Alice Socorro Peña Maldonado.
Vale a estas alturas del juego de la guerra económica que viene
diezmando el poder adquisitivo y peor aún, la esperanza del pan nuestro
de cada día, llamar al bravo pueblo de Bolívar para preguntarnos y
actuar en consecuencia ¿Cómo administrar los talentos que tenemos y nos
constituyen para hacer de esta tierra de gracia, el país que
necesitamos, anhelamos y queremos y así, no permitirles a los ambiciosos
de dentro y fuera de la nación, asaltar el erario público (robo y fuga
de los dólares petroleros) y los recursos bioenergéticos (Proyecto Arco
Minero) para dejarnos sin nada?
Urge que como venezolanos actuemos en conformidad con los retos y desafíos que se nos plantea el presente. Debo advertir que cuando digo “venezolanos” no excluyo a nadie pero si quiero alertar las pretensiones de algunos que estando en el territorio y nación de Bolívar no les importa el bien colectivo ni la paz de nuestro pueblo, sólo esperan el beneficio máximo siendo incapaces de producir para alguien. Buscan el usufructo de los esfuerzos de otros o con la explotación indebida de los bienes que nos provee nuestra Madre Tierra para sacarlos en dólares y devolverlos con mercancía fútil e innecesaria, tal como aquellos que representan los intereses de empresas trasnacionales de capital financiero.
Para los que somos venezolanos de nacimiento y plenos de corazón quiero convocarlos a sentipensar para actuar el ¿Cómo podemos acordar los venezolanos y focalizar todo nuestro esfuerzo individual y colectivo para forjar la Patria/Matria en eso que queremos, soñamos y deseamos para garantizarnos todo aquello que necesitamos y nos interesa construir y producir en bienes y servicios para todos? Y que no haya una región del país que quede fuera en esta voluntad de poder. El ser humano vive de la palabra que construye y produce y se desintegra cuando aplica descalificaciones y desconfianza y es incapaz de reconocer los talentos de los otros y valorar las capacidades y potenciales de sus ciudadanos y pueblos.
Convocarnos a sentipensar para actuar el ¿Cómo tenemos que hacer para asumir los errores y vicios del pasado y superarlos con la conciencia de sabernos capaces de responsabilizarnos de nuestras acciones individuales y colectivas? El ser humano se hace con el otro, afectamos para bien o para mal con nuestro proceder la vida familiar, cotidiana, laboral, institucional y organizacional. Apostemos por hacer las cosas en bien para todos y con sentido de la grandeza humana.
Invitarnos a sentipensar para actuar ¿Cómo queremos que nuestra educación y comunicación como espacios para el desarrollo de lo humano sean para cultivar el amor y el respeto como esencia de la vida, la soberanía de los pueblos, la armonía con la Madre Tierra, la coherencia en el actuar, el discernimiento de lo necesario, la cooperación y corresponsabilidad de todos? El ser humano se hace en la historia y cuando aprende a decidir desde los valores más profundos como la bondad, la verdad y la belleza humana hasta convertirlos en acciones y prácticas reales, imaginarias y simbólicas crea las condiciones para una vida en paz y armonía que resulta hoy más que nunca una urgencia pues se trata de “nosotros”. No es desde fuera donde debemos esperar la ayuda, si “nosotros” no actuamos desde la memoria, conciencia y actuación histórica que nos impulsa desde nuestra venezolanidad constituida y constituyente.
Finalmente es urgente mirarnos de nuevo para responder juntos ¿Qué formas de producción individual y colectiva tenemos que construir a corto, mediano y largo plazo para garantizarnos nuestra propia soberanía y autodeterminación como pueblo frente a una clase burguesa interna que ya no produce bienes útiles sino que se ha aliado con la clase financiera internacional para intentar apoderarse de nuevo del Estado y convertirse en gobierno y desde allí enriquecerse a través de la privatización de los bienes comunes?
Preguntas van y preguntas vienen, el pueblo tiene la última palabra hecha acción que necesariamente debe ser original y liberadora de su potencial creador y transformador como poder constituido/constituyente.
Urge que como venezolanos actuemos en conformidad con los retos y desafíos que se nos plantea el presente. Debo advertir que cuando digo “venezolanos” no excluyo a nadie pero si quiero alertar las pretensiones de algunos que estando en el territorio y nación de Bolívar no les importa el bien colectivo ni la paz de nuestro pueblo, sólo esperan el beneficio máximo siendo incapaces de producir para alguien. Buscan el usufructo de los esfuerzos de otros o con la explotación indebida de los bienes que nos provee nuestra Madre Tierra para sacarlos en dólares y devolverlos con mercancía fútil e innecesaria, tal como aquellos que representan los intereses de empresas trasnacionales de capital financiero.
Para los que somos venezolanos de nacimiento y plenos de corazón quiero convocarlos a sentipensar para actuar el ¿Cómo podemos acordar los venezolanos y focalizar todo nuestro esfuerzo individual y colectivo para forjar la Patria/Matria en eso que queremos, soñamos y deseamos para garantizarnos todo aquello que necesitamos y nos interesa construir y producir en bienes y servicios para todos? Y que no haya una región del país que quede fuera en esta voluntad de poder. El ser humano vive de la palabra que construye y produce y se desintegra cuando aplica descalificaciones y desconfianza y es incapaz de reconocer los talentos de los otros y valorar las capacidades y potenciales de sus ciudadanos y pueblos.
Convocarnos a sentipensar para actuar el ¿Cómo tenemos que hacer para asumir los errores y vicios del pasado y superarlos con la conciencia de sabernos capaces de responsabilizarnos de nuestras acciones individuales y colectivas? El ser humano se hace con el otro, afectamos para bien o para mal con nuestro proceder la vida familiar, cotidiana, laboral, institucional y organizacional. Apostemos por hacer las cosas en bien para todos y con sentido de la grandeza humana.
Invitarnos a sentipensar para actuar ¿Cómo queremos que nuestra educación y comunicación como espacios para el desarrollo de lo humano sean para cultivar el amor y el respeto como esencia de la vida, la soberanía de los pueblos, la armonía con la Madre Tierra, la coherencia en el actuar, el discernimiento de lo necesario, la cooperación y corresponsabilidad de todos? El ser humano se hace en la historia y cuando aprende a decidir desde los valores más profundos como la bondad, la verdad y la belleza humana hasta convertirlos en acciones y prácticas reales, imaginarias y simbólicas crea las condiciones para una vida en paz y armonía que resulta hoy más que nunca una urgencia pues se trata de “nosotros”. No es desde fuera donde debemos esperar la ayuda, si “nosotros” no actuamos desde la memoria, conciencia y actuación histórica que nos impulsa desde nuestra venezolanidad constituida y constituyente.
Finalmente es urgente mirarnos de nuevo para responder juntos ¿Qué formas de producción individual y colectiva tenemos que construir a corto, mediano y largo plazo para garantizarnos nuestra propia soberanía y autodeterminación como pueblo frente a una clase burguesa interna que ya no produce bienes útiles sino que se ha aliado con la clase financiera internacional para intentar apoderarse de nuevo del Estado y convertirse en gobierno y desde allí enriquecerse a través de la privatización de los bienes comunes?
Preguntas van y preguntas vienen, el pueblo tiene la última palabra hecha acción que necesariamente debe ser original y liberadora de su potencial creador y transformador como poder constituido/constituyente.
Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Lic. en Comunicación Social
Magister en Comunicación Organizacional. Dra. en Ciencias para el Desarrollo Estratégico.
alicesocorro2000@yahoo.es
alicesocorro2000@yahoo.es
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