viernes, 27 de mayo de 2016

Las experiencias de la Comuna de París que debe tomar la Revolución Bolivariana.

*JUAN MARTORANO.
Particularmente, quien esto escribe, siguiendo la senda y las pisadas del coloso Hugo Chávez, me considero un lector voraz. Leo de todo, y esto me permite, dentro de las posibilidades, manejar contextos, tener ideas, afinar la visión estratégica, y en el caso de la poesía, desarrollar una sensibilidad especial sobre los acontecimientos  de mi entorno y de lo que le ocurre a mis semejantes.
Es en ese sentido, días especiales para mí, que me tope y adquirí en alguna de las últimas movilizaciones realizadas por la Revolución Bolivariana, con el Tribuna Popular, órgano del Comité Central del histórico y glorioso Partido Comunista de Venezuela. En este caso, me referiré a la edición N° 2.981, de las fechas comprendidas del 12 de mayo al 01 de junio de este año 2016.
Allí me tope con un trabajo especial muy bueno, desde mi óptica, del camarada Mariano Vivancos, refiriéndose a la experiencia de la comuna de París. Y tan bueno es, que me voy a permitir realizar algunos comentarios y reflexiones al respecto.
Nos recordaba el autor de este artículo, que la comuna de París de 1871, fue el primero de los movimientos populares insurreccionales de gran trascendencia más grandes e inspiradores de la clase obrera, y esto es total y absolutamente cierto.
Y fue un gran movimiento revolucionario en el que los trabajadores y las trabajadoras reemplazaron al Estado capitalista por sus propios órganos de gobierno, manteniendo el poder político desde el 18 de marzo y hasta el 28 de mayo de ese año 1871, con un proyecto político que asemejo al comunismo.
Creo importante traer esta experiencia en estos momentos, porque estamos en fechas conmemorativas de esa gesta, y es un elemento indispensable para las revolucionarias y los revolucionarios de hoy en día: La formación político- ideológica.
Pero, continuando con lo que Vivancos nos expresa acerca de la experiencia de la Comuna de París, nos recuerda que la lucha que tuvieron que librar los trabajadores por ese tiempo se dio en circunstancias verdaderamente difíciles, todo en búsqueda de poner fin a la explotación y la opresión, y buscando reordenar y reorganizar la sociedad sobre bases completamente nuevas.
Algo parecido se planteo en su momento el comandante Hugo Chávez en 1999, haciendo la salvedad que en esos momentos Chávez no se planteaba el socialismo como opción. Incluso, llegó a confesar que por un instante, se consideraba partidario de la “Tercera Vía” de Tony Blair.
Francia estuvo en guerra con Prusia, y fue derrotada por este último país en enero de 1871. Los vencedores de esta guerra exigieron la rendición de las fortificaciones, el desarme de los soldados que aseguraban la defensa de la capital francesa, entrar militarmente en la ciudad y el pago de un rescate de 200 millones de francos.
Pero el pueblo de París no aceptaba rendirse, el gobierno provisional se trasladó a Versalles para desde ahí intentar doblegar a la población rebelde.
Más de 200 mil parisinos eran miembros de la denominada Guardia Nacional, que fue una milicia ciudadana formada por obreros. Los batallones elegían a sus propios oficiales. Habían resistido el ataque de las tropas prusianas durante más de cuatro meses, por lo que la población consideraba humillante tanto la rendición como la ocupación. Incluso las mujeres de la clase trabajadora formaron su propio batallón.
Esta experiencia de la Comuna de París, la clase obrera, gobernó durante 72 días promulgando una serie de decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por sus dueños; la creación de guarderías para los hijos de las obreras; exclusión de la religión de las escuelas y que todas las propiedades de las iglesias pasarán a ser propiedad estatal; abolición de la guillotina; concesión de pensiones para las viudas; devolución gratuita de todas las herramientas de los trabajadores y trabajadoras a través de las casas de empeño; la postergación de las obligaciones de deudas y se abolieron los intereses de las mismas; se proporcionó material, ropa y comida gratuita a los escolares.
Cualquier parecido de alguna de estas medidas implementadas por los comuneros de París con respecto a algunas que hemos visto implementarse por parte del Gobierno Bolivariano, primero con Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro, no son mera coincidencia.
Y uno de los temas que plantea Vivanco que agrandó el éxito de la experiencia de la Comuna de París en ese entonces, fue la iniciativa mostrada por los trabajadores y las trabajadoras sencillos y sencillas, que asumieron las responsabilidades de los administradores y gerentes.
