrenses, aunque aparenten una muestra de unidad monolítica y sin fisuras.
Así que atentos y atentas todos y todas, porque se avecinan
duros y complejos tiempos de combate, y navegaremos por aguas aún más
turbulentas.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia
y Patria Socialista!
¡Viviremos
y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario
y de la Red Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. Www. juanmartorano.blogspot.com , w ww.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.com, j _martorano@hotmail.com , juan_ martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram:
@juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo.
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