Catalina Arca.
El 17 de mayo se celebró el Día de Internet en nuestro país. Para ello,Marcha dialogó
con Graciela Natansohn, comunicadora y docente especializada en
cuestiones de género y nuevas tecnologías. Cómo afecta a las mujeres el
uso y acceso a la cultural digital.
En noviembre de 2005, la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) decidió designar al 17 de mayo como el día
Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, más
conocida por su versión corta, Día de Internet. Uno de los objetivos
principales que tenía la celebración de la fecha era la posibilidad de
dar a conocer los beneficios que ofrecen las nuevas tecnologías para
mejorar el nivel de vida de los pueblos. En una sociedad donde las
desigualdades reales entre los hombres y las mujeres persisten, cabe
preguntarse cómo la cultura digital reproduce esas dicotomías sociales, y
cómo los movimientos de mujeres y feministas se pueden apropiar de las
nuevas tecnologías para visibilizar y cuestionar un espacio virtual que
continúa oprimiendo a través del uso y acceso a las TIC’s. En esta
ocasión, Marcha entrevistó a Graciela Natansohn*, autora de
publicaciones referidas a la brecha digital de género.
En la introducción
de tu último libro “Internet en código femenino” te preguntas qué tienen
que ver las tecnologías digitales con el género. ¿Cuál es la respuesta a
esa relación?
- El libro es un compilado
de textos que trae resultados y reflexiones a partir de investigaciones
hechas por docentes argentinas, brasileñas y españolas, sobre el
universo de Internet y las tecnologías digitales. Trae aportes diversos,
por ejemplo sobre cómo el género incide en la producción y divulgación
de información de wikipedia, una reconstrucción de la historia del
movimiento feminista y de mujeres en la web, analiza el desempeño de las
mujeres tecnólogas en las comunidades que producen softwares, relata
casos exitosos de educación en tecnología digital, entre otros casos.
Todos estos trabajos permiten visualizar que el ciberespacio no es una
zona neutra en relación a las diferencias de género. Hay espacios más
apropiados por mujeres, por ejemplo, y otros, donde ellas tienen más
dificultades. La utopía de internet como el lugar de la libertad y la
superación de diferencias duró muy poco. Las TIC no escapan de las
relaciones de poder que producen desigualdades y contradicciones en las
dinámicas de acceso y uso, pero también del diseño y producción de TIC.
Ni mujeres ni hombres, pero también ni blancos, ni negros, ni
indígenas, ni pobres, ni ricos obtienen los mismos beneficios.
¿Cómo se configuran las diferencias de género en la era digital?
- Las mayores diferencias
están en las cantidades de mujeres en la producción de tecnología
digital, en el desarrollo de software, en la dirección de empresas de
tecnologías, pero también existen en la educación tecnológica.
¿De qué manera se podrían minimizar las diferencias de género con la cultura digital?
- No hay una
receta única a ser aplicada. Lo que hay es una plataforma de acción,
elaborada por el movimiento de mujeres y feministas en muchos países,
que reivindica una discusión transversal de las cuestiones de género,
transversal a las cuestiones económicas, sociales, políticas, y de
políticas TIC, inclusive. ¿Cómo se hace para que la cultura empresarial
confíe en las mujeres? ¿Cómo hacer para que las comunidades tecnológicas
y científicas no discriminen a las mujeres? ¿Como hacer para que la
educación no repita estereotipos sexistas? ¿Y para que el Estado
produzca infraestructura y regule democráticamente Internet? No será una
dádiva, sino producto de la lucha feminista por políticas públicas
inclusivas, por transformaciones en la cultura institucional de los
espacios empresariales y educativos.
Muchas veces se
dice que las mujeres tenemos “miedo” o que desconocemos cómo utilizar
las nuevas tecnologías. Desde tu punto de vista, ¿Cuáles crees que son
las principales causas que ‘justifican’ ese pensamiento?
- Cada vez vemos más
mujeres haciendo y usando TIC. Especialmente las más jóvenes, por que
nacieron en una cultura digitalizada. Y sin embargo, vamos a una
juguetería y… vemos lo que vemos. ¡Un espanto! El juego -y los
juguetes-, es un espacio interesante de reproducción del género y de
manipulación de aparatos tecnológicos. Tal vez la educación infantil
colabore, sin querer, en las actitudes algo tecnofóbicas de las mujeres,
aunque creo que eso está cambiando.
¿De qué manera las
mujeres o los sectores excluidos nos podríamos apropiar de la cultura
digital? ¿Qué beneficios o desventajas trae al movimiento de mujeres y/o
feministas?
- Hay que impulsar una
lectura crítica de la tecnología digital, tal como la proponíamos con
la TV: ser “prosumidores” activos, alfabetizarse en tecnología digital,
esto significa saber código, saber programar, saber inventar tecnologías
útiles a nuestras causas. Entender cómo funciona Internet, qué permite y
qué no; hay que mirar las interfaces digitales como espacios
comunicativos regulados por códigos informáticos. Internet, en sus
diferentes configuraciones y dispositivos (como celulares, tablets y
hasta heladeras) tiene una arquitectura que no viene dada por naturaleza
sino por la intervención de agentes sociales concretos, muy
masculinizados. Las mujeres y sus organizaciones deben colocar este tema
como prioridad, lo que no siempre sucede. Parece que siempre hay cosas
más importantes en la agenda feminista.
Hablando
puntualmente de tu trabajo en la Universidad Federal de Bahía, en
Brasil ¿Cuál es la labor del grupo de Investigaciones de Género,
Tecnologías Digitales y Cultura? (Gig@, siglas en portugués)
- El grupo hace
investigacion, docencia y extensión sobre las interfaces entre la
cultura y las TIC. Focaliza en las relaciones de género, y en como éstas
modelan tanto los productos digitales como los procesos de producción,
circulación y uso de estos. Tenemos estudiantes investigando las
representaciones de género en productos periodísticos online, estudiando
comunidades virtuales que reúnen personas con anorexia, explorando los
papeles de mujeres y hombres en comunidades de desarrolladores de
software. Otros trabajos analizan el papel de Internet en la divulgación
de contenidos sexistas. Tenemos también un trabajo de campo en una
comunidad de pescadoras y marisqueras, con quienes discutimos el video y
lo audiovisual digital como una herramienta de empoderamiento, en
Salvador (Bahía). /Marcha.org
* Periodista (UNLP,
Argentina) y Doctora en Comunicación (Universidad Federal da
Bahia/UFBA), profesora adjunta en la Facultad de Comunicación de la UFBA, profesora del Programa de Pós-Graduação em Comunicação e Cultura Contemporâneas
No hay comentarios:
Publicar un comentario