Carolina Villegas
Pareciera que el barco hace aguas en DolarToday; pareciera que el Petro hincó sus dientes a profundidad en la carne dura de la página criminal; da la impresión que va en picada, a veces sin prisa y otras con más apuro. Hace algunas semanas las conversaciones de todos destacaban que DolarToday tenía por costumbre detenerse un rato o bajar un poco algunos escalones, para luego subir nuevamente en su acostumbrada lógica inversamente proporcional a nuestro bolsilllo; alegría del tísico al cual nadie se quiere parecer, sobre todo para no poner en riesgo el honroso estatus de natural viveza criolla que nos impide parecer pendejos y nos obliga por nobleza de origen a rechazar la creencia de que Dolartoday, página de origen de fuertes migrañas en nuestro imposible presupuesto, se desploma por cualquier motivo, dejándonos en paz y con nuestras cavilaciones.
El logro más notable de DolarToday durante estos años ha sido el engrandecimiento de las agallas de los comerciantes, revendedores y bachaqueros en general; lo que ha producido una impredecibilidad del comercio, que ha superado a su mentor DólarToday. Superado al maestro, los comerciantes y transportistas no necesitan de dólartoday para seguir aumentando sus precios. El car’e’tablismo o "caretablishmen" sabe que la gente no quiere morir de hambre y pagará lo que tiene para adquirir cualquier cosa.
A la República Independiente del Comercio Salvaje, ya deslastrado de DólarToday (logrado por éste la destrucción del mercado interno), se suman las Remesas Familiares que mucha gente recibe desde el exterior, con origen en muy modestos salarios; remesas de 10 ó 15 dólares, pero que se han convertido en la salvación de muchos que pueden seguir comprando a los pervertidos comerciantes que cada día venden más caro. Pareciera que esos rincones del centro de Caracas, antes llenos de ropa y ahora con estanterías de café, pasta y azúcar a precios exorbitantes, aúpan la migración de jóvenes y de profesionales que han visto pulverizarse sus salarios, y que no tienen otra entrada que la expresada en la nómina; ésos, que no pueden poner precio a sus honorarios. "Hay que irse", parece ser la consigna; para que puedan crear el círculo de la nueva economía de remesas que permite sostener la vida de los que quedan.
Y he aquí dónde Dólar Today vuelve a ocupar un espacio activo de destrucción: ¿para qué subir el precio del Dólar, si eso sólo salva a una parte de la población? Si el interés sigue siendo pulverizar la posibilidad de compra, ¿para qué hacer que el dólar suba y permita recibir más por el mismo dólar, y así mantener el poder de compra?
Sin tetas no hay paraíso; y sin dólar alto, no hay remesa que sirva frente a un comercio que se mueve hacia el infinito superior, sin remordimientos y sin posibilidad de emplear la solidaridad, que parece escondida si no está ya muerta.
Cada persona que recibe esas remesas lo hace por un precio superior al marcado por la fulana página, pues, ¿no es acaso un negocio lo del cambio, al fin y al cabo? Si hoy dice la maldita página que el dólar está en 200, resulta que el cambio es por menos. Siendo así, basta que Dólar Today disminuya su precio, para que el cambio sea inferior, y la capacidad de compra disminuya porque, aún así, el agallúo comerciante o transportista no bajará, sino que aumentará el precio de todo cuanto tenga en sus estanterías. Resultado de cruzar las dos variables (mercado libre y salvaje, más las remesas en picada): empeoramiento de quienes tienen capacidad de compra.
¿Puede el Petro con esto? Claro que sí, pero no ahora. No está al alcance de la población todavía; pero puede lograr la adquisición de los productos que recibiríamos en forma directa, vigilada, que no vaya al comprador que nos cobra cuanto quiere; sino directo al pueblo.
¡Chávez Vive! ¡Venceremos!
Investigadora. Especialista en educación universitaria
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