Asalia Venegas.- Almagro, como secretario general de la OEA, en vista de que sus tentativas en contra de Venezuela han fracasado estrepitosamente, debería fijar su objetivo en otro ámbito y olvidarse de nuestro país. Pero eso es pedir demasiado. El es igual a Aznar, el del PP español, los descocados del grupo de Lima y unos cuantos perritos falderos más, como los denominó el peruano Kucynznkisky, quien por cierto, salió por la puerta trasera como gobernante en su país.
Almagro, obviamente, no habla por él. Era y es un muñeco de ventrílocuo de los Estados Unidos. La verdad da asco hacer el recuento de lo que Almagro ha dicho sobre Venezuela, inclusive sobrepasó lo que establece el reglamento de dicha institución. Almagro irrespetó el derecho internacional y a la comunidad latinoamericana representada en la OEA.
La verdad, esto no mortifica a Almagro, pues en sus oídos solo suena placenteramente el aplauso de Trump y de la derecha continental. Lo cierto es que este personaje ha defraudado no solo a Uruguay, sino a todos aquellos países que le dieron su apoyo para llegar a la Secretaria, entre ellos Venezuela a la que tanto ataca.
Ya a Almagro le queda poco tiempo en ese cargo; veremos hacia dónde lo lleva la ola de la traición, pudiera ser a Colombia. Mas, siempre cargará como un pesado fardo su gestión en la OEA. En Venezuela, esta semana la ANC aprobó por unanimidad un acuerdo condenando la injerencia, una posible intervención en Venezuela – uno de los máximos exponentes de esto, por cierto, es Almagro.
El presidente de Bolivia, Evo Morales y Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, igualmente han pedido la renuncia de Almagro al cargo que ocupa en la OEA. Los países del Caribe, mantuvieron en alto su compromiso con Venezuela. La representante de Estados Unidos intentó doblegarlos y chantajearlos; bajo distintas amenazas. Esto no ha sido posible. Estos países no han claudicado. Siguen apoyando a Venezuela.
Asalia Venegas
Profesora de la UCV
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