Antonia Muñóz
La mayoría de las y los venezolanos queremos que el país cambie para
mejor, pero son muy pocos quienes nos planteamos que nosotros también
somos parte del problema y de la solución. Es nuestra convicción que
tenemos ciertas actitudes y conductas que debemos modificar porque sin
dudas, el país es un reflejo de lo que su gente es. Por supuesto que el
Estado tiene la misión de promover y facilitar los cambios,
principalmente a través de la educación formal e informal. Dos preguntas
serían: ¿Quiénes dirigen el Estado están interesados en que los
habitantes sean más ciudadanos? ¿Qué comportamientos deberíamos cambiar y
cuáles serían las vías para hacerlo? Una consulta nacional nos
informaría cómo debería ser el venezolano que la mayoría quisiéramos
ser. Con las y los niños los cambios se fomentarían desde la escuela. A
la población adulta, la televisión, el cine, las redes y cualquier medio
audio visual la alcanzaría donde estén, El asunto es la claridad de
objetivos, la voluntad y conveniencia política de hacerlo.
El 15 de diciembre de 1999 los venezolanos aprobamos en Referendum un nuevo proyecto de país (CRBV). Al inicio del Preámbulo se señala que uno de los objetivos es "CREAR UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA, PARTICIPATIVA Y PROTAGÓNICA". ¿Ha hecho el Estado venezolano el esfuerzo necesario para lograr ese objetivo? ¿Hemos hecho los venezolanos lo suficiente para conocer nuestro hermoso proyecto de país? ¿Estaremos consciente de lo mejor que funcionaría nuestro país si la mayoría de nosotros cumpliéramos con nuestros deberes, pero también exigiéramos nuestros derechos. Es muy probable que si damos el salto cualitativo, seremos ciudadanos menos dependientes de un favor partidista y dejaremos de andar rogándoles a los gobernantes y conformándonos con limosnas.
Si fuéramos más ciudadanos dejaríamos de andar buscando un Mesías que nos resuelva la vida y veríamos a los gobernantes como unos gerentes que fueron electos para administrar a ojo vista nuestros recursos; y que por lo tanto, estarán sometidos a permanente supervisión, seguimiento y control para asegurarnos que están administrando la Hacienda Pública de acuerdo a las normas de transparencia y eficiencia, que señala nuestra Constitución. De los funcionarios electos no cumplir con lo establecido en la CRBV, el mandato le debe ser revocado como lo establece el artículo 70 de nuestra carta magna. Sin embargo, es preocupante que la figura del Referendum sea criminalizada con el fin partidista de evitar que los ciudadanos pidan cuenta y evalúen a los gobernantes. Esta figura debe permanecer en nuestra Constitución porque en política se cumple que "vemos cara pero no corazones", y el corazón de los políticos sólo se les conoce cuando están en el poder. Por eso aquello de "dale poder al hombre y lo conocerás. No debemos olvidar que realmente conocemos a los seres humanos no por lo que dicen sino por lo que hacen.
Consideramos que además de medidas urgentes como las de carácter económico y político, también es perentorio que se piense en un Programa Nacional de Formación Ciudadana, donde el plato fuerte en términos de contenido curricular sea conocer nuestro proyecto de país; que no es otra cosa que conocer la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En cuanto a la CRBV, todo es importante, pero en nuestra opinión lo primero debe ser que cada habitante conozca sus deberes para que los cumpla y sus derechos para que los reclame, ¡Cuantos daños morales, espirituales y materiales (patrimoniales) le evitaríamos a la Patria si primero fuésemos ciudadanos guardianes del país, antes que fichas de un partido, tanto del gobernante como del que está en funciones de gobierno como de oposición. Ejemplos que apoyen este planteamiento hay por centenas nada más en la cuarta y en V la República. Sin embargo, a continuación recordaremos sólo uno.
