Asalia Venegas.- La derecha es la derecha. Cuando logra asirse del poder, utiliza todos los mecanismos, legales o no, para evitar o impedir que sus contendores retornen al poder. En este caso, más aún cuando se trata de contendores de la talla de Luis Inacio Lula da Silva, representante del PT. Lula, presidente de Brasil durante dos períodos, cuya obra y legado le reconocen propios y extraños y cuyo trabajo de asistencia social, en beneficio del pueblo brasileño es recordado con frecuencia.
En el contexto de Suramérica, Brasil es uno de los países más grandes, con un vastísimo territorio, en su mayoría despoblado; pulmón del mundo donde está la Amazonía y con riquezas importantes. En la política de ese país, la impronta militar estuvo presente con las dictaduras que en el siglo pasado –concretamente durante los años 60- precedieron la actual coyuntura política que se ha caracterizado por el debate, la confrontación de las ideas y la presencia de los partidos políticos.
Esto, con la excepción que el parlamento brasileño le aplicó a la presidenta Dilma Rousseff, para apartarla poder. Buscaron y construyeron el subterfugio del “impeachment” que la inhabilitó. En esa confrontación asume, con el aval del congreso, la figura de Temer, quien es presidente de facto.
La presidenta Rousseff, representante también del PT, había continuado las políticas públicas de Lula en beneficio de las grandes mayorías; en los planos de la educación, vivienda y salud, entre otros. Para el pensamiento neoliberal y fondomonetarista esto no es conveniente: el mercado está regulado por el estado y el gran capital está signado por las políticas que él implemente en materia financiera.
Hoy, el gobierno de Temer suspendió durante veinte años el plan de asistencia social implementado tanto por Lula, como por Dilma Rousseff. Lula es el candidato más popular y el que tendría más posibilidades de ganar en las elecciones pautadas para octubre. Todo el poder se ha concentrado contra Lula para evitar que retorne al poder. El pueblo lo está acompañando en su lucha. Su defensa -de manera presta- ha combatido con los mecanismos que pauta la constitución. El TS de Brasil acaba de dictaminar que Lula no podrá ser candidato. Lo invalidó. Esperemos la respuesta del bravío pueblo brasileño.
Asalia Venegas
Profesora UCV
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