*JUAN MARTORANO.
Particularmente, quien esto
escribe, siguiendo la senda y las pisadas del coloso Hugo Chávez, me considero
un lector voraz. Leo de todo, y esto me permite, dentro de las posibilidades,
manejar contextos, tener ideas, afinar la visión estratégica, y en el caso de
la poesía, desarrollar una sensibilidad especial sobre los acontecimientos de mi entorno y de lo que le ocurre a mis
semejantes.
Es en ese sentido, días
especiales para mí, que me tope y adquirí en alguna de las últimas
movilizaciones realizadas por la Revolución Bolivariana, con el Tribuna
Popular, órgano del Comité Central del histórico y glorioso Partido Comunista
de Venezuela. En este caso, me referiré a la edición N° 2.981, de las fechas
comprendidas del 12 de mayo al 01 de junio de este año 2016.
Allí me tope con un trabajo
especial muy bueno, desde mi óptica, del camarada Mariano Vivancos,
refiriéndose a la experiencia de la comuna de París. Y tan bueno es, que me voy
a permitir realizar algunos comentarios y reflexiones al respecto.
Nos recordaba el autor de este
artículo, que la comuna de París de 1871, fue el primero de los movimientos
populares insurreccionales de gran trascendencia más grandes e inspiradores de
la clase obrera, y esto es total y absolutamente cierto.
Y fue un gran movimiento
revolucionario en el que los trabajadores y las trabajadoras reemplazaron al
Estado capitalista por sus propios órganos de gobierno, manteniendo el poder
político desde el 18 de marzo y hasta el 28 de mayo de ese año 1871, con un
proyecto político que asemejo al comunismo.
Creo importante traer esta
experiencia en estos momentos, porque estamos en fechas conmemorativas de esa
gesta, y es un elemento indispensable para las revolucionarias y los
revolucionarios de hoy en día: La formación político- ideológica.
Pero, continuando con lo que Vivancos
nos expresa acerca de la experiencia de la Comuna de París, nos recuerda que la
lucha que tuvieron que librar los trabajadores por ese tiempo se dio en
circunstancias verdaderamente difíciles, todo en búsqueda de poner fin a la
explotación y la opresión, y buscando reordenar y reorganizar la sociedad sobre
bases completamente nuevas.
Algo parecido se planteo en su
momento el comandante Hugo Chávez en 1999, haciendo la salvedad que en esos
momentos Chávez no se planteaba el socialismo como opción. Incluso, llegó a
confesar que por un instante, se consideraba partidario de la “Tercera Vía” de
Tony Blair.
Francia estuvo en guerra con
Prusia, y fue derrotada por este último país en enero de 1871. Los vencedores
de esta guerra exigieron la rendición de las fortificaciones, el desarme de los
soldados que aseguraban la defensa de la capital francesa, entrar militarmente
en la ciudad y el pago de un rescate de 200 millones de francos.
Pero el pueblo de París no
aceptaba rendirse, el gobierno provisional se trasladó a Versalles para desde
ahí intentar doblegar a la población rebelde.
Más de 200 mil parisinos eran
miembros de la denominada Guardia Nacional, que fue una milicia ciudadana
formada por obreros. Los batallones elegían a sus propios oficiales. Habían resistido
el ataque de las tropas prusianas durante más de cuatro meses, por lo que la
población consideraba humillante tanto la rendición como la ocupación. Incluso las
mujeres de la clase trabajadora formaron su propio batallón.
Esta experiencia de la Comuna de
París, la clase obrera, gobernó durante 72 días promulgando una serie de
decretos revolucionarios, como la autogestión de las fábricas abandonadas por
sus dueños; la creación de guarderías para los hijos de las obreras; exclusión
de la religión de las escuelas y que todas las propiedades de las iglesias
pasarán a ser propiedad estatal; abolición de la guillotina; concesión de
pensiones para las viudas; devolución gratuita de todas las herramientas de los
trabajadores y trabajadoras a través de las casas de empeño; la postergación de
las obligaciones de deudas y se abolieron los intereses de las mismas; se
proporcionó material, ropa y comida gratuita a los escolares.
Cualquier parecido de alguna de
estas medidas implementadas por los comuneros de París con respecto a algunas
que hemos visto implementarse por parte del Gobierno Bolivariano, primero con
Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro, no son mera coincidencia.
Y uno de los temas que plantea
Vivanco que agrandó el éxito de la experiencia de la Comuna de París en ese
entonces, fue la iniciativa mostrada por los trabajadores y las trabajadoras
sencillos y sencillas, que asumieron las responsabilidades de los
administradores y gerentes.
