Carola Chávez.
Es lógico que los que han sembrado, una y otra vez, nuestras calles de violencia, los que cuentan muertos como victorias políticas que los acercan a Miraflores, los necrófilos, los que mandan muchachos a matar y a morir con morteros, no importa, lo que importa es la sangre para culpar a Chávez, ahora a Maduro. Los de las guayas degolladoras, los que se burlan de sus víctimas despojándolas de toda humanidad, calificándolas como “mentiras del régimen”, o como “el muerto aquel”. Los que dejaron su autonomía política, su dignidad en la puerta de la embajada gringa. Los que el entonces embajador William Brownfield describía en sus memos como ineptos, arrastrados y lambucios, ”give me money, give me money”. Los que, de rodillas, han recorrido el mundo suplicando que no acepten a Venezuela en Mercosur, que si la aceptaron que la boten, que bien hecho que la suspendieron, que le pongan sanciones, bloqueos, que la asfixien, que nadie invierta, que nadie viaje para ese país horrendo que qué pena ajena me da…
Es lógico que los que nunca reconocieron al gobierno tantas veces electo por el pueblo, los que vendieron fraudes cuyas pruebas llegarían mañana y mañana se convirtió en años que iban acumulando denuncias de fraudes, cuyas pruebas también llegarían mañana, ”descargue ahí esa arrechera” que nos robaron la elección porque “la Testigo Betsy no se presentó”…
Es lógico los que los que celebraron las amenazas de Uribe, los que suplicaron que las cumpliera, los que, simulando pases informativos, revelaron las coordenadas de nuestras tropas movilizadas a la frontera para contener la locura uribista, en caso de que ésta se desbordara… Los que suplicaron a Bush que nos hiciera lo que a Iraq, solo por querer ver a Chávez colgado, los que aplaudieron al Rey borracho, los que reniegan con asco de Bolivar, los que voltean la bandera, los que la pisan, los que le montan el culo encima para no ensuciarse el pantalón cuando se sientan en medio de la autopista en sus fracasados trancazos, los que, como Ismael García, se limpian los mocos con ella…
Es lógico que los que alimentan su esperanza con las ominosas declaraciones del Jefe del Comando Sur, los que sacan a sus hijos a la “seguridad”de Miami o Bogotá y se masturban pensando en enormes Marines con músculos de esteroides y valentía de Captagón, marchando sobre Caracas, violando a sus mujeres y niñas que, según creen, los esperarían dispuestas y perfumadas, como dijo un tal Sosa Aspurua, con sus dos apellidotes, tuiteando desde un closet en Miami. Y del pozo séptico en el que convirtieron las redes sociales, flotan cual cagarrutas unas aspirantes al green card que creen que se la van a ganar aplaudiendo tan aberrante ocurrencia, y ofreciendo, decente y pensantemente, sus totonas con depilado brasilero, al invasor que no llega, “o sea, Mari-K, qué fastidio”
Es lógico que los que acostumbrados a ignorar, ignoren también a quienes votaron por ellos, entregándoles su primera victoria en todos estos años, a cambio de la mentirosa promesa de ”la última cola”. Y la abuelita pendeja que puso su cara a esa cuña, convertida en un chiste en las redes sociales, y las redes sociales convertidas, para la dirigencia de la MUD, en la voz del pueblo opositor. La locura, las más violentas voces que brotan del anonimato de las redes, las que piden sangre desde quién sabe dónde. Las que ofrecen meter su pecho, mientras no saben ni meter la barriga para no ser el gordo con acné sumergido en un sofá, que se la tira de arrecho por las redes, pero le tiene pavor al chihuahua del vecino.
Y, así como antes actuaban para las cámaras de Globovisión, hoy se desmadran por las redes en un concurso destemplado donde el más despreciable es el ganador. Entonces Ramos Allup, fugaz presidenciable, sacó, con burlas e insultos, los cuadros de Chávez del Palacio Legislativo, como revancha por no haber podido sacarlo de Miraflores, y Borges en lista de espera, tuitea babosadas que nadie lee, porque a Borges no lo quiere ni el gato… Y todos clávandose el cuchillito de la ambición, “porque ya Maduro está listo”, mientras pasan los años y Capriles se destiñe en Periscope, y Freddy Guevara -¿se acuerdan- el nazi de metro y medio con cuerpo de teletubbie con complejo de Rambo, que quería ser Leopoldo, mientras Leopoldo no quería ser él mismo porque ya no servía sino para que otros gozaran los enormes beneficios que exprimían de su encarcelamiento. Jugoso presidio que daba hasta para que un inútil como Guevara acariciara la idea de lanzarse para presidente… Y ya nadie sabe quién preside aquella esperanza escuálida que se instaló en la AN.
Es lógico que quienes no escuchan ni a los suyos, por atender a la voz del amo, el dueño del circo sangriento en el que son perritos bailarines, con ridículas poses y vestiditos, para que parezcan menos perros; decía, es lógico no puedan firmar un acuerdo de paz, por el bien de Venezuela, el país que resienten, que desprecian, que solo les sirve si lo pueden exprimir hasta la sangrita, hasta el crujido seco.
Es lógico. ¡Qué van a poder firmar! ¿Cómo? Si firmando rechazan todo por lo que tanto se han arrodillado; firmando rechazan todo lo que han sido.
La verdad es que la dirigencia opositora llegó al bordecito del barranco y se sentó al diálogo, como para agarrarse de una ramita. El problema es si se acercan a un acuerdo para firmar la paz, su amo, el de los dólares dilapidados, les oscurecerá el entendimiento con la sombra de las sanciones, “que pueden caerle a cualquiera, Julio, Henry, Manuelito, y ustedes sí tienen un realero en Miami, y se lo podemos quitar de verdad, verdad”…
Y allí, al bordecito de su barranco quieren llevarnos a todos, y arrastrarnos al abismo de la violencia que complazca al amo y que les permita salvar, aunque sea, su casa al lado de Disney World. Allí, al borde del barranco se secarán, porque sus votos se fueron “y nadie se los va a devolver”.
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