El 8 de agosto de 2019 alguien no identificado envió a un grupo donde pertenecemos el siguiente mensaje; "Cuando los habitantes de una Nación no se comportan como ciudadanos, las autoridades hacen fiesta". Esto me trajo a la memoria algo que ocurrió a partir del 2009, cuando el Ejecutivo Regional de Portuguesa inventó un adefesio que bautizó como Circuitos Comunales en sustitución de los Consejos Comunales, donde las vocerías se designaban a dedo. De acuerdo a informaciones que llegan de todos los municipios, la historia podría volver a repetirse. Si una nueva agresión contra la democracia protagónica y participativa se diera, probablemente guardarían silencio en el 2019 como en el 2009, la mayoría de las y los ciudadanos y quienes deben vigilar el cumplimiento de la Constitución y las leyes que de ella se desprenden. Unos callarían por disciplina partidista, otros por indiferentes e indolentes. Todos por no tener conciencia de sus deberes y derechos ciudadanos.
El 15 de diciembre de 1999 los venezolanos aprobamos en Referendum un nuevo proyecto de país (CRBV). Al inicio del Preámbulo se señala que uno de los objetivos es "CREAR UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA, PARTICIPATIVA Y PROTAGÓNICA". ¿Ha hecho el Estado venezolano el esfuerzo necesario para lograr ese objetivo? ¿Hemos hecho los venezolanos lo suficiente para conocer nuestro hermoso proyecto de país? ¿Estaremos consciente de lo mejor que funcionaría nuestro país si la mayoría de nosotros cumpliéramos con nuestros deberes, pero también exigiéramos nuestros derechos. Es muy probable que si damos el salto cualitativo, seremos ciudadanos menos dependientes de un favor partidista y dejaremos de andar rogándoles a los gobernantes y conformándonos con limosnas.
Si fuéramos más ciudadanos dejaríamos de andar buscando un Mesías que nos resuelva la vida y veríamos a los gobernantes como unos gerentes que fueron electos para administrar a ojo vista nuestros recursos; y que por lo tanto, estarán sometidos a permanente supervisión, seguimiento y control para asegurarnos que están administrando la Hacienda Pública de acuerdo a las normas de transparencia y eficiencia, que señala nuestra Constitución. De los funcionarios electos no cumplir con lo establecido en la CRBV, el mandato le debe ser revocado como lo establece el artículo 70 de nuestra carta magna. Sin embargo, es preocupante que la figura del Referendum sea criminalizada con el fin partidista de evitar que los ciudadanos pidan cuenta y evalúen a los gobernantes. Esta figura debe permanecer en nuestra Constitución porque en política se cumple que "vemos cara pero no corazones", y el corazón de los políticos sólo se les conoce cuando están en el poder. Por eso aquello de "dale poder al hombre y lo conocerás. No debemos olvidar que realmente conocemos a los seres humanos no por lo que dicen sino por lo que hacen.
Consideramos que además de medidas urgentes como las de carácter económico y político, también es perentorio que se piense en un Programa Nacional de Formación Ciudadana, donde el plato fuerte en términos de contenido curricular sea conocer nuestro proyecto de país; que no es otra cosa que conocer la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En cuanto a la CRBV, todo es importante, pero en nuestra opinión lo primero debe ser que cada habitante conozca sus deberes para que los cumpla y sus derechos para que los reclame, ¡Cuantos daños morales, espirituales y materiales (patrimoniales) le evitaríamos a la Patria si primero fuésemos ciudadanos guardianes del país, antes que fichas de un partido, tanto del gobernante como del que está en funciones de gobierno como de oposición. Ejemplos que apoyen este planteamiento hay por centenas nada más en la cuarta y en V la República. Sin embargo, a continuación recordaremos sólo uno.
El 8 de agosto de 2019 alguien no identificado envió a un grupo donde pertenecemos el siguiente mensaje; "Cuando los habitantes de una Nación no se comportan como ciudadanos, las autoridades hacen fiesta". Esto me trajo a la memoria algo que ocurrió a partir del 2009, cuando el Ejecutivo Regional de Portuguesa inventó un adefesio que bautizó como Circuitos Comunales en sustitución de los Consejos Comunales, donde las vocerías se designaban a dedo. De acuerdo a informaciones que llegan de todos los municipios, la historia podría volver a repetirse. Si una nueva agresión contra la democracia protagónica y participativa se diera, probablemente guardarían silencio en el 2019 como en el 2009, la mayoría de las y los ciudadanos y quienes deben vigilar el cumplimiento de la Constitución y las leyes que de ella se desprenden. Unos callarían por disciplina partidista, otros por indiferentes e indolentes. Todos por no tener conciencia de sus deberes y derechos ciudadanos.
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