Maryclen Stelling
A medida que avanza y se agrava la confrontación entre Gobierno y
oposición, el sistema de amenazas entre uno u otro grupo ha ido dando
paso a formas cada vez más violentas…
Se
implanta entre las dos fuerzas políticas una estrategia discursiva de
legitimación-deslegitimación que, en ocasiones, distrae y traspapela la
real confrontación.
A raíz del 6-D, la MUD
“como fuerza que hoy representa a una amplia mayoría electoral”,
emprende una campaña de cuestionamiento a la legitimidad del poder
político. Estrategia que desafía la estabilidad del orden vigente,
legitima y promueve acciones de desobediencia civil. Claramente reta la
estabilidad del orden político y obliga al uso de medidas coercitivas.
El
Gobierno enfrenta desde diferentes ámbitos las amenazas
desestabilizadoras. Apela a la obediencia del orden legítimo, fortalece
la cohesión interna de “las fuerzas revolucionarias” y mide fuerzas en
el escenario simbólico-discursivo deslegitimador del adversario.
Convertido
el revocatorio en prioridad y punto de honor para oposición y Gobierno,
ambos grupos se abocan a deslegitimar política y moralmente al
adversario.
Desde la MUD se profundiza la
arremetida contra la legitimidad del gobierno y la figura del presidente
Maduro. “El Gobierno solo busca salvarse a sí mismo y no al país” y “a
Maduro no lo salva ni un milagro”. “El Gobierno juega con fuego al
frenar el revocatorio”, “la presión social va subir no porque lo busque
la MUD” y “el pueblo no abandonará la calle hasta que se logre el
revocatorio”.
El Gobierno legitima su posición
frente a sus adversarios nacionales y la comunidad internacional.
“Maduro no va a salir, aquí no habrá referendo”; “ellos saben… porque,
primero lo hicieron tarde, segundo lo hicieron mal y tercero cometieron
fraude”. “La oposición quiere ganar tiempo para generar un caos en el
país que justifique un golpe de Estado con apoyo internacional”, y
“tendrán que matarnos a todos antes de darnos un golpe parlamentario”.
Paralelamente,
ambos sectores coinciden en llamar al diálogo, suerte de deber ser, que
sin embargo no logra ocultar las agendas políticas y los verdaderos
intereses en juego. Se trata de un discurso de paz negativa, discurso
guerrero que pretende legitimar las acciones de cada grupo en procura de
su visión de paz, que expresa sus verdaderos intereses políticos o de
otro orden.
maryclens@yahoo.com
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