lunes, 10 de octubre de 2016

Esencia derechista

Cuando se dice que la derecha es injusta por naturaleza se hace desde un performance propagandístico que tiene asidero en cientos de años de historia. En el caso de la derecha venezolana no se trata de un guión de medios de comunicación surgido de las catacumbas de una agencia de publicidad, como quedó en evidencia hace unos años con el perfomance de parte de la juventud opositora en la Asamblea Nacional. Ojala fuera así.
La realidad real, esa que no necesita conceptos generadores ideados por los “robertomalaver” de la derecha maltrecha, está llena de historias que surgen de la vida misma. Veamos. ¿Cómo se le ocurre al diputado del jardín sin flores, siquiera pensar que ellos pueden ser muy malos torturando? Cuando nos lo contaron, la perplejidad fue más que una mueca de asombro. Tuvimos esperanzas de que no se podía ser tan torpe y sincero a la vez, pero sí, sí se puede. El diputado del jardín sin flores lo certifica. No conforme con eso, que ya era suficiente, invocó con la misma intención de ilustrarnos sobre lo que son capaces de hacer, el asesinato de Jorge Rodríguez padre, lo cual le da a la perversa y sorprendente declaración un barniz grotesco y descarado.
Esa misma derecha insulta a las rectoras y al rector del CNE, a troche y moche. Pronostica ríos de sangre en las calles y nadie les reclama su afán por visualizar una imagen, el último maldito cuadro de un suceso violento que les haga excitarse de emoción. Esa misma derecha se alegra porque el No a la paz gana en Colombia. Esa misma dirigencia se frustra porque el 1° de septiembre no pasó de ser un guión dictado desde el Norte donde hay superproducciones inspiradas en la globalización de la muerte.
Esa misma derecha dijo rapidito que no le interesan las nuevas versiones de Bolívar y mucho menos que el espíritu de Chávez se les atraviese y los haga temblar de espanto detrás de cualquier columna de la afrancesada arquitectura del edificio de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
Esa misma derecha no celebra los triunfos de Venezuela en materia deportiva y se retrata sin pudor con delincuentes de la talla y perfil de Álvaro Uribe Vélez. Esa misma derecha es incapaz de sentirse abrumada por los asesinatos políticos de dirigentes chavistas y se alía con la delincuencia paramilitar, con la delincuencia común y con terroristas.
Esa misma derecha ha aprobado leyes en la AN que buscan desmontar el Estado de justicia que se inició con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada en elecciones libres en 1999. Esa misma derecha sigue pidiendo transición democrática en sus discursos (se sienten muy cerca del poder) como si Chávez y Maduro hubiesen llegado a ser presidentes por obra y gracia de sus voluntades y no de los millones que los elegimos.
La derecha venezolana miente aviesamente. Buscan el caos, el desorden, la destrucción de las instituciones del Estado. Buscan acabar con la democracia. Es un performance que ya tiene 17 años buscando aplausos. Es el performance de la injusticia. Sigamos.
mechacin@gmail.com
@mercedeschacin

Autor: 

Mercedes Chacín

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