Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
Vivimos
tiempos de inestabilidad, la amenaza de golpe es denunciada por altos
voceros del gobierno. Las aguas, a pesar de unasur, del vaticano, de los
llamados a la paz, no se aquietan. El momento precisa reflexión,
lectura de la realidad y preparación de la Revolución para resistir la
tormenta. Veamos.
Ha
fracasado la estrategia de regresar a una democracia burguesa, donde
reine una paz en la superficie aunque en el fondo impere la explotación y
la violencia.
Vanos los intentos de diálogo, insuficientes los regalos a los
capitalistas, el dólar sigue alto, las fuerzas productivas no despegan,
el entusiasmo no aparece… y la violencia hace presencia como arma
política. Sin duda, hay una profunda crisis que no se resuelve con
medias tintas. La realidad habla y pide rectificación hacia el
Socialismo, esta Revolución no tiene otro camino.
Ahora
estamos bajo estado general de sospecha de un golpe, los gringos lo
aprueban, todos lo denuncian, tiene fecha, dicen que para junio. Es hora de desechar las ilusiones y prepararnos para el combate. ¿Cuántos
funcionarios del gobierno, cuántos venezolanos crecieron bajo esta
consigna? Es hora de ponerla en práctica, de desempolvar los viejos
bríos, las enseñanzas de Jorge Rodríguez, de Fabricio, de Argimiro, de
Américo Silva.
¿Qué hacer?
La
primera condición de la preparación contra el golpe es dotar a la masa
de razones sagradas por las cuales luchar, por las cuales defender al
gobierno, razones que desde el sentimiento profundo guíen la batalla en
las calles. Sólo el pueblo alzado, diciéndole, demostrándole al oligarca
que la empresa golpista le saldrá cara, podrá derrotar la amenaza de
golpe. Que sepa el oligarca que si se atreven, si se meten contra el
Presidente Maduro, del capitalismo no quedará piedra sobre piedra, no
habrá estabilidad, no podrán hacer aquí otra Honduras, aquí habrá
combate hasta la instauración del Socialismo.
Esa
necesaria movilización de la masa sólo será posible si el pueblo
humilde conoce al enemigo, al sistema capitalista y sus
personalizaciones, y las bondades del Socialismo.
Que sepa que no es un combate mercenario por prebendas materiales, sino
que somos convocados para la empresa más grande a la que se puede
convocar a un ser humano: para defender, para construir, un mundo donde
todos vivamos como hermanos, el reino de Cristo, para darle a nuestros
hijos un mundo donde sólo su capacidad sea el límite de su desarrollo.
Es
necesario, entonces, decretar que ya el periodo de extender la mano al
oligarca, al capitalista, fue superado. Ahora, sólo los humildes, los
desposeídos, deben construir su destino, se demostró que oligarca no
construye el mundo socialista que queremos.
Organizar
a la masa, que los mejores entre los buenos formen los destacamentos de
vanguardia, los primeros a la hora del sacrificio, los últimos a la
hora de los beneficios, que su ejemplo guíe la lucha.
Debemos
recordar al Comandante Chávez, sus enseñanzas, su ejemplo, la firmeza
con la que derrotó al golpe de Abril, al Sabotaje petrolero, nunca
conciliando.
El Comandante cayó en combate contra la oligarquía, seguiremos su lucha. ¡Venceremos!
¡VIVA CHÁVEZ, VIVAN SUS HIJOS!
¡HORROR A LAS OLIGARQUÍAS!
¡AL CAPITALISMO NI TANTICO ASÍ!
¡UNIDAD EN EL SOCIALISMO!
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