David Vivas
Este título es el que comúnmente vemos como argumento de los
economistas, políticos, politiqueros y “especialistas” en redes sociales
para explicar qué ocurre en nuestra economía y por ende en el bolsillo
de cada uno de los venezolanos.
Entonces de dónde provienen esa “presiones alcistas”?. Para nadie es un secreto que detrás de esa extraña alza del valor del dólar terrorista y su incidencia directa en el precio de los productos esta la opción de generar violencia en el país.
El sionismo financiero ve con mucha preocupación que con los ataques financieros, sanciones y guerra económica no doblegan al pueblo venezolano y profundizan esos ataques para alterar nuestra cotidianidad. Sancionaron a las navieras y ahora el transporte de rubros como alimentos, medicinas, gasolina, gas y gasoil son afectados por cuanto requieren mayor tiempo y recursos para su despacho. Cortes y saboteos a los servicios eléctricos y telefónicos son complementos y una constante para evitar incrementar producción local y transacciones bancarias, en fin, golpes quirúrgicos a la paz social del pueblo.
Entonces, es la cotización del dólar la punta de lanza de la estrategia de ataque financiero y guerra económica?
Sí, lo es; desde una fachada y entramado financiero de economía subterránea, que logra desviar la atención sobre cómo lo hacen y cómo logran deteriorar la economía venezolana donde a su vez desde lo mediático hacen que un grueso de la población sólo se fijen en un portal y no en el origen de su estrategia.
Monetariamente los enemigos de Venezuela han logrado progresivamente desplazar al Bolívar soberano y las monedas de uso alternativo prácticamente son el dólar y el peso colombiano. Esto conlleva a que el Bolívar soberano siempre tenga menos valor.
Con esta nueva escalada de ataque financiero y guerra económica, a los enemigos de Venezuela les ha tocado combinar dos formas de inducir negativamente el valor del Bolívar; por un lado seguir bajando la tasa de cambio en frontera para la relación bolívar peso de 0,40 a 0,18 y por el otro lado, devaluar su propio moneda (peso) de 3100 a 3457 pesos por dólar. Estas dos acciones en un periodo de tres meses para que al calcular el dólar terrorista paralelo, su indicador pueda ir creciendo logrando profundizar las desigualdades sociales a partir de una estrategia muy bien diseñadas en frontera recrudeciendo y profundizándose los últimos 20 días. Veamos:
Inicio de junio 3100 pesos por dólar / tasa de cambio 0.40 = 7750 bolívares por dólar
Inicio de julio 3200 pesos po dólar / tasa de cambio 0.35 = 9142 bolívares por dólar
Inicio de agosto 3300 pesos por dólar / tasa de cambio 0.25 = 13200 bolívares por dólar
Cerrando agosto 3457 pesos por dólar / tasa de cambio 0.18 (y bajando) = 19205 bolívares por dólar
Si proyectamos lo que viene; son por encima de los 20000 bolívares el valor del dólar terrorista, donde cada vez que bajan inducidamente la tasa de cambio del peso en frontera y crece la devaluación del dólar en Colombia surge una sincronización para acelerar las “presiones alcistas”.
Como se puede ver, al manipular ambas tasas de cambio se logra fijar el valor del dólar terrorista paralelo creando distorsiones en nuestra economía y no por simples “presiones alcistas”. Son estrategias financieras de economía subterránea que son usadas para lograr un fin político generador de violencia, parando la construcción socialista de la Revolución Bolivariana y el uso del Petro como alternativa económica en un mundo muy cambiante multipolar.
Sanciones, Gorbachov internos, ataque financiero y guerra económica son misiles que impactan muy duro en la población. Los enemigos de Venezuela saben que tienen que acelerar los ataques para crear caos e ingobernabilidad con el propósito de unificar fuerzas para una invasión solapada bajo el guión de ayuda humanitaria y sus variantes mediáticas. Ellos los enemigos de Venezuela saben que le dólar, su moneda hegemónica pierde terreno ante la incursión de las criptodivisas, el yuan y el comercio binacional donde se deja de usar el dólar progresivamente como moneda de intercambio.
Como vemos, se sincronizan ataques en contra de la Revolución Bolivariana y su pueblo. Por ende es fundamental contraatacar en dos momentos: el primero, asumir que en la frontera colombo venezolana se da el origen de la guerra económica y ataque al valor del Bolívar soberano. En tal sentido, se debe revalorizar el Bolívar soberano a partir de medidas reciprocas; captando el peso colombiano con la venta de gasolina (estaciones internacionales) con un precio inicial de 2000 pesos por litro hasta llegar al precio internacional y con esos pesos tener nuestras casa de cambio para fijar un precio del Bolívar doblando siempre la tasa de Cúcuta frenando la caída inducida de nuestra moneda.
Segundo: iniciar el proceso de uso del Petro como moneda de intercambio y comercio nacional a partir del pago de sueldos y bonificaciones salariales para apalancar el valor del Bolívar soberano rumbo a la desdolarización de la economía venezolana.
Finalmente y a manera de conclusión en una guerra contra el pueblo, la mediática dice “presiones alcistas” pero siempre van a esconder cómo operan para dañar a un pueblo silenciando los efectos de las sanciones y cómo manipulan variables subterráneas desde la frontera colombo venezolana para lograr la efectividad que tienen actualmente.
Conocemos sus “presiones alcistas”, ahora construyamos las respuestas para proteger al pueblo siempre en lucha ante las pretensiones imperialistas de quitarnos el legado Bolivariano, el legado de nuestro Comandante eterno Hugo Chávez.