Se formaron diferentes Consejos de la Comuna, sus voceros y voceras eran elegidos y elegidas mediante sufragio universal, y en su inmensa mayoría eran obreros u obreras, y si estos no cumplían con el mandato dado por la comuna, podían ser removidos de sus cargos en cualquier momento, al igual que los jueces (elegidos por votación popular) y funcionarios y funcionarias. Además, ganaban lo mismo que un obrero, teniendo terminantemente prohibida la acumulación y aprovechamiento propio de sus cargos.
Jamás los comuneros llegaron a utilizar los depósitos del Banco de Francia. Los pequeños industriales fueron respetados aunque en un nuevo marco de relaciones laborales.
Pero acá es la parte que considero bien importante que señala Vivancos, y de la que deberíamos tomar nota y vernos en ese espejo.
La Comuna fue bombardeada constantemente y reprimida con extrema dureza. Tras un mes de combates, el asalto final al casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, llamada “Semana Sangrienta”, del 21 al 28 de mayo.
El balance final de esa acción fue que hubo una cifra de fallecidos que rondaba entre 30 a 50 mil personas, y el sometimiento a la ley marcial durante cinco años.
Uno de los errores en los que incurrieron los comuneros fue que en lugar de una defensa planeada globalmente, cada barrio luchó pos su supervivencia de manera desarticulada y desorganizada. Luchaban por su supervivencia y así fueron derrotados uno a uno.
Para ese entonces, el ejército de Versalles tenía un mando central y disponía de artillería moderna. El 28 de mayo cayó la última barricada e inmediatamente las represalias comenzaron en serio.
Muchos comuneros fueron fusilados masivamente, mientras otros tantos fueron juzgados.
Durante días, escoltados por militares, columnas de hombres, mujeres y niños hicieron el camino hacia Versalles y fue convertido en un campo de concentración. Fueron los primeros campos de concentración registrados en la historia de la humanidad.
El gobierno arrestó aproximadamente a 40 mil personas, muchas de ellas condenadas a muerte y a persecuciones que siguieron hasta 1874.
Karl Marx  destacó esta experiencia como el primer ejemplo concreto en el que el Estado fue tomado por el proletariado. Pero criticó a los miembros de la comuna porque consideró que perdieron muchísimo tiempo organizando elecciones democráticas en vez de terminar de una vez por todas con Versalles.
También señala Marx que otro error que cometieron los miembros de la Comuna de París fue que permitieron que tropas huyeran de París para engrosar las filas de la contrarrevolución en ese entonces: La prensa reaccionaria y los banqueros fueron respetados. El Banco Nacional de Francia, con la reserva de millones de francos, fue dejado intacto. De esta manera, se movieron grandes sumas de dinero a Versalles para financiar al ejército que dio fin a la Comuna.
La vacilación de tomar las armas y entregárselas al pueblo fue fatal. Según la opinión de los socialistas radicales y comunistas, la Comuna tenía que asegurar la ciudad y el país antes de darle una vida tan idealmente democrática.
Otro elemento que contribuyó a la caída de la Comuna de París fue su aislamiento, además de debilidades en su organización debido a la diversidad ideológica, que hizo que en los momentos cruciales no se tomarán las decisiones de manera más rápida y correctamente.
También señalo Federico Engels como una de las causas de la caída de la Comuna de París la ausencia de un ejército fijo y las políticas autónomas de los “quartiers” o barriadas, que tuvieron como consecuencia que la Comuna no fuese un Estado en el sentido estricto del término: estaba en una forma de transición en dirección de abolir al Estado como tal.
Estos son algunos de los elementos que debemos ver, y de realizar un ejercicio de comparación, porque pienso que situaciones como las del asedio que vivió la Comuna de París, antes de ser aplastada por los imperialistas, se están viviendo actualmente en estos momentos de reacomodo de la geopolítica internacional, y muy especialmente en nuestra querida República Bolivariana de Venezuela, como vanguardia de los procesos de emancipación y soberanía de nuestro continente.
No cometamos los errores de la comuna de París, no nos dejemos arrebatar lo poco que hemos conseguido hasta ahora, pero que cuanto nos ha costado.
¡Viva la Comuna de París!
¡Honor y Gloria a sus mártires!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado, Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). http://juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano.wordpress.com/.jmartoranoster@g mail .com ,j_martorano@hotmail.com ,juan _martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter).

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