Obligado a seguir el evento por internet y a través de un importante canal de derecha (no tengo televisor), averigüé muchos detalles ocultos de lo ocurrido en la ONU el día miércoles. Visité docenas de sitios web y conseguí comentarios tétricos y enervantes sobre la visita del jefe de estado venezolano a la ONU. Encontré, por ejemplo, que jeques agoreros de los oligarcas de Colombia, Chile y México se estaban haciendo eco de declaraciones extrañas de la comentarista de RT, doña Eva Golinger, no aparecidas en ningún medio...
En pocas palabras, el mundo estaba alerta ante los movimientos del "dictador" Maduro. Llamaba la atención que para los efectos protocolares en la ONU, todos le mencionaban como el Presidente Venezuela. El foco de seguimiento a sus pasos era intenso y total sobre el dirigente bolivariano y chavista. Álvaro Uribe Vélez, Iván Duque, Andrés Pastrana y Juan Manuel Santos se enviaron mensajes a la 7 de la noche del día martes para prepararse ante eventualidades no precisadas por sus agentes informantes: "-Parece que viene una cosa bien buena; agentes federales con fiscales y jueces podrían actuar contra los sancionados. No podemos creer que el tal maburro sea tan burro para atreverse a desafiar el gobierno más poderoso del mundo… si volvió loco allá él, ja, ja ja, ja…", advertían. Don Sebastián Piñera en Chile suspendió una reunión con los empresarios, y claramente agitado pidió a uno de sus edecanes que llamara a Washington para conocer de las reacciones en caso de que Mauro se atreviera asistir a la ONU, y las implicaciones de carácter judicial para los sancionados... Peña Nieto no quiso asistir a una ceremonia religiosa de los ex seguidores de Marcial Maciel (muy adorados por él), en todo momento siguiendo los hechos por su celular y preguntando lo mismo sobre los sancionados.
Cada uno de los directores del Grupo de Lima esperaba lo suyo por parte del "Dictador". Iván Duque en su gran trono de jefe de orquesta diplomático, requirió de un vaso dilatador (whisky bien cargado), "su medicina preferida" a decir de su canciller Carlos Trujillo; luego de dos recios sorbos envió los siguientes mensajes a sus conmilitones: "-De seguro que el truhán me va a sacar el asunto de los 5.6 millones de colombianos que han emigrado a Venezuela…; De seguro que va a hablar de que Colombia es el mayor productor de coca del mundo; de seguro que volverá sobre el tema de las fosas comunes, de los desplazamientos, qué no irá a decirnos el maldito comunista y guerrillero de las FARC ese…".
(El presidente Maduro genialmente no tocaría ninguno de esos puntos. Se caerían de nalgas… Porque el tema no era atacar a nadie directamente sino al imperio gringo, el padre y tutor de lo que el Presidente de Venezuela llamó "países satélites"). Lo de países satélites fue mucho más mortal, "satélite tu madre…", mandó en un mensaje Iván Duque.
El día anterior, el martes, digo, había sido un día de horror en la ONU, casi todos los mandatarios latinoamericanos que subían al pódium trataban de contorsionarse de la manera más vil y sumisa para ganarse el aplauso de Trump. Nikki Haley los vigilaba muy de cerca, les abría los ojos con signos demoníacos y sonrisas histéricas. Se vio hacer piruetas a Macri, a Lenin Moreno, y como era de esperarse y sobre todo al recién estrenado paraco de la Casa Nariño, Iván Duque. A todas luces, para la Asamblea General de la ONU, el único país que tiene problemas en el planeta es Venezuela, y para los grandes negociantes del capitalismo, de la droga y de las guerras, era necesario despedazarla.
En los menesteres protocolares de encuentros y abrazos, Iván Duque se echó a las patas de Trump, y éste lo acarició un rato como a un buen muchacho que estaba haciendo muy bien su trabajo. Estuvieron muy amenos en una rueda prensa, y luego el presidente de Estados Unidos dijo que Duque lo había impresionado mucho, que era una de las más grandes maravillas y descubrimientos de la tierra y que no había visto algo más extraordinario después de haber conocido la vida y obra de George Washington. Al tiempo que decía todo esto reía pícaramente, y le soltó en español: "Tú ser no muy cauto, te metiste en el atentado, malo, malo, malo,… pero te quiero, te adoro, no te vas a creerte todo lo que diga, ¿verdad? Tú ser lindo, lindo, lindo". Girando en redondo agregó en inglés: "Pero dile a tus periódicos que publiquen mis halagos a tu persona, eso es lo importante… Agrega que me llama mucho la atención tu decidida voluntad de reducir la producción de droga a niveles superiores de lo que lo había hecho tu gran compañero y hermano de nuestra Casa Blanca, el premio nobel de la paz, Juan Manuel Santos. Tú, tiene que poner todo eso en la prensa de América Latina. Sobre Maduro no te asustes –risas- tú eres nuestro socio. No tienes nada que temer. Nosotros nos encargaremos. Ya tú verás…".