En las dificultades siempre habrá oportunidades, sin duda alguna seguiremos venciendo a los enemigos de Venezuela.
Entonces de dónde provienen esa “presiones alcistas”?. Para nadie es un secreto que detrás de esa extraña alza del valor del dólar terrorista y su incidencia directa en el precio de los productos esta la opción de generar violencia en el país.
El sionismo financiero ve con mucha preocupación que con los ataques financieros, sanciones y guerra económica no doblegan al pueblo venezolano y profundizan esos ataques para alterar nuestra cotidianidad. Sancionaron a las navieras y ahora el transporte de rubros como alimentos, medicinas, gasolina, gas y gasoil son afectados por cuanto requieren mayor tiempo y recursos para su despacho. Cortes y saboteos a los servicios eléctricos y telefónicos son complementos y una constante para evitar incrementar producción local y transacciones bancarias, en fin, golpes quirúrgicos a la paz social del pueblo.
Entonces, es la cotización del dólar la punta de lanza de la estrategia de ataque financiero y guerra económica?
Sí, lo es; desde una fachada y entramado financiero de economía subterránea, que logra desviar la atención sobre cómo lo hacen y cómo logran deteriorar la economía venezolana donde a su vez desde lo mediático hacen que un grueso de la población sólo se fijen en un portal y no en el origen de su estrategia.
Monetariamente los enemigos de Venezuela han logrado progresivamente desplazar al Bolívar soberano y las monedas de uso alternativo prácticamente son el dólar y el peso colombiano. Esto conlleva a que el Bolívar soberano siempre tenga menos valor.
Con esta nueva escalada de ataque financiero y guerra económica, a los enemigos de Venezuela les ha tocado combinar dos formas de inducir negativamente el valor del Bolívar; por un lado seguir bajando la tasa de cambio en frontera para la relación bolívar peso de 0,40 a 0,18 y por el otro lado, devaluar su propio moneda (peso) de 3100 a 3457 pesos por dólar. Estas dos acciones en un periodo de tres meses para que al calcular el dólar terrorista paralelo, su indicador pueda ir creciendo logrando profundizar las desigualdades sociales a partir de una estrategia muy bien diseñadas en frontera recrudeciendo y profundizándose los últimos 20 días. Veamos:
Inicio de junio 3100 pesos por dólar / tasa de cambio 0.40 = 7750 bolívares por dólar
Inicio de julio 3200 pesos po dólar / tasa de cambio 0.35 = 9142 bolívares por dólar
Inicio de agosto 3300 pesos por dólar / tasa de cambio 0.25 = 13200 bolívares por dólar
Cerrando agosto 3457 pesos por dólar / tasa de cambio 0.18 (y bajando) = 19205 bolívares por dólar
Si proyectamos lo que viene; son por encima de los 20000 bolívares el valor del dólar terrorista, donde cada vez que bajan inducidamente la tasa de cambio del peso en frontera y crece la devaluación del dólar en Colombia surge una sincronización para acelerar las “presiones alcistas”.
Como se puede ver, al manipular ambas tasas de cambio se logra fijar el valor del dólar terrorista paralelo creando distorsiones en nuestra economía y no por simples “presiones alcistas”. Son estrategias financieras de economía subterránea que son usadas para lograr un fin político generador de violencia, parando la construcción socialista de la Revolución Bolivariana y el uso del Petro como alternativa económica en un mundo muy cambiante multipolar.
Sanciones, Gorbachov internos, ataque financiero y guerra económica son misiles que impactan muy duro en la población. Los enemigos de Venezuela saben que tienen que acelerar los ataques para crear caos e ingobernabilidad con el propósito de unificar fuerzas para una invasión solapada bajo el guión de ayuda humanitaria y sus variantes mediáticas. Ellos los enemigos de Venezuela saben que le dólar, su moneda hegemónica pierde terreno ante la incursión de las criptodivisas, el yuan y el comercio binacional donde se deja de usar el dólar progresivamente como moneda de intercambio.
Como vemos, se sincronizan ataques en contra de la Revolución Bolivariana y su pueblo. Por ende es fundamental contraatacar en dos momentos: el primero, asumir que en la frontera colombo venezolana se da el origen de la guerra económica y ataque al valor del Bolívar soberano. En tal sentido, se debe revalorizar el Bolívar soberano a partir de medidas reciprocas; captando el peso colombiano con la venta de gasolina (estaciones internacionales) con un precio inicial de 2000 pesos por litro hasta llegar al precio internacional y con esos pesos tener nuestras casa de cambio para fijar un precio del Bolívar doblando siempre la tasa de Cúcuta frenando la caída inducida de nuestra moneda.
Segundo: iniciar el proceso de uso del Petro como moneda de intercambio y comercio nacional a partir del pago de sueldos y bonificaciones salariales para apalancar el valor del Bolívar soberano rumbo a la desdolarización de la economía venezolana.
Finalmente y a manera de conclusión en una guerra contra el pueblo, la mediática dice “presiones alcistas” pero siempre van a esconder cómo operan para dañar a un pueblo silenciando los efectos de las sanciones y cómo manipulan variables subterráneas desde la frontera colombo venezolana para lograr la efectividad que tienen actualmente.
Conocemos sus “presiones alcistas”, ahora construyamos las respuestas para proteger al pueblo siempre en lucha ante las pretensiones imperialistas de quitarnos el legado Bolivariano, el legado de nuestro Comandante eterno Hugo Chávez.
En las dificultades siempre habrá oportunidades, sin duda alguna seguiremos venciendo a los enemigos de Venezuela.
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