Para entender la flojita y aguadita “Fórmula Arria”, es preciso conocer el personaje que se encuentra detrás de ella…
Se trata de Diego Arria, adeco y conocido como uno de “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis de la Cuarta República”, junto con Carmelo Lauría, Gumersindo Rodríguez y el mismo Carlos AndrésPérez (CAP).
Todavía hay muchos adecos arrepentidos de esa “escuela” (donde estudió Ramos Allup) que recuerdan a Arria como el asesor personal del maquillaje de CAP en la campaña de 1973. Por cierto éste “maquillaje” todavía se lo auto aplica Arria como fórmula mágica.
La “Formula de Diego Arria”, tiene sus inicios en el año 1975, cuando sorpresivamente Arria viajó a la ciudad de Londres, Inglaterra, para cerrar la compra de una flota de 400 autobuses por un monto de 26 millones 400 mil dólares. Luego de esa negociación las agencias internacionales reflejaron que el contrato suscrito por la “Fórmula Di – Arrea” había resuelto las dificultades económicas de la empresa British Leyland, impidiendo que se fuera a la quiebra. El gran detalle de esta operación secreta, que sólo la conocía Arria y la empresa en Londres, fue que no se convocó a ninguna licitación internacional. Todavía se recuerda su responsabilidad en la muerte de un niño que se cayó por un hueco en el piso de cartón piedra de unos de esos autobuses adquiridos mediante la “Fórmula Di – Arrea”.
Por otra parte, Arria siendo presidente de la Comisión Nacional de Hoteles y Turismo (Conahotu) y Ministro de Turismo, intentó convertir a Venezuela, en la mayor “casa de citas” del Caribe, para recibir a sus amados gringos. Además, cuando fue Presidente del Centro Simón Bolívar, fue investigado por innumerables contratos con sobreprecios, así como numerosas obras de las que nunca se consiguieron ni si quiera los ladrillos. Dentro de las investigaciones que jamás se difundieron sobre estos casos de la “Fórmula Di – Arrea”, por su aparataje propagandístico, se comenta que varios cheques del Centro Simón Bolívar fueron a parar a la empresa de mercadeo “Gaither International” y al partido Acción Democrática.
También es conocido que Diego Arria, con sus ahorritos se hizo de un “diarrio” de Caracas y para saciar sus vanidosas ambiciones personales, se lanzó como candidato a la Presidencia de la República (escupiendo hacia arriba) en el año 1978, creyendo que su mentor CAP, lo iba a apoyar en esa aventura política y de paso, nuevamente esperando el apoyo de Ramos Allup, se lanzó a las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en el año 2012 donde le cobraron muchas de las deudas políticas pendientes.
Entre otras de las variantes de la “Fórmula Di –Arrea“, se conoce de un invento característico de la doctrina “dispare primero y averigüe después” asomada como una “idea novedosa” durante su periplo como embajador de Venezuela en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en su triste rol de presidente del Consejo de Seguridad en el año de 1992. Luego de experimentar esta “Fórmula” se invadió y se bombardeo a Yugoslavia, con un saldo de más de 2 mil muertos (88 niños), 300 escuelas destrozadas, 20 hospitales destruidos, entre otros daños colaterales. Además de la detención del presidente serbio Slodovan Milosévic, siendo posteriormente Arria uno de los testigos acusadores, contra Milosévic.
El 30 de noviembre de 2017, el engaño y la falsedad de Arria, salieron a relucir, cuando el Tribunal de Crímenes de Guerra de la ONU en La Haya, concluyó que Milosévic no era responsable de los crímenes de guerra cometidos en Bosnia y Herzegovina, aún Arria, no ha reconocido tamaña mentira.
Hoy en día, nuevamente la derecha opositora criminal se siguen auto-engañando con viejos experimentos y fórmulas inútiles.
Pobres esos financistas.
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