Se formaron diferentes Consejos
de la Comuna, sus voceros y voceras eran elegidos y elegidas mediante sufragio
universal, y en su inmensa mayoría eran obreros u obreras, y si estos no
cumplían con el mandato dado por la comuna, podían ser removidos de sus cargos
en cualquier momento, al igual que los jueces (elegidos por votación popular) y
funcionarios y funcionarias. Además, ganaban lo mismo que un obrero, teniendo
terminantemente prohibida la acumulación y aprovechamiento propio de sus
cargos.
Jamás los comuneros llegaron a
utilizar los depósitos del Banco de Francia. Los pequeños industriales fueron
respetados aunque en un nuevo marco de relaciones laborales.
Pero acá es la parte que
considero bien importante que señala Vivancos, y de la que deberíamos tomar
nota y vernos en ese espejo.
La Comuna fue bombardeada
constantemente y reprimida con extrema dureza. Tras un mes de combates, el
asalto final al casco urbano provocó una fiera lucha calle por calle, llamada “Semana
Sangrienta”, del 21 al 28 de mayo.
El balance final de esa acción fue
que hubo una cifra de fallecidos que rondaba entre 30 a 50 mil personas, y el
sometimiento a la ley marcial durante cinco años.
Uno de los errores en los que
incurrieron los comuneros fue que en lugar de una defensa planeada globalmente,
cada barrio luchó pos su supervivencia de manera desarticulada y desorganizada.
Luchaban por su supervivencia y así fueron derrotados uno a uno.
Para ese entonces, el ejército de
Versalles tenía un mando central y disponía de artillería moderna. El 28 de
mayo cayó la última barricada e inmediatamente las represalias comenzaron en
serio.
Muchos comuneros fueron fusilados
masivamente, mientras otros tantos fueron juzgados.
Durante días, escoltados por
militares, columnas de hombres, mujeres y niños hicieron el camino hacia
Versalles y fue convertido en un campo de concentración. Fueron los primeros
campos de concentración registrados en la historia de la humanidad.
El gobierno arrestó
aproximadamente a 40 mil personas, muchas de ellas condenadas a muerte y a
persecuciones que siguieron hasta 1874.
Karl Marx destacó esta experiencia como el primer
ejemplo concreto en el que el Estado fue tomado por el proletariado. Pero criticó
a los miembros de la comuna porque consideró que perdieron muchísimo tiempo
organizando elecciones democráticas en vez de terminar de una vez por todas con
Versalles.
También señala Marx que otro
error que cometieron los miembros de la Comuna de París fue que permitieron que
tropas huyeran de París para engrosar las filas de la contrarrevolución en ese
entonces: La prensa reaccionaria y los banqueros fueron respetados. El Banco
Nacional de Francia, con la reserva de millones de francos, fue dejado intacto.
De esta manera, se movieron grandes sumas de dinero a Versalles para financiar
al ejército que dio fin a la Comuna.
La vacilación de tomar las armas
y entregárselas al pueblo fue fatal. Según la opinión de los socialistas
radicales y comunistas, la Comuna tenía que asegurar la ciudad y el país antes
de darle una vida tan idealmente democrática.
Otro elemento que contribuyó a la
caída de la Comuna de París fue su aislamiento, además de debilidades en su
organización debido a la diversidad ideológica, que hizo que en los momentos
cruciales no se tomarán las decisiones de manera más rápida y correctamente.
También señalo Federico Engels
como una de las causas de la caída de la Comuna de París la ausencia de un
ejército fijo y las políticas autónomas de los “quartiers” o barriadas, que
tuvieron como consecuencia que la Comuna no fuese un Estado en el sentido
estricto del término: estaba en una forma de transición en dirección de abolir
al Estado como tal.
Estos son algunos de los
elementos que debemos ver, y de realizar un ejercicio de comparación, porque
pienso que situaciones como las del asedio que vivió la Comuna de París, antes
de ser aplastada por los imperialistas, se están viviendo actualmente en estos
momentos de reacomodo de la geopolítica internacional, y muy especialmente en
nuestra querida República Bolivariana de Venezuela, como vanguardia de los
procesos de emancipación y soberanía de nuestro continente.
No cometamos los errores de la
comuna de París, no nos dejemos arrebatar lo poco que hemos conseguido hasta
ahora, pero que cuanto nos ha costado.
¡Viva la Comuna de París!
¡Honor y Gloria a sus mártires!
¡Bolívar y
Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la
Victoria Siempre!
¡Independencia
y Patria Socialista!
¡Viviremos
y Venceremos!
*Abogado, Activista por los Derechos Hum
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