martes, 1 de julio de 2014

Recuento mundialista.

MERCEDES CHACÍN.

 

La liga de fútbol de España tiene varias copas. Recopa, recontra copa, copa del rey, copa de la infanta imputada … Y pare usted de contar, como suele decir una amiga. Así pasan todo el año entre estadio y estadio. Sobreviven a todo si tienen chance de ver a 23 hombrecitos correr detrás de un balón o dándole patadas a un balón. Nadie les gana en eso. La Liga española, la más prestigiosa del mundo valga decir, en vista de que los impolutos italianos se han encargado de desprestigiar la suya a punta de actividades mafiosas, compite con la liga de beisbol gringa en eso de sueldos multimillonarios de los atletas y construcción de ídolos de barro, tipo Cristiano Ronaldo. La Copa FIFA, mejor conocida como la Copa del Mundial es cada cuatro años y cada cuatro años al menos 32 países del planeta siguen durante 30 días las incidencias de la máxima cita futbolística. Los países afiliados a la FIFA son 209, 19 más que los afiliados a la Organización de las Naciones Unidas. Debe ser más fácil afiliarse allí pues no tienen a los israelíes haciendo lo posible por impedir la entrada de Palestina que solo la dejan “observar”.
Llegar allá no es fácil, si lo sabremos nosotros que no hemos podido llegar. Pero el no estar allí no nos exime de verlo. Y este no iba a ser distinto, siendo que la sede está al ladito y, aunque muchos hayamos sucumbido al embrujo de la pelota gringa, no nos pelamos un Mundial. Para justificar nuestra afición sin sentido apelamos a cualquier cosa. Y convertimos los partidos en peleas de “Davices contra Goliaces”. Nos encanta estar con el más débil, siempre y cuando no se metan con nuestras “aficiones históricas”. Si usted no tiene apellido italiano y no sucumbe al fanatismo exagerado que hay acá por la Liga española, se puede divertir adversando a los grandes y apostando a la Patria Grande.
Este Mundial ha estado particularmente emocionante. No porque seamos más pasteleros que hace cuatro años, sino porque los nuestros (excluidos los gringos de todo esto of course), avanzan a paso de vencedores.
Lo cierto es que este Mundial ha revivido convicciones, emociones, rivalidades, incomprensiones, viejas rencillas, xenofobias insólitas, odios ancestrales, cuestionamientos a la FIFA… Chile y Brasil lucharon en una guerra fraticida, Colombia y Uruguay hicieron lo suyo, México sucumbió ante la posibilidad de llegar a cuartos y Costa Rica cobró venganza con Grecia. De cuatro, tres americanos están en cuartos. Nada mal para dos días de octavos.
Como no estamos allí, seguiremos disfrutando de Maradona y Morales y ligaremos a los nuestros. A la Patria Grande. Lo demás son cartas, actos de contrición, entender que si lanzas piedras debes estar dispuesto a recibir peñonazos, reconocer que nos equivocamos, aceptar que apareció el papel tualé y que es tonto hacer cola para comprar en Zara… Y así. Sigamos.



 

 

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