En la ONU, el día martes nadie esperaba que el Presidente Maduro viajaría a Nueva York; en la programación lo tenía prácticamente descartado. Un funcionario del Departamento de Estado, a la 6:30 de la tarde del día martes pasó una nota a los asesores del presidente Trump diciéndoles: "El señor Maduro no tiene nada decidido a esta hora, pero ya nos tiene habituado a verlo cambiar de planes a último minuto, nuestra opinión es que vendrá al evento…". A la media noche del martes, la Casa Blanca recibió informaciones de que el Presidente Maduro ya estaba decidido a asistir al edificio del secretariado el día martes y llevaría una nutrida delegación con algunos de los sancionados por Washington, como su esposa Cilia y los hermanos Delcy y Jorge, y que su intervención sería a las 5 de la tarde.
Cuando el Presidente Maduro iba en el avión, solicitó a su delegación en la ONU que cambiaran su intervención para las 7 de la noche ("prime time").
Los pormenores de su llegada, de su entrada a la asamblea, de su ubicación en el gran escenario de la ONU, estuvieron lleno de agite y de pánico por parte de los más enconados enemigos de Venezuela. Los celulares estuvieron a reventar por toda clase de mensajes que corrían a través del globo.
Luego vendrían sus palabras… Y alguien comentó y no se sabe si fue porque lo oyó del propio presidente Maduro: "-Ese es un caso único, un obrero, un chofer de autobús…".
Llamó mucho la atención que el Presidente Maduro recibiera aplausos cuando se dirigía al podio, algo del todo inusual. De hecho sería aplaudido tres veces más durante su intervención, cosa que no se vio con ningún otro mandatario. El Presidente Maduro subió al podio, sereno, llevando en su mente un portentoso mensaje al mundo. Tenía que resumir en pocos minutos la terrible realidad del asedio criminal a Venezuela.
Y poco a poco, en sus palabras, los iría ensartando uno a uno… a sus enemigos, a los jeques satélites de Estados Unidos. Lo vitorearon cuando se refirió a la doctrina Monroe y cuando criticó los criminales ataques de Estados Unidos a América Latina, cuando estuvo plagada de dictadores colocados y sostenidos por el imperio. Algunos diplomáticos golpearon sus mesas en señal de apoyo, al tiempo que el Presidente Maduro sostenía que Washington le estaba creando un expediente a Venezuela para invadirla; que estaba creando una campaña de desprestigio para justificar una intervención militar en Venezuela por parte de una coalición de países aliados, siguiendo la misma receta empleada en la intervención militar de Iraq. El delegado de Colombia se sentía profundamente aludido, y callaba como un bellaco en su silla, al tiempo que enviaba cataratas de mensajes desde su celular…
Los países enemigos de la revolución como Canadá, Estados Unidos, Colombia, Chile, Ecuador y Argentina escuchaban estólidos y cobardes y trataban de hacerse los locos recibiendo aquella lluvia de ácido sulfúrico. Pero como son tan cínicos…
Añadía el HIJO DE CHÁVEZ: Sobre Venezuela se ha tejido una feroz ofensiva mediática, apoyada por países satélites, que arrodillados mancillan los pueblos que dicen representar. Dicen que en este punto, don Sebastián Piñera sufrió un vahído, y luego comenzó a maldecir histéricamente a diestra y siniestra. Piñera exigió se le cortara la intervención a nuestro Presidente alegando que el tiempo reglamentario que recomienda las Naciones Unidas para cada alocución es de 15 minutos, pero que la alocución del Presidente Maduro se estaba extendiendo más allá de los 45 minutos.
El Presidente Maduro agregó que todos los ataques contra Venezuela son ejecutados porque nos hemos atrevido a elevar un proyecto de soberanía y de revolución democrática, un nuevo modelo de sociedad… basada en la identidad de nuestros países. Que el único propósito de EE UU hacia nosotros, es apropiarse de nuestras enormes riquezas petroleras y minerales...
En la segunda parte de esta crónica, me referiré a otros hechos insólitos a lo interior de la Casa Blanca, en momento en que estaba aterrizando el avión que llevaba al Presidente Maduro a Nueva York.
Estoy, pues a la espera de una información importante para armar este segundo trabajo que pondrá de cabeza a mucha gente.
jsantroz@gmail.com @jsantrozDirector de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.
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