Luciana Genro
Las revelaciones de la
Policía Federal y del Ministerio Público Federal son graves y
contundentes. Estamos frente a una crisis grave, económica y social,
sumada a una situación política en la cual la corrupción y los intereses
empresariales son la marca dominante de la política.
La denuncia de Delcídio
Amaral (ex presidente de la bancada del PT en el senado y hoy preso), no
confirmada pero tampoco desmentida por él, si fuera de hecho real, a lo
que hay que agregar las investigaciones de la Policía Federal y el
Ministerio Público, indican que es verdad lo que sospechábamos: el
envolvimiento y compromiso sin escusas de Lula y Dilma Roussef con las
grandes constructoras como Odebretch y Camargo Correa entre otras.
Muestran también lo que ya dijimos en el 2003: la cúpula del PT abandonó
la izquierda hace años.
Es lamentable que un líder
histórico como Lula tenga dejado de ser del pueblo para aliarse con las
elites, gobernar con ellas y recibir por eso mismo cuantiosas comisiones
y regalos.
Lamento porque el PT, cuando
surgió fue una construcción necesaria e independiente. Hay millares de
petistas honestos que no merecen esto. Y lamento también porque los
actos de la cúpula alrededor de Lula y Dilma dieron de regalo para los
reaccionarios como Caiado (líder de los llamados Demócratas de derecha),
Aécio (líder del PSDB de Fernando Henrique Cardozo), y otros de los
mismos quilates (también denunciados por corrupción en sus gobiernos
como el de São Paulo, Minas Gerais y Goias), con su neoliberalismo
contra el pueblo. Apoyados en los medios de comunicación vendidos a esos
intereses, usan esos instrumentos para intentar desmoralizar a la
izquierda y atacar al pueblo.
Esta derecha sabemos que
siempre fue parte de los mismos esquemas que ahora fueron descubiertos
por la PF y el MPF quiere el poder para aumentar sus privilegios y
aplicar el ajuste antipopular que Dilma ya comenzó. Quieren avanzar en
las privatizaciones y en el desmonte de los servicios públicos.
De nuestra parte vemos que
nuestra responsabilidad aumenta para construir una izquierda que no
tiene miedo de decir su nombre y no se alía con las elites para gobernar
contra el pueblo. Estamos construyendo una alternativa que rescata la
izquierda coherente, independiente de la burguesía para que sea un
instrumento de lucha para que el pueblo tenga una herramienta que
enfrente los ataques a su nivel de vida, a la corrupción de este sistema
político podrido. Una izquierda que construya un campo que se
convierta en una alternativa de poder que todavía no existe
(*)Luciana Genro es miembro del Directorio Nacional del PSOL y fue candidata a presidente por el partido.
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